Andrés Sánchez Robayna. Foto: Julián Jaén

El poeta Andrés Sánchez Robayna tiene en sus manos el Diario de Valente desde 2009, aunque la noticia de él viene de mucho antes. "Coral decidió -a mi modo de ver con toda razón- no precipitarse ni dejarse llevar por el fetichismo de lo inédito. ¿Qué prisa había en darlo a conocer? La publicación llega cuando, después de estudiar cuidadosamente el texto, y de valorar su interés, hemos creído conveniente divulgarlo. Se trata en este caso de unas páginas de gran importancia en la obra de Valente. Es fácil creer que todo lo que un escritor deja inédito a su muerte tiene valor, pero la realidad suele ser muy distinta. Hay que dar a los inéditos la dimensión que merecen. Yo mismo, al editar las Obras Completas de Valente, decidí dejar al margen un conjunto de textos inéditos que no añadían nada a su obra. Pero este diario es otra cosa. Es objetivamente importante, como podrá comprobarse. Valente publicó algunos fragmentos, sobre todo poemas y aforismos. Este diario no es, por lo demás, el único inédito de Valente que quedaba. Hay todavía un largo texto narrativo, que también verá la luz en su día.



En el Diario hay poemas, esbozos de ensayos, anotaciones sobre viajes, proyectos, opiniones sobre otros escritores, declaraciones de amor y fragmentos duros y emotivos muy personales. Todas las entradas están fechadas. Comienzan en octubre de1959 y terminan en el mismo año de su muerte, en 2000. Cuenta Sánchez Robayna que"empezó como un diario de escritor y terminó siendo un diario de vida. Quiero decir que al principio sólo anotaba cuestiones y preocupaciones literarias y filosóficas, pero luego fue incorporando también aspectos autobiográficos o relacionados con la vida diaria".



- ¿Está el Valente más genuino? ¿Es un Valente claro, directo (propio de un diario), o está el poeta críptico y sublime?

- El lector podrá encontrar aquí al Valente de los poemas y los ensayos ya conocidos y, además, al Valente más personal e íntimo. Algunas notas son de una desnudez sorprendente, y otras poseen un considerable dramatismo, sobre todo las relacionadas con el fallecimiento de su hijo Antonio en 1989. Unas y otras poseen un extraordinario interés para conocer los estados de espíritu en que nacieron muchos poemas del período último. Y en esa medida, creo, deben ser valoradas, no como meras declaraciones íntimas. Toda vida humana está llena de fases o circunstancias más o menos dramáticas. Sólo algunos consiguen transformar esas situaciones en poesía.



Hay, pues, amor y dolor, ternura y esperanza y, por encima de todo, esa capacidad crítica suya que sigue sorprendiendo por su intensidad y por la diversidad de sus intereses intelectuales. Valente -lo repetía a menudo- se sentía solo y ajeno a todos los escritores contemporáneos españoles. ¿Qué referencias a escritores son especialmente interesantes?

-Hay muchas sobre escritores, artistas y filósofos del pasado, y también a muchos coetáneos. Pero no solo eso. Hay también muchas referencias a la situación política internacional y española. El Diario es un texto de importancia capital para entender a Valente como poeta y escritor europeo. Gran parte de su aprendizaje como escritor lo hace en Inglaterra y en Suiza. Sus lecturas en inglés, francés o italiano le dan un perfil muy peculiar como escritor, un perfil muy distinto a lo que se estilaba en la España de los años 50 y 60. Valente conoció y trató a Vasko Popa, a Stephen Spender, a Edmond Jabès, a Ted Hugues... Todo esto contribuyó a su singularidad como escritor.



-Valente hacía gala de una libertad absoluta que le granjeó animadversiones entre muchos de sus contemporáneos. ¿Este libro acentuará ese distanciamiento o aclarará sus posturas?

-Ambas cosas. No faltan aquí las opiniones contundentes, e incluso radicales, tan características de su pensamiento crítico. Valente es, en este sentido, una figura irrepetible. Pero se verá aquí en qué medida podía ser también, por lo mismo, profundamente autocrítico. Supo reconocer, por ejemplo, algunas de sus equivocaciones, como en el caso de su valoración de Juan Ramón Jiménez, al que Valente, en sus años últimos, consideraba el poeta más decisivo de la modernidad poética española, sin perjuicio de la grandeza de Machado. Vale la pena prestar atención a estas actitudes críticas, de una coherencia y honestidad nada comunes en el medio cultural español. El Diario contribuirá sin duda a comprender mejor esos rasgos.



- ¿Ha sentido la tentación de obviar alguna opinión polémica?

- He estado más de un año desentrañando y transcribiendo el manuscrito. Una tarea a ratos muy ardua, casi laberíntica, tanto por la extensión del libro como por las citas en diversas lenguas, que ha sido necesario traducir y, en algunos casos, anotar desde el punto de vista bibliográfico. No es una edición académica, sin embargo, y he huido de la anotación exhaustiva. No se ha prescindido, por otra parte, de ninguna observación o anotación polémica, por mucho que pudiera suscitar reacciones adversas. Ya sabemos que Valente nunca se mordió la lengua cuando era interrogado sobre autores o sobre cuestiones que no le interesaban. Únicamente he omitido unas pocas líneas (unas veinte en total) que, estoy seguro, Valente no hubiera deseado ver impresas. Tengo una gran responsabilidad en este punto, como albacea literario, y también una gran certeza.



- Dice usted en el prólogo que Valente se muestra en estas páginas "extremadamente crítico con la transformación del escritor en personaje o máscara de sí mismo". Explíquenoslo.

-Diario anónimo es el diario paradójico de quien no creía que la biografía de un poeta pudiera tener interés en sí misma. Valente creía más bien en el camelion poet de Keats. Decía que un poeta debía tener una biografía, e incluso varias, a condición de que todas estuvieran cuidadosamente falsificadas. Prefería plantear esta cuestión de manera irónica. En el Diario insiste en que todo escritor debe huir del "personaje" público en que puede convertirse. En alguna ocasión afirmó incluso que ni siquiera quería fotos o imágenes personales en sus libros.



De todos los Valente que asoman en el Diario, a Robayna le parece que el más valioso es el conjunto de observaciones y comentarios de poética. "Son absolutamente excepcionales. Aquí vemos al Valente que reflexiona sobre el fenómeno poético como sólo lo han hecho en español, en su tiempo, Lezama Lima y Paz."



-Como amigo suyo que fue, por qué cree que el poeta no publicó estas páginas en su día?

-Aunque Valente se sirvió de muchas de estas anotaciones como puntos de reflexión y de referencia para algunos de sus ensayos, e incluso publicó algunos fragmentos o pasajes, me parece que sin embargo no era del todo consciente del interés objetivo de estas páginas. No las publicó como libro por la misma razón que no lo hizo con los Fragmentos de un libro futuro: era una obra que, en realidad, debía acabar con él, una especie de "libro de la vida", es decir, una obra que, en su concepción, debía ser necesariamente póstuma.