Image: Cuentos completos de Melville

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Letras

Cuentos completos de Melville

Herman Melville

6 julio, 2006 02:00

Traducción de Miguel Temprano. Alba Editorial. Barcelona, 2006. 393 págs, 27 euros

Indudablemente los cuentos constituyen uno de los pilares fundamentales en la tradición literaria norteamericana. Todos y cada uno de los grandes novelistas de esta nación han legado a la historia de la literatura colecciones de relatos que, por sí mismos, meritarían que el autor en cuestión ocupara un puesto de privilegio. Hawthorne, Hemingway o Faulkner son conocidos y reconocidos por títulos como La letra escarlata; Fiesta; o El ruido y la furia, cuando colecciones como Twice Told Tales; In Our Time o Dry September y A Rose for Emily son relegadas a un segundo plano pese a su indudable calidad literaria.

También los cuentos de Herman Melville han sufrido el ostracismo derivado de la popularidad de sus novelas, fundamentalmente Moby Dick. Ahora tenemos la oportunidad de leer en español los diecinueve relatos escritos a lo largo de su vida en una coqueta y cuidadísima edición. Resultan especialmente encomiables las numerosas notas a pie de página, tan oportunas como informadas, que implícitamente sirven para dejar constancia de los enciclopédicos conocimientos de Melville. Así mismo, y aunque los cuentos tengan valor por sí mismos, su lectura también se convierte en un interesante complemento para entender mejor los intereses artísticos y la evolución narrativa del autor, pues las piezas han sido ordenadas conjugando el momento en que fueron escritas y publicadas desde el temprano "Fragmentos desde un escritorio" -publicado con pseudónimo en 1839- hasta el póstumo "Daniel Orme". No se incluyen, en decisión tal vez cuestionable para algunos, títulos como "Benito Cereno" o "Bartleby, escribiente" -este último publicado originalmente en la colección The Piazza Tales junto a buena parte de los ahora traducidos- pues se trata más de "novellas" o, en palabras del traductor, "no tienen propiamente el carácter de cuentos". Bien es cierto que tanto una como otra apreciación también podría aplicarse a historias como "Yo y mi chimenea", que sí ha sido incluida.

Se trata de creaciones estilísticamente heterogéneas. "Anécdotas auténticas del ‘Viejo Zack’" muestra un claro interés en la experimentación narrativa, en tanto que "La mesa de manzano" se ajusta a la más pura ortodoxia narrativa. En otros casos la historia se sustenta casi exclusivamente en la narración, como en "Jimmy Rose, en tanto que "El vendedor de pararrayos" se estructura de principio a fin en torno al diálogo. También su extensión varía desde la media docena de páginas de "Daniel Orme" hasta las cincuenta de "Yo y mi chimenea". Eso sí, el gusto por la narración en primera persona -recordemos el "Llámame Ismael" que abre Moby Dick- continúa siendo una constate en los cuentos.

Pero no es la forma o los aspectos estilísticos lo verdaderamente importante de estas narraciones, sino la sobrecogedora capacidad de Melville para armonizar situación y personaje hasta el punto de resultar imposible discernir lo uno de lo otro. "¡Así que mi poema es nefasto, y la fama no es para mí! Voy a ser un don nadie por siempre jamás. ¡Intolerable destino!" (p. 109) se lamenta el protagonista-narrador de "El violinista", y esa mala crítica recibida será el detonante para plantear una situación mediante la cual se irá revelando su personalidad. Como en la danza, resulta imposible distinguir entre baile de bailarín.

Resulta arriesgado escoger el más sobresaliente de todos ellos; personalmente considero "¡Quiquiriquí!" el más interesante de todos ellos. La obsesión del protagonista por conseguir un gallo es similar a la del Capitán Ahab en su persecución de la ballena, "… lo que demuestra cómo la verdadera naturaleza de uno se traiciona a veces del modo más inconsciente" (p. 68). El desenlace también se ajusta a principios similares a los establecidos en Moby Dick: las obsesiones personales tienen repercusiones no sólo en nosotros mismos, sino en terceros que son quienes verdaderamente las sufren.

La producción literaria de Herman Melville también cuenta con poemas y corpus crítico; esperemos que no transcurra mucho tiempo hasta que también estas resulten accesibles para el público hispano.