La crudeza de la calle, las paradojas de la democracia, el origen del crash de 2008, el sexo en clave de humor negro, la lucha de clases en versión melodramática, el centenario de Buero, la codicia humana, el duelo intelectual entre Rousseau y Voltaire... Son algunos de los ingredientes que sustancian los trabajos firmados por los candidadatos a la XIII edición del Premio Valle-Inclán. Otorgado por la revista El Cultural y patrocinado por la Fundación Divinas Palabras, presidida por el empresario teatral Enrique Cornejo, tiene como objetivo galardonar la excelencia de nuestra escena.
Doce nombres optan a incorporarse a un palmarés incontestable. Han sido elegidos por un jurado presidido por el jurista y dramaturgo
Antonio Garrigues Walker y compuesto por el académico de la RAE y presidente de El Cultural,
Luis María Anson; la directora de RNE, Paloma Zuriaga; la escenógrafa Ana Garay; el crítico y poeta
Jaime Siles; los productores de teatro Mariano Torralba y Robert Muro; el crítico
Javier Villán; la crítica y editora Liz Perales; el redactor jefe de Cultura de El Mundo, Manuel Llorente; el abogado y periodista José María García-Luján; el periodista de TVE Antonio Gárate y el periodista y poeta Jesús Fonseca.
Magüi Mira. Autora de Consentimiento
Magüi Mira (Valencia, 1944) se adentró en el escabroso tema de la violación de la mano de Nina Raine, autora de
Consentimiento. Firmó la versión y tomó la batuta del montaje. Reflejó la realidad de la calle con toda su crudeza y sus infinitas contradicciones a partir de un texto valiente defendido en escena por
Candela Peña.
Sergio Peris-Mencheta. Autor de Lehman Trilogy
Sergio Peris-Mencheta (Madrid, 1975), no hay duda, es un alquimista de espectáculo. Domina la fórmula como pocos directores en nuestra escena. Brutal fue
La cocina, con casi 30 actores en las tablas. En
Lehman Trilogy sólo contó con tres pero sacó de ellos petróleo para narrar, con criterio más testimonial que ideológico, la peripecia de los Lehman, saga de banqueros judíos que, con su codicia, abrieron la espita del
crash de 2008.
Israel Elejalde. Actor. Un enemigo del pueblo
Israel Elejalde (Madrid, 1973) asumió el protagonismo de la rompedora propuesta de
Àlex Rigola al adaptar
Un enemigo del pueblo de Ibsen. El actor madrileño condujo al público a paradojas sobre la libertad de expresión y los límites de la democracia. Cumplió así con una labor básica del teatro: cuestionarnos sin cesar y potenciar el debate de ideas.
Irene Escolar. Actriz. Mammón
Salió
Irene Escolar (Madrid, 1988) del registro trágico y trascendente en el que había transitado últimamente (
Blackbird,
El público,
Vania...). Lo hizo para encarnar a una
stripper descarriada, sacando una potente vis cómica y una rezumante sensualidad. Brilló en la desternillante parábola sobre la codicia humana trenzada genialmente por Nao Albet y Marcel Borrás, que también la secundaron en escena.
El Brujo. Actor. Esquilo, nacimiento y muerte de la tragedia
Un juglar irreverente, una personalidad única, un libertario, un monologuista de impar esponteneidad y frescura.
Rafael Álvarez, 'El Brujo', se ha ganado un hueco entre los nóminados por
Esquilo, nacimiento y muerte de la tragedia, un viaje a los orígenes, la evolución y el ocaso del teatro griego, con Esquilo como hilo conductor, un autor que, confiesa, le alucina desde siempre.
José Sacristán. Actor. Muñeca de porcelana
Cuentan que David Mamet, tan aparentemente huraño, bendijo la interpretación de
José Sacristán (Chinchón, 1937). Es una anécdota pero revela la capacidad de este maestro incontestable de la interpretación para seducir con su verdad cuando actúa. Esta vez la puso al servicio de un magnate en caída libre, papel que bordó.
María Hervás. Actriz. Las crónicas de Peter Sanchidrián
María Hervás (Madrid, 1987) es una habitual entre los candidatos. Su dominio del monólogo la ha puesto invariablemente tras la pista del Valle-Inclán. Pero esta vez ha sido por su enorme trabajo en
Las crónicas de Peter Sanchidrián, de José Padilla.
Silvia Marsó. Actriz. 24 horas en la vida de una mujer
Silvia Marsó (Barcelona, 1963), en su madurez y plenitud como actriz, era una elección idónea para encarnar a la aristócrata salida de la pluma de
Zweig. Ignacio García le exigió ciertos riesgos al montar su
nouvelle como un musical. Los solventó con nota.
Alberto Conejero. Autor de Todas las noches de un día
Alberto Conejero (Jaén, 1978) manufacturó un melodrama de corte clásico, con suspense, misterio y, como rumor de fondo, la lucha de clases. Luis Luque exprimió su potencia poética con la puesta en escena, que contó con las magníficas interpretaciones de
Carmelo Gómez y
Ana Torrent.
Mario Gas. Director de El concierto de San Ovidio
Mario Gas (Montevideo, 1947) homenajeó a Buero Vallejo en el Centro Drámatico Nacional con una obra que lo tenía abducido desde la adolescencia. Montó un conmovedor y muy afinado
Concierto de San Ovidio, pieza en la que el artífice del posibilismo escénico denunció la explotación del hombre por el hombre.
Josep Maria Flotats. Director y actor. Voltaire/Rousseau. La disputa
Fiel a su antigua querencia francesa y a la fórmula del diálogo,
Josep Maria Flotats (Barcelona, 1938) 'enzarzó' en
La disputa nada menos que al mordaz Voltaire (encarnado por sí mismo) y el romántico
avant la lettre Rousseau. Un hipnótico duelo ilustrado a cuento de la existencia de Dios.
Ramón Paso. Director de Las leyes de la relatividad aplicadas a las relaciones sexuales
Ramón Paso (Madrid, 1976) lleva el teatro en sus venas. Es nieto de Alfonso Paso y bisnieto de Enrique Jardiel Poncela. Este año debuta como finalista por
Las leyes de la relatividad aplicadas a la relaciones sexuales, una mordaz e inteligente tragicomedia sobre el amor y el sexo.