Chelo Vivares y la verdad del teatro en Las Teodoras. Foto: Laura Torrado

La sala Tribueñe celebra sus quince años de existencia con Las Teodoras, un monólogo escrito y dirigido por Hugo Pérez de la Pica que protagoniza Chelo Vivares, una actriz muy ligada al escenario del madrileño barrio de Fuente del Berro en el que ha realizado títulos como Paseíllo y Bodas de sangre, esta última a las órdenes de Irina Kouberskaya (codirectora del proyecto). "Con Chelo tengo un vínculo casi familiar -explica De la Pica a El Cultural-. Necesitaba escribir una función a la altura de las circunstancias dramáticas de esta actriz. También tenía la necesidad de rendirme ante el recuerdo de las cómicas que me han amamantado".



Las Teodoras aborda la vulnerabilidad de las actrices y la soledad a la que se ven abocadas en ocasiones a través de la relación con sus familiares y con los autores con los que trabajan. "También muestra la llegada de España al desarrollo, el destape, una oda satírica a Cuenca... qué sé yo. Mucho de lo que se cuenta es una verdad transmitida por Criste Miñana, la madre de Chelo que comenzó siendo apadrinada por Muñoz Seca antes de la guerra", precisa De la Pica.



La sencilla puesta en escena está centrada, por encima de efectismos, en el rostro de Vivares, cuya intensa evocación sólo se verá apoyada por algunos muebles. "Es un fin de raza -afirma el director-. Con ella termina un tipo de casticismo que es difícil que se reproduzca. Chelo es portadora de un gen atroz, como se dice en la obra". De la Pica, que prepara una secuela "recalcitrante y bestia" titulada Tus muertos, califica de gratificante y difícil su labor junto a Kouberskaya al frente de la sala Tribueñe. "En España no está reconocida ninguna dedicación al arte. No necesitamos ese alimento. O al menos eso parece. Decir ‘no me gusta el teatro' es ya en sí mismo una declaración de principios".