Grandes nombres de la literatura protagonizan estos días nuestra escena alternativa. Su palabra arde sobre los escenarios off como una forma de reivindicar la calidad y la efervescencia de una programación que demanda el verbo de los grandes maestros de la narrativa. Es el caso de la sala Tribueñe, con Nabokov como bandera. Irina Kouberskaya introduce, con La mirada de Eros, un montaje exquisito, delicado, detallista y minucioso con un abanico amplísimo de recursos escénicos tejidos con los pensamientos, las sensaciones y las fantasías del autor de Lolita. A partir del relato Un cuento de hadas y otros textos, Kouberskaya realiza todos los sábados de enero un original retrato de la mujer en el que mezcla magia y erotismo a través de los personajes de Erwin y la señora Ott, interpretados por Iván Oriola y José Manuel Ramos, respectivamante. ¿El fin último? Comprender la naturaleza del ser humano despojado de ataduras y prejuicios. La música de Rajmáninov pone lo demás.
Otro tanto hacen los autores Davido Prieto, José Sánchez-Carralero y Eduardo Jauralde en La Usina con Pessoa. Varios traídos de otros mundos, donde, también los sábados de este mes, se adentran, de la mano de la compañía Roberto Pertutti, en el mundo del autor de El libro del desasosiego. Prieto recorre en este juego de máscaras todas las personalidades que el escritor portugués encarnó a través de heterónimos como Ricaro Reis o Bernardo Soares. Al poco de saltar al escenario este monólogo plantea preguntas como: ¿De quién o de qué es máscara Davido? ¿De quién o de qué los somos todos? ¿Qué conocemos de los otros? ¿Y de nosotros mismos? Pessoa como motivo de conocimiento, Pessoa como lanzadera de las grandes preguntas existenciales.
Preguntas y más preguntas que Off Latina desarrolla e incluso profundiza con Fernando Arrabal, del que sube a su escenario Oración, un título que ha adaptado el propio autor para el trabajo realizado por Rebeca Arias y Sixto Cid. Arrabal califica su contenido, protagonizado por los personajes de Fidio y Lilbe, de “delicia inconfesable”. A lo largo de esta pequeña pero intensa pieza de 30 minutos esta extraña pareja de amantes buscará, hasta el 19 de febrero, el perdón y la salvación de sus almas después de una vida de desenfreno, pecado y locura. ¿Qué les une frente a un pequeño ataúd? Bondad, maldad, amor, sexo… ¿Será la Biblia suficiente guía para conseguir el perdón? Nuestro dramaturgo escribió esta obra en 1957 en plena veintena pero, 65 años después, sigue conservando toda su intensidad. ¿Acaso no nos seguimos preguntando por las cuestiones fundamentales de la vida, las razones que la guían y el sentido de nuestras creencias? Cuestiones y respuestas que casi siempre encontramos al paso de los grandes autores.