Letras

Moscoviada

Yuri Andrujovich

28 enero, 2011 01:00

Traducción de Oksama. Gollyak y F. Guerrero Solé. Acantilado. 216 pp., 18 e.


George Orwell ya nos advirtió que los escritores dependen del estímulo constante de los demás. Sin lectores, la creación literaria se muere poco a poco. Orwell profetizó que la caída del comunismo en Europa sólo revelaría que las dictaduras dejan mudos a los escritores. "Suprimid la libertad de pensamiento y las facultades creativas acabarán secándose". Yuri Andrujovich (Ucrania, 1960) pertenece a la generación que transitó de la opresión soviética a una democracia imperfecta. Ucrania sufrió terriblemente con Stalin (un genocidio que causó ocho millones de víctimas entre 1932 y 1933). Andrujovich no vivió esa tragedia, pero sí la angustia de sentir el aliento del Estado en la nuca, vigilando sin tregua. En los postrimerías de la URSS, fundó con otros dos escritores el grupo Bu-Ba-Bu (un juego de fonemas que se corresponde con la primera sílaba de las palabras ucranianas bufonería, farsa y burlesco). El humor siempre irrita a los tiranos, pues no tomarse nada en serio es una forma muy seria de discrepar. Andrujovich ha escrito novela, ensayo, teatro y ha mejorado su estilo con el meticuloso trabajo de la traducción. Nunca se ha desprendido de esa pasión por la pantomima que evoca las payasadas de Jarry o Tzara, pero con un espíritu más cercano al surrealismo, donde la parodia está uncida a la disidencia moral y política.

Moscoviada es una novela que relata la desintegración del totalitarismo soviético con la perspectiva de un poeta becado por el Instituto Gorki de Moscú. Su estancia en la capital del Impero desemboca en la cárcel de Lubianka, donde descubre la existencia de un subsuelo infestado de ratas del tamaño de un pastor alemán. El poeta se enfrentará al chantaje, la delación y lo grotesco. No actúa como un héroe, pero no se siente totalmente desarmado. Su imperfección como ser humano no le ha impedido dejar un rastro de palabras. "He amado esta vida con toda su inmundicia, pero nunca podréis matarme del todo. He dejado palabras, palabras y más palabras". En un ambiente que recuerda la peripecia del Nostromo, la nave de Alien, se plantea la confrontación entre el individuo y el Estado, donde la libertad ya no es un derecho o una meta, sino la condición necesaria para que surja lo humano. La ironía de Andrujovich, su prosa descarada, lírica e irreverente, nos muestra que la primera meta en una dictadura es sobrevivir y contarlo. Moscoviada es una brillante mascarada que nos recuerda algo esencial: la risa no es una filigrana de nuestra corteza cerebral. Es la esencia de la libertad.