Image: Ricardo García Cárcel, Premio Así Fue

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Letras

Ricardo García Cárcel: "Me fascinan los perdedores, los malos de la película"

30 enero, 2002 01:00

Ricardo García Cárcel, por Gusi Bejer

Pregunta: ¿Realmente fue el malditismo de Felipe V el punto de partida del libro? Respuesta: Sí, me han atraído siempre los personajes polémicos. P:¿Y cuál ha sido el de llegada? R: El debate sobre el problema de la invertebración hispánica. P: ¿Qué aspectos desconocidos revela sobre el primer rey Borbón de España? R: Más que aspectos desconocidos, lo que trato es de ahondar en cuestiones abordadas demasiado superficialmente, como el de su anticatalanidad. P: ¿De las imágenes del rey, cuál es la más disparatada que ha encontrado? R: El retrato colgado al revés que se mantiene a lo largo de muchos años en un instituto valenciano. P: ¿Cómo determina la política periférica de Felipe V los problemas actuales con los nacionalismos? R: En el nacionalismo catalán actual, Felipe V forma parte del capital simbólico de sus agravios históricos. Ha sido el artefacto exógeno, siempre denostado pero siempre útil, porque tendría la culpa de todo o de casi todo. Pp: ¿Es hoy nuestro problema más grave? R: Nuestro problema más grave es el terrorismo. Los nacionalismos periféricos son la derivación del viejo problema de la invertebración hispánica que ya diagnosticó Ortega en 1922. P: Algunos nacionalismos no dudan en falsificar la historia... ¿impunemente? R: La manipulación de la memoria histórica proviene de muchos ismos, no sólo de los nacionalismos. P: ¿El resentimiento es uno de los motores de nuestra historia? R: El resentimiento y la envidia son motores de la conducta humana. P: ¿Y la nostalgia? ¿Por qué? R: Por el viejo principio de pensar que todo tiempo pasado fue mejor. Lo cual es falso. Ya decía S. Signoret que la nostalgia ya no es lo que era. P: ¿A qué se refiere cuando afirma que la solución es una tercera España? R: Yo no soy tan ingenuo de creer que sea capaz de aportar una solución a un problema histórico de tal calado. Yo lo que digo es que ni la España horizontal austriacista ni la España vertical de Felipe V han resuelto la invertebración hispánica. La tercera España, la España constitucional, integra los dos conceptos históricos de Espa- ña. Pero la solución empieza por desdramatizar el problema de la solución. P: ¿Por qué se presentó bajo el seudónimo de “El Encubierto de Valencia”? R: Porque yo hice mi tesis doctoral sobre las Germanías de Valencia, y uno de los personajes trascendentales de esta revuelta fue el Encubierto de Valencia. El seudónimo fue, para mí, un ejercicio de nostalgia. P: ¿De qué ha sido (o le hubiera gustado ser) encubridor? R: No tengo vocación de encubridor; me ha gustado siempre más descubrir. P: ¿Es posible una historia sin ideología? R: No; hasta la historia más escéptica tiene connotaciones ideológicas más o menos veladas. P: ¿E ideología sin historia? R: Tampoco. Es imposible reflexionar sin apelar a la memoria histórica. P: Es la primera vez que el premio Así fue recae en una obra que no trata la historia del siglo XX. ¿Se ha agotado el filón? R: No sé; el tiempo lo dirá. P: ¿Por qué la historia interesa cada vez más? R: Habría que precisar que interesa una determinada historia. Me temo que las editoriales no tienen una percepción tan optimista. P: ¿Cuál es el secreto de su éxito? R: Lamentablemente, no puedo presumir de éxito en mis libros. P: Es autor de una obra sobre la inquisición: ¿quedan aún asuntos por desvelar? R: He escrito varios libros sobre Inquisición. Son muchas las líneas de investigación por desarrollar: la complicidad de las peleas locales con la Inquisición, su instrumentación por la Iglesia y el Estado... P: También ha escrito sobre Felipe III. ¿Por qué le interesan los mediocres y los malditos? R: Me interesa más Sancho Panza que don Quijote, y desde luego me fascinan los malditos, los estigmatizados, los herejes, los malos de la película, los perdedores de la historia política y de la historia mediática. P: ¿Sobre que otro personaje le gustaría escribir? R: Sobre Don Carlos, el hijo maldito de Felipe II. P: ¿Se presentó al premio para ganar lectores? R: Sí. P: ¿A cambio de qué? R: Yo no he negociado con nadie y he escrito lo que me ha apetecido, como he hecho siempre. P: Hubo un tiempo en que la mejor historia de España se escribía fuera. ¿Ya no? R: La buena historia no se adscribe a la nacionalidad del historiador. P: Con todo, ¿quiénes fueron sus maestros? R: Juan Reglá fue mi maestro directo. Indirectamente, Domínguez Ortiz, Vicens Vives, Pierre Vilar. P: ¿De quién lo es usted? R: Deben ser mis discípulos los que me reconozcan como maestro.