Malta es un destino impagable para los que aman la cultura, el arte, la música, el teatro… y la vida. Aquí la Historia tiene un peso descomunal y todos los pueblos que han transitado por este pequeño archipiélago han dejado su huella.
El peso de la cultura –no olvidemos que Malta tiene más de 7.000 años a sus espaldas– compite con el de sus “piedras”, las que vertebran ese patrimonio que mereció el máximo reconocimiento de la Unesco en 1980 y que conforman todo un museo al aire libre. Romanos, árabes, caballeros de San Juan, británicos, franceses… todos han dejado en Malta su huella.
Valletta, su capital, es la reina de la corona, la meca de los amantes de la arquitectura y el arte, donde es posible disfrutar de tesoros medievales, fortalezas y murallas que producen vértigo y obras maestras de Caravaggio (1571-1610), el genial artista italiano que buscó refugio en Malta acusado de asesinato y que llegó a ser caballero de la exclusiva Orden de Malta antes de salir huyendo, de nuevo, perseguido por la justicia.
También encontramos edificios vanguardistas que se rinden con respeto al legado de civilizaciones pasadas.
Las “piedras” vertebran, pues, las ciudades de Malta, pero también su gente. Paisajes para soñar, ciudades barrocas, encuentros de teatro y música como el Festival Internacional de las Artes, y también una deliciosa gastronomía inspirada, como casi todo, en el Mediterráneo.
Hay lugares esenciales en el archipiélago. En Valletta es obligada la visita a la Concatedral de San Juan, un templo construido por los Caballeros de la Orden de Malta en 1578, para contemplar La decapitación de San Juan Bautista y San Jerónimo escribiendo, de Caravaggio. El Auberge de Castilla, hoy oficina del primer ministro en Valletta, para descubrir los lazos históricos que unen España y Malta.
Playas, plazas, hoteles
También el Palacio del Gran Maestre, para contemplar el edificio renacentista más grande de la ciudad; los jardines Upper Barrakka que miran al Gran Puerto; el Hipogeo de Hal Saflieni, los templos megalíticos, mucho más antiguos que las pirámides de Egipto, y otras maravillas, a elegir, entre los 320 monumentos de la ciudad, algo que hace entender por qué la fortificada Valleta es Patrimonio de la Humanidad.
No hay que olvidar sumergirse en sus playas vírgenes, en sus plazas y en sus excelentes hoteles (Casa Ellul, Casa Rosselli-Massa, Domus Zamittello, The Duke Hotel Boutique, The Xara Palace Relais & Châteaux...) o hacer una escapada en Mdina, la antigua y silenciosa capital de Malta, navegar hasta las islas de Gozo y Comino y adentrarse en la singular Gruta Azul, un espectáculo si se hace a bordo de una pequeña embarcación. Todo un destino de ensueño.