Letras

Teodulfo Lagunero: "El 23F demostró que la transición llegó hasta donde pudo"

23 febrero, 2006 01:00

Fue quien encargó al peluquero de Picasso el postizo con el que Carrillo regresó a España, y quien le trajo en su propio coche. Por eso sus memorias no tienen precio, pero, mientras las remata, acaba de publicar "Una vida entre poetas" (La Esfera).

La historia de este libro se remonta a la primavera de 2004. Teodulfo Lagunero (Valladolid, 1927) enfermó del corazón, luego de la próstata, temió padecer cáncer... y comprendió que se debía esta Vida entre poetas. De Pablo Neruda a Antonio Gala. Porque, además, “terminar mis memorias hubiese sido casi como dictar un epitafio, lo que hubiese sido un mal principio en mi lucha contra el cáncer. Me pareció más reconfortante recordar mis vivencias con tan importantes escritores. En todo caso, no he podido sustraerme a que tenga un sustrato político. Soy un ‘niño de la guerra' que sufrió la brutal represión franquista, y que, como todos esos niños, he quedado marcado para siempre. Creo que el libro no sólo es de testimonio de esos poetas, sino también un adelanto de un aspecto de mis memorias, que está marcado por la política”, explica. Alberti y España Con todo, Lagunero ha comenzado a recordar por “sus” poetas. -Acompañó a Alberti en su regreso a España, pero ¿entendió el poeta el país al que regresaba? -Alberti no dejó nunca de entender a España. En Argentina, en Roma o donde quiera que se encontrase, España era todo para él y para su poesía. Alberti, repito, nunca perdió el contacto con España y con los españoles que, durante años que permaneció allí exiliado, fueron a su casa en verdadera peregrinación. -Gala es el otro gran protagonista del libro. Es su amigo, su abogado, lo acompañó a escriturar los estatutos de su Fundación... - La Fundación Antonio Gala está teniendo un éxito indescriptible. Los jóvenes creadores que van pasando por ella acumulan año tras año los más importantes premios. Estoy convencido que todos esos jóvenes creadores salen de la Fundación llevando grabado a fuego al Gala escritor y al Gala generoso presidente de la Fundación, a la que ha hecho entrega de todos sus bienes. -Pero, ¿no creerán algunos que le ciega la amistad al hablar del Nobel y comparar a Marcos Ana con, por ejemplo, Neruda? -No me ciega la amistad al pedir, no el Nobel de Literatura, sino el de la Paz para Marcos Ana. Se lo merece por tener una vida dedicada íntegramente a la solidaridad. En el libro figuran varios poemas escritos en el penal de Burgos, donde ya en 1955, con dos penas de muerte, se dirige “Al soldado que luchó contra mí”... o “Mano en paz”, donde pide se deje a un lado los odios de la guerra -que a él le tuvieron preso 24 años- y todos juntos laboren por una España en paz y tolerancia. Ha dedicado día a día, toda su vida, a la solidaridad con todos los hombres y pueblos que la necesiten. Sinceramente, no creo que nadie mejor que él se merezca el Nóbel de la Paz. -¿Y cómo era Pablo Neruda en las distancias cortas? -Era un ser entrañable, cariñoso, curioso, y coleccionista de colecciones, que se podía quedar con cualquier objeto que tuvieses que le hubiese llamado la atención. Políticamente hacía unos análisis claros, magníficos, llenos de sensatez, que demostraban un gran conocimiento político tanto de la política internacional como de la situación de Chile con la presidencia de Allende, siempre impregnados de su sensibilidad poética -Explica en el libro las campañas de Cela para ganar el Nobel... -Evidentemente para ser premio Nobel de Literatura hay que ser un buen escritor, pero, como ocurre con algunos de los premios, intervienen presiones de todo tipo. Lo que cuento de las “gestiones” de Cela en Estocolmo son absolutamente ciertas y las tengo documentadas. Ello no quiere decir que no se mereciese el Nobel, ya que ha sido un gran escritor, aunque seas reprobables algunos de sus comportamientos. A punto de cumplir los 80, Lagunero participa en varias sociedades de negocios hoteleros y termina sus memorias. Será un libro de gran interés político, porque Lagunero ha estado “dentro de la bestia” en muchos momentos cruciales de la reciente historia de España. “Las memorias las tengo virtualmente escritas. Estoy corrigiéndolas y añadiendo recuerdos que pueden servir para comprender la España de los casi 80 años que he vivido, queriéndola y luchando por ella, como mejor he creído que debía