Los ‘Claudios' da Passano y Martínez Bel en un momento de Terrenal
Una vieja Biblia llamó la atención al director y dramaturgo argentino Mauricio Kartun sobre las posibilidades escénicas de la leyenda de Caín y Abel. Así nació Terrenal, un ‘pequeño misterio ácrata' que abre el Festival de Otoño a Primavera.
Todo surgió en un cruce azaroso, explica Kartun a El Cultural: "El proyecto nace de un viejo boceto sobre dos hermanos enemigos que conviven en un terreno heredado y del descubrimiento de las leyendas de tradición hebrea en las que ambos representan arquetipos tribales opuestos, nómada y sedentario, con todo lo que de ideológico tiene todo ello. Lo junté... y bingo".
De madre católica española y padre judío, descendiente de emigrantes rusos, Kartun reconoce haberse sentido conmovido el día que se reencontró con ese ejemplar de la Biblia, ya desgastado por el tiempo. "Lo vi con ojos nuevos. Nunca supe si mi familia lo leía o si sólo se dedicaba a limpiarlo. Siempre andaba de mesilla en mesilla".
"En las narraciones de la tradición oral hebrea -explica-, Caín termina sus días agobiado por sus posesiones, obligando a los suyos a construir ciudades amuralladas para proteger lo acumulado. Ese hombre que había nacido en la opulencia primitiva, que tenía todo a su disposición en la naturaleza, se había convertido ahora en alguien que la explotaba y que invertía lo único verdaderamente valioso, su tiempo, en proteger lo que alguna vez disfrutó gratis y que él mismo privatizó".
Augusto, Pierrot, Blanco...
Las enseñanzas de estas leyendas y un sólido conocimiento del medio teatral - también de sus distintos géneros- han puesto las bases, pues, de este Terrenal que protagonizan Claudio Da Passano (Abel), Claudio Martínez Bel (Caín) y Rafael Bruza (Tatita), tres grandes actores que representan a sendos payasos clásicos -el augusto, el pierrot y el blanco- cada uno con su particular forma de provocar la risa. Según Kartun, la obra está impregnada de "humor corrido, borroso, barroso pero humor al fin". Los códigos de su actuación, sus telones raídos, su "vulgaridad" nos trasladan a un género ambiguo, "bastardo", que aterriza en algo parecido al teatro de variedades.Aunque el montaje esté cargado de referencias a varios géneros escénicos, Kartun no renuncia a su dimensión poética para relatar la historia de sus protagonistas: "Su lenguaje tiene cierta lírica. El teatro del último siglo ha ido abandonando lo poético en busca de ciertas fantasías vanas de literalidad. No me conmueven demasiado, prefiero las estéticas que se desmarcan el lenguaje, que lo retuercen para sacarle algo nuevo. Que la televisión se quede con sus realismos, que buena plata les saca y nos deje a nosotros la poesía", explica Kartun. Además del tono lírico existe detrás de Terrenal una crítica hacia el hombre contemporáneo y su papel de depredador del planeta. El director argentino considera que pertenecemos a una generación que además de destruir la Tierra tiene por primera vez evidencia de que lo ha hecho: "Este texto no va más rápido que otros. Hasta el Papa se ha enfrentado con su encíclica Laudato si' a las empresas y a los mercados sin pelos en la lengua. Terrenal es una voz más entre tantas".
La "voz" de Kartun será la misma en Argentina que en Madrid. No tocará nada del montaje para no caer en "parches" que muestren una "falsa amabilidad". De intervenir en su concepción original, señala irónico el director, "sería como esos turistas que a la semana de estar en España llaman tío a todo el que se le cruza". Al equipo de Terrenal no le preocupa, en todo caso, que se entienda todo. "Acá, en Buenos Aires, tampoco queda todo tan claro, la verdad. Lo importante es que se entienda en su sentido más general", sentencia Kartun, que se muestra entusiasmado con el "sólido" puente teatral hispano-argentino: "En los últimos años han estrenado en Buenos Aires Galcerán, Mayorga, Casanovas... y reverenciamos a Sanchis. Y andan siempre activos nuestros Daulte, Veronese, Tolcachir..." .
@ecolote