El reparto al completo de Don Gil de las calzas verdes durante una de sus escenas.
En el verano de 1615, Don Gil de las calzas verdes se estrenó por primera vez en el Mesón de la Fruta de Toledo, hoy conocido como Teatro Rojas. Mañana, más de 400 años después, la obra de Tirso de Molina regresará a los escenarios de los Teatros Luchana, esta vez de la mano de Hugo Nieto y la compañía Ensamble Bufo. Una comedia de intriga y enredos cuya versión, adaptada por Alberto Gálvez, concede al texto "risas, ritmo y reflexión", según confiesa su director a El Cultural. Su Don Gil "permitirá a los espectadores divertirse -adelanta-, además de viajar por diferentes lugares del Madrid de ayer y de hoy, al mismo tiempo que reflexionan sobre lo que tiene -y tenía- que hacer una mujer para que la tomen en serio".De hecho, su Doña Juana, interpretada por Sara Moraleda, es una mujer inteligente, decidida, valiente, divertida y seductora. "No es casualidad el nombre que le pone Tirso. Es un 'Don Juan' mujer, pero con una motivación más limpia. Se mueve y actúa por amor, en contra de la codicia y orden preestablecido por los hombres". Esa Doña Juana que llega disfrazada de hombre desde Valladolid a Madrid, en búsqueda de Don Martín quien le ha prometido matrimonio, a pesar de que entre sus planes esté, en realidad, casarse con Doña Inés.
Una compleja trama de enredos, para la que la función asume el doble reto de "comedia y compresión". "En la dramaturgia intentamos acercar al público de hoy esta obra de hace más de 400 años de edad -explica Hugo Nieto- aligerando y dinamizando la trama, suprimiendo personajes secundarios e incluso cambiando de sexo a uno para buscar la paridad en el reparto. Hemos apostado por el ritmo intrínseco del original de Tirso, pasando la poca prosa que había a romance pero respetando el resto de la estructura y el tipo de verso de la comedia".
Así, aunque la acción transcurre en el siglo XVII, en la forma "se vislumbra la realidad, el hoy, cómo han evolucionado hasta la actualidad los lugares de la capital de España donde se sitúa la ficción. También la propia moral. Todo alrededor es neutro: el vestuario -de Paola de Diego-, el atrezzo y el resto de elementos. Sumar el tiempo de Tirso y el contemporáneo hace que todo se desenvuelva en un espacio indefinido durante una hora y veinte".
Considerada como una de las obras más importantes del teatro barroco español, la idea de reinterpretar a Don Gil de las calzas verdes surgió en 2014 en el marco del proyecto Ensayando un clásico, promovido por la Fundación del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, que estuvo dedicado en su primera edición al papel de la mujer en Tirso de Molina. Precisamente allí es donde representaron esta nueva adaptación los pasados 24 y 25 de julio. "Fue una maravilla", confiesa Nieto sobre la experiencia. "Como la sensación de haber cerrado un ciclo. Se agotaron las entradas en las dos sesiones, el público respondió de pie al final de ambas y tuvimos la oportunidad de representar nuestra comedia en un lugar mágico, que tiene una energía especial y dónde todo luce de una manera diferente: El corral de comedias de Almagro".
Sobre las tablas, un reparto de seis actores que es, en realidad, "el tesoro de la función". Un elenco con el que se trabajó en un principio construyendo la unidad, "bien un personaje común o un coro, un ensamble de bufones modernos que se mueven al unísono" y a partir de ahí "entran en la ficción y explotan sus cualidades individuales en ella".
"Todos son muy distintos, pero se complementan -reflexiona el director al respecto-. Sara Moraleda es la energía, Samuel Viyuela es la disciplina, Jorge Muñoz la sabiduría, María Besant la limpieza, Natalia Erice la versatilidad y Rafa Maza la comicidad. Después todos se nutren los unos de los otros y el resultado es el lenguaje común con el que no paran de jugar y divertirse".
Aunque licenciado en Matemáticas, Hugo Nieto ha trabajado junto a Fabio Mangolini, Magüi Mira, José Pascual, Carlos Martín y Luis Luque como ayudante de dirección en diez montajes profesionales. Confiesa que en su actual montaje el hilo conductor es la música, compuesta por Miguel Magdalena. "El ritmo es el medio a través del que se construye esta versión y se interpreta en directo por los actores", reconoce.
En cuanto a su escenografía, Don Gil de las calzas verdes apuesta por un escenario liberado de cualquier artilugio. "Los actores salen a escena y no vuelven a salir de ella hasta el final de función. Se ve todo: sus cambios de vestuario y su espera activa. El espacio escénico lo llenan ellos, sus interpretaciones y cambios de energía. Usamos sobre todo la que para mí es la herramienta más potente del teatro, la convención -concluye-. No necesitamos más que eso: convención, ritmo y juego". A ellos, se suman los enredos, amores y celos, como los ingredientes de esta versión que estará hasta el próximo 30 de septiembre, sábados y domingos, en los Teatros Luchana.
@mailouti