hacerlo. Escribir unas memorias es contar las cartas que la vida nos ha dado y cómo las hemos sabido jugar. Como nada tengo que justificar, ni estoy sometido a la disciplina de ningún partido, y me puedo poner el mundo por montera, voy a ser completamente sincero, que es lo que debe hacer un intelectual. Sólo a algún banquero puede escocerle lo que cuento”. -¿Con qué imagen se queda de Adolfo Suárez? -Con la imagen de un hombre honrado y valiente al que España le debe mucho. Siento admiración y respeto por él. -¿De Santiago Carrillo? -De Carrillo, con quien conservo una entrañable amistad, tengo la imagen de un hombre muy inteligente, muy preparado políticamente, con un valor escalofriante y una gran capacidad de trabajo. Estoy convencido que ha sido un hombre muy enérgico, con gran dominio de sí mismo. Evidentemente todas las cualidades que he enumerado las necesitó para dirigir durante años turbulentos al Partido Comunista, tomando decisiones trascendentales como el enfrentamiento con la Unión Soviética estalinista cuando ésta invadió Checoslovaquia. También tuvo la inteligencia y el valor, de una vez que consiguió el reconocimiento legal del Partido Comunista, contribuir decisivamente a la transición española. Su sensatez y mesura la está demostrando con sus artículos e intervenciones radiofónicas. -¿Y de Don Juan? -Con Don Juan de Borbón me entrevisté durante más de una hora en el hotel donde residía en París. Tengo de él la imagen de un demócrata que amaba a España y a los españoles y que quería para ellos lo mejor. Tuvo el valor de repetirme numerosas veces que la postura de los comunistas, con lo que habían sido perseguidos, estaban dando una lección de patriotismo a las derechas españolas. Lo dije por televisión cuando él vivía, y lógicamente, no me lo desmintió. -¿No cree que quizá se está olvidando lo que significaron esos años, y a sus protagonistas? -No, como lo prueba el que se estén editando constantemente libros sobre tan importante acontecimiento. Se escribe sobre ella, y los políticos, en sus intervenciones, aluden a la transición para reforzar sus argumentos. Evidentemente la transición española la hizo el pueblo español que quería libertades políticas y no quería ningún tipo de aventuras. Respecto a las personas que intervinieron, fueron las que tenían una significación política en el Gobierno y en los Partidos Políticos. La Transición fue obra de todos, y, lógicamente, para conseguirla tuvieron que ceder todos. Desde el punto de vista de las izquierdas, nos pareció poco lo conseguido, pues hubiésemos preferido una ruptura con el anterior régimen. No fue posible por muchas razones. La primera, que quizá el pueblo español no lo quiso porque tenía miedo a sus posibles consecuencias. Pesaba sobre él muchos años de dictadura y terror. En segundo lugar no se daban condiciones geopolíticas internacionales que permitiesen esa ruptura. -¿Y el 23 F? -El 23-F, que ahora se conmemora, con la responsabilidad que en él tuvieron la Embajada americana, el Vaticano y algunos banqueros, es la prueba irrefutable de que la transición llegó hasta donde pudo llegar. Era imposible un paso más. En todo caso el resultado ha sido bueno, pues ha permitido 25 años democracia y libertades. El milagro de la transición -Treinta años después, ¿cuál fue el mayor acierto de la transición? -Estoy convencido de que la mayoría de los españoles considera que no sólo fue un acierto, sino casi un milagro, lo que consiguió la transición, haciendo posible el paso pacífico de un régimen dictatorial y cruel a un régimen democrático en el que el pueblo volvió a ser dueño de sus destinos, dando nacimiento a un Estado de Derecho y Libertades. -A usted, que luchó por la democracia a cambio de nada, ¿qué le parecen las tensiones nacionalistas que España vive ahora? -España no se rompe. No se va a romper. Hay un proyecto aprobado mayoritariamente por el Parlamento Catalán que ha empezado a discutirse en el Parlamento Nacional, que representa la soberanía nacional de España. Se trata de un proyecto de amplia- ción y consolidación de la estructura autonómica de España; de dar a España una vertebración más sólida y racional. España está viviendo, no sólo las lógicas tensiones de la negociación de un nuevo Estatuto para Cataluña -luego vendrán otras- sino que es sometida a una campaña de crispación y de “terror político” promovido por el PP que no ha asumido su derrota electoral.