Aldous Huxley
Aldous Huxley, célebre por su obra de ficción y sus ensayos, autor mundialmente conocido por su novela 'Un mundo feliz', encontró, sin embargo, en la poesía, desde su más tierna infancia, su primer y mejor vehículo de expresión, hasta el punto de convertirse en su primera vocación literaria. A pesar de haber labrado su carrera literaria como novelista y ensayista, nunca dejó de ser poeta. Cátedra presenta ahora, por primera vez en español y en una edición bilingüe de su poesía completa, la extensa creación lírica del autor inglés.OSCURIDAD
Mi alma tapiada jamás ha conocido
tan íntima oscuridad, deslumbrante paisaje,
como el punto ciego, del que brotan las visiones
en el corazón de la mirada crisólita...
la mística oscuridad que acaricia el trono de Dios
en un esplendor más allá de lo imaginable,
tan fugaz destello.
Pero las largas y siniestras tinieblas
que por la ciudad se despliegan,
sutilmente confusas, se arremolinan y dispersan,
menguan y viscosamente fluyen;
tinieblas de lujuria y avaricia,
del devastado cuerpo y el perverso corazón...
Yo conozco estas tinieblas.
DOS REALIDADES
Pasó un vagón con ruedas escarlata
y carrocería amarilla, nuevo flamante.
"¡Espléndido! -dije-, qué bueno
es estar vivo, cuando la belleza pela
la dura cáscara de la vida". Y tú
dijiste: "¡Espléndido!". Y pensé que habías visto
ese vagón brillando calle abajo;
pero miré y vi que tu mirada había caído
sobre un niño que atizaba puntapiés
a una obscena inmundicia marrón.
Nuestras almas son elefantes, pensé,
aisladas tras estrechos barrotes,
con trompas que asomadas fisgonean
y sobre la realidad se abalanzan;
y cada cual según su dulce antojo
se apodera del pastel que más le gusta
dejando atrás los demás.
VARIACIONES SOBRE UN TEMA DE LAFORGUE
La juventud, entretanto se expande, desvela
la siniestra metempsicosis
de azucenas muertas, convertidas en rosas
rojas como un tormentoso amanecer.
Pero las azucenas, recuerda, son flores sepulcrales.
Navegan, entretanto, los lentos y vivaces pétalos de rosa
a la deriva en la música de las horas más felices;
y esas azucenas, pálidas y frías,
fogosas rosas guardan bajo el césped
del velo con el que la joven novia se despide.
LIBROS Y PENSAMIENTOS
Viejos fantasmas que olvidó la muerte transportar
al otro lado del Leteo de los años
-he aquí mis amigos, pues ante sus lágrimas
lloro y con su júbilo me regocijo.
Desde una atalaya, cuyas almenas
ponen todo el cielo ante mis ojos,
en las largas noches estivales entro en trance,
adormilado entre murmullos y fragancias
que manan de la tierra, en tanto el cielo sobre mí
con su paz funde la paz del alma mía,
lo profundo hallando lo profundo. No hay agitación que conmoverme pueda,
nada en mi liberación la calma rompe:
en vano la iracunda luz del sol maldice
ante el silencio y la penumbra de las cavernas polares.
LA ELECCIÓN
Camarada, ahora que estás alegre
y por tanto eres sincero,
dime: ¿dónde te gustaría morir
y hacer que tu amigo enterrase
lo que tú fuiste una vez?
"¿En lo alto de una colina
con una vista apacible
del país donde en calma todo permanece?"...
Dios santo ¡Yo no!
Yacería en la calle
allí donde dos arroyos se encuentran,
con un intenso rumor que llega
a los oídos,
mientras dentro del cerebro tocan
marchas de vida y muerte,
de gloria, júbilo y miedo,
de la paz que se muda,
del fragor de la contienda
y de desbandadas de ejércitos en estampida.
Libre, allí me conmocionaría
lejos de los hundidos ritmos
de mi indolente esencia.
ALMERÍA
Los vientos aquí no tienen insignias en movimiento, pero recorren
una vacía oscuridad, una destemplada luz;
ramas que no se doblan, nunca una flor torturada
se estremece, raíces agotadas, a punto de volar;
alado futuro, marchito pasado, ni semillas ni hojas
dan fe de esos veloces pies invisibles: corren
libres por una tierra desnuda, cuyo pecho recibe
todo el fiero ardor de un sol desnudo.
Tú tienes la Luz por amante. ¡Tierra afortunada
que concibe el fruto de su divino deseo!
Mas el seco polvo es todo lo que ella da a luz,
esa hija de arcilla creada por el perpetuo fuego celestial.
Por lo tanto venid, suave lluvia y delicadas nubes, y calmad
este amor radiante que tiene la fuerza del odio.