Carlos V estaba nervioso. Sospechaba que su gran némesis, el rey francés Francisco I, a quien había derrotado y capturado en la famosa batalla de Pavía (1525), pero con quien se había enfrentado en tres guerras más, podía estar organizando un complot para acabar con su vida, la del poderoso emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. En 1547, tres años después de la paz firmada entre ambos soberanos, el monarca español envió una carta a Jean de Saint-Mauris, su embajador en el país vecino, barruntándole esta amenaza.
Pero lo hizo de una forma muy ingeniosa. Carlos V recurrió a un código secreto con símbolos que en algunos casos encriptaban palabras enteras para que sus adversarios no pudiesen descubrir lo que decía su mensaje. Solo lo podría descifrar su destinatario. Y así debió de ser porque ese documento manuscrito ha sobrevivido hasta nuestros días, conservado en las colecciones de la Biblioteca Stanislas, en la ciudad francesa de Nancy. Cinco siglos después de su redacción, un equipo de investigadores que ha vuelto a poner el foco de atención sobre el texto ha conseguido revelar su contenido.
Los criptógrafos del Laboratorio de Investigación Informática de Lorraine (Loria), liderados por Cecile Pierrot, y un historiador de la Universidad de Picardía, al norte de París, han logrado un hito "excepcional" tras seis meses de minucioso trabajo. La primera vez que la investigadora conoció la existencia de la carta de Carlos V, uno de los hombres más poderosos del siglo XVI, fue en 2019 y por casualidad, durante una cena informal. Pensó que sería una leyenda, pero dos años más tarde decidió empezar a analizar el documento, al que accedería a finales del año pasado.
Según informa la agencia AFP, Pierrot clasificó "por familias distintas" los cerca de 120 símbolos utilizados por Carlos V, un código calificado de "diabólico" por su complejidad —el escriba del emperador, entre otras argucias, marcó con diacríticos las vocales precedidas por una consonante o utilizó símbolos nulos, sin significado alguno, para engañar a quien tratase de descifrar la carta—, y recurrió a otros dos investigadores para construir una hipótesis. Fue el pasado mes de julio cuando se registró el momento eureka.
A la lectura de la confesión del rey español a ser asesinado ha contribuido el juicio de la historiadora Camille Desenclos, especialista en las relaciones entre Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico en el siglo XVI. "Es maravilloso como investigadora conseguir leer una carta que nadie lo ha podido hacer durante cinco siglos", ha destacado. También ha sido inestimable la ayuda de otra misiva del embajador Jean de Saint-Mauris en cuyos márgenes había apuntado ciertas instrucciones para el descifrado del código.
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A ojos de los expertos, el escrito muestra hasta qué punto las relaciones entre ambos monarcas, a pesar de haber alcanzado una nueva tregua tras enfrentarse en los campos de batalla europeos, estaban gobernadas por la desconfianza y perseguían debilitarse mutuamente. Sobre el supuesto complot de asesinato, es la primera noticia que tienen los historiadores al respecto. Como es lógico, la iniciativa, si realmente se puso en marcha en algún momento, no llegó a prosperar. Carlos V moriría en 1558 en el monasterio de Yuste, muy debilitado por la gota. La carta, sin embargo, revela el "miedo" del emperador ante esta "amenaza potencial".
Durante la presentación de los resultados, los investigadores galos confesaron que todavía esperan poder identificar otras cartas del emperador y su embajador con el objetivo de "tener una fotografía más completa de la estrategia de Carlos V en Europa". Desenclos, de hecho, ha asegurado que "es probable que hagamos muchos más descubrimientos en los próximos años".