Image: Carlos Ruiz Zafón

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Letras

Carlos Ruiz Zafón

“El Juego del Ángel es una novela independiente, con su propia historia y su propio mundo, pero con muchos elementos de La Sombra del Viento”

10 abril, 2008 02:00

Carlos Ruiz Zafón. Foto: Mercedes Rodríguez

Siete años -y 10 millones de ejemplares vendidos en cincuenta países- después de La Sombra del Viento, Carlos Ruiz Zafón (Barcelona, 1964) publica el 17 de abril El Juego del ángel (Planeta), uno de los títulos más esperados en los últimos tiempos por los lectores. En vísperas de la presentación mundial del libro en el Liceo de Barcelona el próximo miércoles (la editorial va a fletar incluso un avión para trasladar a los periodistas de Madrid), el escritor nos adelanta, desde su refugio en Los ángeles, algunas de las claves del libro. Por ejemplo, que "es una puerta de entrada a un universo literario que crece y se enriquece en cada lectura, sea cual sea el orden en que se lean las novelas". También confiesa que tuvo que desaparecer "un poco" del mundo "porque tengo la mala fortuna de distraerme con facilidad", aunque en realidad, dice, el ruido mediático, la presión de las críticas favorables, los premios y las miles de entrevistas en todo el mundo "se curan con un par de aspirinas y y una cabezadita. Pruébelo".

Parece que en estos momentos el único que conserva la calma es él, Ruiz Zafón, que dispara bienhumorado su ironía con la rapidez de Billy el Niño y el sarcasmo inteligente de Oscar Wilde, sobre todo a la hora de hablar de la mala fama de las ventas. También al reflexionar sobre su trabajo: a fin de cuentas, "apenas estoy saliendo ahora del túnel y volviendo a poner las cosas en perspectiva, la verdad".

Lo cierto es que son muchos los rumores que han circulado sobre su nueva novela, El Juego del ángel, acentuados por la opacidad de Planeta, que ha salvaguardado celosamente el secreto. La crítica no ha podido aún leerla porque Ruiz Zafón ha querido que sean los lectores que hicieron triunfar, boca a oreja, La sombra del viento, los que tengan la primera palabra. Antes, sin embargo, accede a dar algunas pistas sobre el libro:

-¿Tiene tanta relación como dicen con La sombra del viento? ¿Vamos a reencontrar a algunos de sus personajes quizás?
-La tiene y no. Me explico: Es una novela independiente, con su propia historia y su propio mundo, pero los lectores que hayan leído La Sombra... encontrarán en ella muchos elementos que podrán conectar y que creo añaden un nivel adicional de disfrute e intensidad a la lectura. Lo mismo puede suceder con lectores que no hayan leído La sombra del viento y, al leer El Juego del ángel se sientan tentados de adentrarse en La sombra del viento. En cuanto a si vamos a reencontrar en sus páginas a algunos personajes: Sí, aunque tal vez no del modo en que esperamos. La idea que hay detrás del ciclo de cuatro novelas ubicadas en la Barcelona del Cementerio de los Libros Olvidados es que cada uno de esos libros sea una puerta de entrada a un universo literario que crece y se enriquece con cada lectura, sea cual sea el orden en que se lean las novelas o aunque sólo se lean dos o tres.

-Por ahora, lo único que se sabe de la novela es lo que se adelanta en su web: que está ambientada en la Barcelona de los años 20, y que en ella "regresa al Cementerio de los Libros Olvidados y nos sumerge de nuevo en su fascinante universo"¿Se equivocan quienes aseguran que con tanto misterio usted en realidad ha querido defender a los lectores? ¿Realmente tan indefensos los/nos encuentra?
-Mucho menos se sabía de La Sombra del Viento cuando se publicó. Los libros se descubren leyendo, disfrutando de la experiencia literaria, no en resúmenes de dos líneas. Los lectores son bastantes más inteligentes que todo eso y se defienden solitos.

-¿Cuáles han sido los mayores problemas que ha encontrado a la hora de volver a sentarse al ordenador, qué ha sido más complicado, huir del ruido mediático, vencer el miedo al papel en blanco, a no superar la obra anterior, a las comparaciones quizás?
-El mayor problema ha sido encontrar el tiempo y la concentración necesarias para hacer el mejor de los trabajos posibles. Las demás consideraciones suenan muy melodramáticas pero me temo están más en la mirada del observador que en la realidad práctica de cada día.

