El Museo Británico de Londres ha anunciado este miércoles el despido de un trabajador por la sospecha de robar, perder y/o dañar piezas de la colección que datan entre los siglos XV a.C. y XIX d.C. La institución ha informado de la falta de una serie de objetos que incluyen oro, joyas y gemas semipreciosas. "La mayoría de estos artículos se guardaban en los almacenes", ha desvelado. Según ha adelantado este jueves The Times, el acusado es uno de los expertos del museo en la Antigua Grecia, especialista en escultura griega y el periodo helenístico, que llevaba treinta años formando parte de la plantilla.
El Comando de Delitos Económicos de la Policía Metropolitana está investigando el caso, pero todavía no se ha realizado ningún arresto. El Museo Británico también ha iniciado una revisión independiente de la seguridad interna. Ninguna de las piezas desaparecidas se ha exhibido recientemente en las galerías del museo, sino que habían sido sujeto de estudios académicos y de investigación.
El presidente del Museo Británico, George Osborne, ha afirmado que "los administradores del Museo Británico estábamos preocupados cuando supimos a principios de este año que los artículos de la colección habían sido robados". La institución no ha hecho comentarios sobre el valor de los artículos perdidos ni ha dado más detalles sobre ellos. The Telegraph ha informado que algunos de esos objetos desaparecieron de los almacenes del museo durante un largo periodo de años, y algunos de ellos "aparecieron a la venta en eBay ya en 2016".
"Sé que hablo en nombre de todos mis compañeros cuando afirmó que nos tomamos muy en serio la protección de todos los artículos a nuestro cuidado"
El acusado de los robos ha sido identificado como Peter Higgs, un doctor en arqueología de 56 años que comenzó a trabajar en la institución en 1993 y ha escrito las guías que han acompañado a algunas de las grandes exposiciones organizadas por el Museo Británico en los últimos tiempos. Uno de sus hijos, Greg Higgs, de 21 años, defendió la inocencia de su padre. "Confiaban en él para muchas cosas. Y de pronto, no sé qué cambió. Está devastado porque este es el trabajo de toda su vida, básicamente, nunca he conocido a nadie tan apasionado con lo que hacía. Es un experto mundial en su campo", agregó.
La junta ha tomado "medidas contundentes para abordar la situación, colaborando con el equipo del museo" y ha utilizado "todos las capacidades disciplinarias a su alcance para lidiar con el individuo a quien creemos responsable", ha agregado Osborne. Los responsables también han negado que las piezas sustraídas tuviesen un valor de ochenta millones de dólares, como se ha especulado en algunas informaciones.
Por otro lado, el director del centro, Hartwig Fischer, ha asegurado que "el museo invertirá todos sus esfuerzos en la recuperación de estos objetos. Este es un accidente inusual. Sé que hablo en nombre de todos mis compañeros cuando afirmo que nos tomamos muy en serio la protección de todos los objetos a nuestro cuidado".
El museo ya ha reforzado la seguridad y está trabajando con expertos externos para completar una cuenta definitiva de los que faltan, están dañados o han sido robados. "Es un día triste para todos los que aman nuestro Museo Británico, pero estamos decididos a corregir los errores y utilizar la experiencia para construir un museo más fuerte", afirma Osborne.
No es la primera vez que ocurre un delito así en un museo. En 2019, en la Bóveda Verde del Palacio del Museo de Dresde se extrajeron objetos preciosos por valor de 113 millones de euros y el año pasado unos ladrones robaron 450 monedas de oro antiguas del Museo Celta y Romano en Manching, Baviera. Lo anómalo es que haya sido un propio trabajador de la institución el artífice del hurto.