Virginia Woolf irrumpe de nuevo en nuestros escenarios de la mano de Teatro Defondo, que con este montaje se aparta de su repertorio clásico para zambullirse en el proceloso mundo de la autora británica. Carme Portaceli (Mrs Dalloway con Blanca Portillo) y María Ruiz (Una habitación propia con Clara Sanchis) han realizado recientemente lecturas de sus textos. Le toca ahora el turno a la propuesta de Vanessa Martínez con la que acaso sea su título más conocido. “Orlando es posiblemente la menos audaz de sus obras, pues se trata de una biografía al estilo de las que se escribían en la época victoriana. Su padre, el escritor Leslie Stephen, era uno de sus mayores representantes. Lo innovador y moderno de Orlando es que, en manos de Virginia Woolf, se convierte en una reflexión irónica sobre ese género”, explica a El Cultural Martínez, directora de un montaje que podrá verse a partir del próximo día 16 en la sala Verde de los Teatros del Canal. Esta nueva propuesta se presenta como un juego literario, musical y temporal en el que Rebeca Sala, Gustavo Galindo, Pablo Huetos, Pedro Santos y Gemma Solé interpretan a más de treinta personajes.
"Los conflictos de 'Orlando' siguen ahí: la identidad del artista y la identidad del género". Vanessa Martínez
Uno de los desafíos de Martínez ha sido la adaptación, un proceso que califica de lento y laborioso pero divertido: “La novela no tiene diálogos, de modo que había que ponerle voz a los personajes. Basándome en las improvisaciones de los actores fui escribiendo, puliendo y ordenando cada escena”. Tras ocho meses de escribir y reescribir, Martínez consiguió el “universo habitable” que encontró en el texto hace tres años cuando comenzó su lectura: “En ese instante me sentí profundamente apelada, transformada e intervenida como creadora y como mujer”. Orlando, sexta novela de Virginia Woolf editada en 1928, cuenta, para la directora, lo mismo que el primer día de su publicación: “Sus conflictos están siempre ahí. No en vano, Orlando vive cuatrocientos años intentando desentrañarlos. Podría continuar hasta el día de hoy. Woolf se centra en dos facetas: la identidad del artista y la identidad de género. Ambas son ejes coyunturales de su propia vida. No creo que exista un tema más eterno y más actual, especialmente la identidad y los roles que desempeñamos hombres y mujeres en nuestras sociedades”. Teatro Defondo, que estrenó este verano Marta La Piadosa, de Tirso de Molina, en el Festival de Almagro, ha incluido la música en este Orlando como una pieza esencial de la “maquinaria” puesta en marcha por Vanessa Martínez: “Nos va llevando de época en época. Conforme se desarrolla la historia se va transformando, nos va ubicando en los distintos espacios y tiempos, desde los sonidos de John Dowland hasta el foxtrot, desde la Corte inglesa a Constantinopla. El trabajo de Andreas Prittwitz y su grupo Looking Back, que mezclan música barroca con jazz, resulta fundamental para seguir a Orlando”.
Otro aspecto que define la puesta en escena es el humor, un tejido capital para seguir la peripecia del protagonista que la compañía reivindica ahora frente a otras versiones, incluida la cinematográfica de Sally Potter: “Mucha gente se ha hecho una idea equivocada de Orlando. Yo no paré de reír en toda la novela. Por eso me pareció crucial trasladarlo así al escenario. Es la manera de Woolf de exponer los conflictos”.