-De todas formas, debe de ser difícil superar alabanzas como las de "The Washington Post": "Todos los que disfruten con novelas terroríficas, eróticas, conmovedoras, trágicas y de suspense, deberían apresurarse a la librería más cercana y apoderarse de un ejemplar de La Sombra del Viento". ¿Cómo lo ha conseguido?
-Un par de aspirinas y una cabezadita. Nunca falla. Pruébelo.

Secretos de carpintería
-¿Podría explicarnos cómo era un día cualquiera mientras escribía El Juego del ángel, y en que había cambiado su rutina cotidiana?
-No sigo una rutina específica. El ritmo de trabajo lo marca el momento en que me encuentro en la escritura. Al principio escribo dos o tres horas al día y dedico muchas más a pensar en el libro, en la estructura y en los elementos a emplear. A medida que avanza el proceso trabajo sobre el terreno más horas, normalmente de noche, y empiezo a reescribir y reconstruir sobre la marcha. Hacia el final del proceso puedo llegar a escribir y reescribir casi doce horas al día. Es un proceso complicado que me lleva bastante tiempo y para el que necesito intentar desaparecer un poco del mundo porque tengo la mala fortuna de distraerme con facilidad. Apenas estoy saliendo ahora del túnel y volviendo a poner las cosas en perspectiva, la verdad. Si me pregunta lo mismo dentro de un año se lo podré responder mucho mejor.

-¿Tiene la novela guiños borgeanos? ¿Puede adelantarnos alguno?
-La novela tiene muchos guiños literarios, no sé si borgeanos o no. Ya sé que en los tiempos que corren es de rigor decir en las entrevistas que uno tiene una fijación borgeana y todo eso, pero la verdad es que yo no la tengo. La gracia de los guiños y de los juegos es descubrirlos. Es como un beso. No se puede, ni se debe, explicar a priori.

-Ahora le resulta muy fácil ir por libre y marcar las pautas, pero cuando publicó La Sombra del Viento la crítica destacó su apuesta por la narración tradicional en unos momentos en los que triunfaba la ficción intelectual en la que lo de menos (lo de muchísimo menos) era la acción. ¿Su éxito es la mejor muestra de que la novela no ha muerto?
-Supongo que se refiere usted a la crítica española, que en el caso de La Sombra del Viento tampoco es que hubiese mucha en el momento de su publicación... Supongo que esa es una percepción muy ligada al contexto local y a los tópicos al uso. Lo de que la novela ha muerto se viene diciendo desde principios del siglo XIX, normalmente por el mismo tipo de heraldo, y es como aquello del "no me gusta que a lo toro te ponga la minifarda", pero sin el duende. La literatura y la narrativa siempre ha tratado de amores, pasiones, traiciones y demás elementos de la experiencia humana. Es el material de todos los clásicos, de las grandes tradiciones dramáticas, de la poesía... Creo que me imagino a qué se refiere usted con lo de ficción "intelectual" y me atrevería a decir que de ficción tiene poco y de intelectual, o al menos relacionada con el intelecto o la inteligencia, mucho menos. Y la novela y la narrativa no morirán nunca, aunque yo sólo consiga reunir a cuatro lectores en torno a un libro, no se preocupe.

-Hace unas semanas, Fernando Aramburu lamentaba en nuestras páginas la mala fama que eso, que la fama, tiene entre nosotros, y que él felicitaba de corazón a Almudena Grandes, a Reverte, y a usted mismo por esas ventas que no niegan la calidad. ¿Por qué cuando aumentan las ventas hay quien cree que disminuye la calidad?
-Supongo que "entre nosotros" se refiere a cierta prensa, a opiniones interesadas y al tipo de consumidor esnob y minoritario que siente la necesidad de definir su perfil cultural por los productos que consume, y por tanto equipara ventas con calidad, sea en positivo o en negativo. No creo que los lectores de verdad, la gente que compra y lee libros en este país, se crea estas bobadas ni un segundo. El tema me parece tan transparente y obvio que casi produce sonrojo tener, a estas alturas, que dar explicaciones al respecto.

