Un momento de Mendoza. Foto: Cultura UDG

Los Colochos recalan en el Festival de Otoño a Primavera con Mendoza, la versión de Macbeth que tantas satisfacciones les ha dado y que forma trilogía con Otelo y Romeo y Julieta. La compañía sitúa la acción en la Revolución mexicana de 1910.

El pasado mes de julio visitaban el Festival de Almagro Los Colochos, una de las formaciones mexicanas más sugerentes que cruzan habitualmente el puente escénico con Iberoamérica. Se presentaban con una original versión de Romeo y Julieta, hablada en su mayor parte en cora, la lengua indígena de El Nayar (región situada en la zona oriental de México). Ahora desembarcan en el Festival de Otoño a Primavera -hasta este sábado, 4, en los Teatros del Canal- con uno de sus montajes estrella, Mendoza, su particular homenaje a Macbeth. Ambas obras forman trilogía shakesperiana con un próximo Otelo que será tratado desde una visión femenina. Dirige Mendoza Juan Carrillo, que tiene entre sus prioridades que el público local pueda identificarse con su realidad, ya sea actual o histórica. No en vano, la acción de este Macbeth mexicano se desarrolla en la Revolución de 1910. "Siempre trabajamos para que la gente que no conoce el texto pueda entender lo que sucede en el escenario. También para que quien tenga un conocimiento del original pueda disfrutarlo desde esa perspectiva", señala Carrillo, que reconoce a El Cultural tener a sus espaldas unas cuantas horas de laboratorio, de estudio y de "plática" en torno al clásico de Shakespeare con el público.



Así es como Los Colochos decidieron situar Macbeth en medio de la Revolución mexicana, porque, señala Carrillo, la ambición, la muerte, el poder y las relaciones humanas se parecen en todas las épocas: "La lucha de poderes de la que habla Shakespeare no tiene fronteras. En ese sentido, nuestra propuesta no es un estudio antropológico. Se vale de lo antropológico para crear una ficción pero eso es todo. No quisiéramos responder a algo literal. Simplemente es un soporte para la ficción. México, Escocia, Inglaterra... La distancia temporal y geográfica no influye para abordar los conflictos del hombre, ya sea en 1600, 1910 ó 2017".



Además del contexto histórico en el que se desarrolla la obra Los Colochos también han alterado algunos pasajes. Han incluido algún personaje nuevo y han trufado el texto con palabras de escritores mexicanos como el novelista Juan Rulfo y la poeta Elena Garro. "Sus escritos nos han aportado el imaginario, la identidad y el tejido de lo que es México. Son nuestra referencia e inspiración". Shakespeare ha sido el punto de partida y, pese a las intervenciones, se ha respetado la estructura original: "El mismo Shakespeare se tomó muchas licencias para hablarnos de Escocia mientras se dirigía al público inglés", explica Carrillo.



Metáfora y violencia

La puesta en escena de Mendoza se asienta únicamente en la fuerza y la intensidad de los actores. Sencilla, austera y espontánea, la obra que estos días puede verse en Madrid tiene como centro la interpretación, no los recursos escénicos ni la pirotecnica técnica: "Los actores tienen que abrirse así a percepciones distintas en cada función -precisa Carrillo-. Han de estar alerta. No siempre transitan los mismos caminos por el escenario. Es un teatro que se vale de la metáfora para hablar de la violencia. Ese fue nuestro motor cuando empezamos a trabajar. Las imágenes se vuelven violentas a medida que el espectador las pone en su cabeza. Es una violencia concreta pero irreal".



@ecolote