Ingmar Bergman
Coinciden en la cartelera dos obras de teatro que llevan el sello de Ingmar Bergman. A Escenas de la vida conyugal, con Darín y Pietra, se une en el Infanta Isabel Después del ensayo, protagonizada por Emilio Gutiérrez Caba.
El director Juan José Afonso define así la esencia del teatro de Ingmar Bergman, autor de Después del ensayo, que se estrena el 6 de octubre en el Teatro Infanta Isabel de Madrid protagonizada por Emilio Gutiérrez Caba, Chusa Barbero y Rocío Peláez, y de Escenas de la vida conyugal, obra que vuelve a la cartelera madrileña dirigida por Norma Aleandro e interpretada por Ricardo Darín y Andrea Pietra.
Bergman se sube así a los escenarios de la capital para mostrar la extraordinaria e intuitiva comprensión de las pasiones humanas, reconocimiento que reflejó tanto en sus películas como en sus escritos y obras de teatro. "En Bergman coexisten y se entrecruzan temas universales al alcance de cualquier sensibilidad mínimamente cultivada -señala Afonso a El Cultural-. Las reflexiones de un director de escena, que es un desdoblamiento del propio Bergman, sobre el amor, la pareja, el sexo, la vejez y la muerte, expuestas a través de sus diálogos, nos afectan a todos. Aquí y ahora".
Si en Escenas de la vida conyugal (hasta el 22 de octubre en los Teatros del Canal), concebida en 1973 como una miniserie para la televisión sueca, nos enfrentamos a distintas situaciones de una pareja antes y después de su divorcio (solventadas con humor y buen ritmo por Darín y Pietra), en Después del ensayo -que se llevó al cine en 1984- nos encontramos con el testamento de un hombre de teatro, de un Bergman (Gutiérrez Caba) ya maduro, que se autoanaliza de forma sincera y atormentada. Para Afonso, es una reflexión sobre la vida que no se quiere o no se puede vivir: "Es la demostración de la existencia de comportamientos humanos emocionalmente desequilibrados que se repiten y que, por ello, hacen imposible que puedan ser soportados o perdonados". Después del ensayo cuenta con la versión de Joaquín Hinojosa, que queda materializada en una puesta en escena donde la emoción y la palabra son el centro de atención. Aflora así, según la filosofía de Afonso, "la comprensión de las relaciones humanas que late en el texto".
Una burbuja de emociones
Tanto en Escenas de la vida conyugal como en Después del ensayo Bergman busca la relación verdadera y equilibrada entre los seres humanos, independientemente de su sexo y condición. "Siempre fue su tema primordial", subraya Afonso, que menciona además como ejemplos Persona, La carcoma, Gritos y susurros, Sonata de otoño y Saraband. "Cuando se ensaya una obra, al menos en lo que a mí respecta, se vive por unas horas en una especie de burbuja de aislamiento dedicado a la creación y a la búsqueda de emociones. Es una burbuja de felicidad por más que el proceso de creación sea a veces complicado y agotador".Tanto en sentido real como poético, tras el ensayo la vida real aparece en toda su crudeza. A partir de ese instante se suman, según el director, ideas, problemas y obsesiones. "Empleando un título bergmaniano, se puede decir que ‘después del ensayo' llega La hora del lobo".
@ecolote