Conflicto lingöístico en Cataluña
-Justamente ahora también ha vuelto a la novela Eduardo Mendoza, en cuyas obras Barcelona también es un personaje... ¿Qué tienen que ver "su" Barcelona con las de Mendoza, Marsé, González Ledesma o Monzó?
-Supongo que cada una es única y parte del mundo interior del autor. Menciona usted cuatro escritores con un universo muy diferente que crean barcelonas muy diferentes. La ciudad es un pretexto, un personaje más, y el novelista la recrea de pies a cabeza para explicar su historia.

-Hablando de Barcelona, ¿no tuvo miedo de que las obras del metro acabaran taladrando los cimientos de La Sagrada Familia, y que la especulación inmobiliaria y la corrupción política puedan destruir no sólo la cara sino el alma de la ciudad?
-No estoy seguro de si los planos tienen previstos taladrar a través del alma de la ciudad; tendría que revisar los planos. Pero me permito creer que Barcelona, como Madrid o cualquier otra ciudad del reino, ha sobrevivido y sobrevivirá a cuantos chanchullos, estupideces y corruptelas les echemos encima. Las ciudades que entre todos construimos o destruimos siempre acaban por enterrarnos.

-¿Cómo se vive, con perdón y con un océano de distancia, el conflicto lingöístico de Cataluña?
-Mi principal conflicto lingöístico lo tengo en Finlandia, para serle sincero. Soy incapaz de entender la lengua local. No hace mucho estaba en Helsinki y me perdí. Acabé en medio de una catedral de aire ruso y de no ser porque me tropecé con una simpática muchacha que hablaba inglés, por poco acabo en San Petesburgo. He pasado los últimos 14 años viviendo en una ciudad donde se hablan más de 120 lenguas y la expresión conflicto lingöístico me suena a algo que se lo cura a usted un buen estomatólogo con una infusión de hierbas. O con un tranquilizante.

La música del Juego del ángel
- No he visto su firma en ninguno de los manifiestos que entretuvieron las pasadas elecciones... ¿No le interesa la política quizá? ¿Qué le parece eso del compromiso del intelectual?
-¿Se refiere usted a eso que va unido al carnet del partido o contingente dogmático al que pertenece? Compromiso intelectual es una de esas expresiones que, a la vista del patio, es el perfecto ejemplo de eso que ahora llaman oxymoron.

-Volvamos a la novela: ¿La música es otra clave para disfrutar El Juego del ángel? ¿Ha compuesto, como cuando escribió La sombra..., alguna pieza relacionada con el libro, y, si es así, piensa volver a regalarla al lector?
-La música es un simple divertimento para mi. Escribo música para divertirme, pero no hay necesidad alguna de escucharla para disfrutar de las novelas. Hay una serie de piezas que he ido componiendo en torno a los personajes y la historia de El Juego del ángel, sí, pero no sé si verán alguna vez la luz del día, o de un CD. No es algo que me planteé por el momento. Compongo estas piezas para mi, básicamente. Pero de editarse sería como un regalo, al igual que con La Sombra del viento, nunca con fines comerciales.

A los lectores, a la crítica
-¿Qué le diría a ese joven lector que hará cola el día 17 de abril en una librería, para leer lo antes posible El Juego del ángel?
-Me halaga que considere usted que mis lectores son todos jóvenes. Sólo de pensarlo me rejuvenezco yo un poco también. Aunque la verdad creo que son de todas las edades y condiciones. Y lo que tengo que decirles a los lectores se lo digo en los libros, como debe ser.

-¿Y al crítico que tiene que esperar al jueves 17 para reseñarla?
-Veo que aquí elige usted el singular y el género masculino. ¿Se refiere sólo a uno o es una especie de retrato robot como esos que usan en las comisarías tipo: varón, soltero, 45 años, vive con su madre, fue visto por última vez subiendo a un autobús...? Bromeo. No sé, francamente. No creo que los escritores tengan que decirles nada a alguien que vaya a hacer una reseña de uno de sus libros salvo desearles un buen día y suerte en todos sus proyectos de futuro.

Sí, como escribió Ruiz Zafón en La sombra del viento, "Un secreto vale lo que aquellos de quienes tenemos que guardarlo", el que ha rodeado al Juego del ángel demuestra lo mucho que su autor estima a los lectores. Están/estamos de suerte: el Cementerio de los Libros Olvidados, ese donde se cobija el libro que ha de acompañarnos toda la vida, está a punto de reabrir sus puertas. La espera ha terminado.