Libros del Silencio. 2011. 176 páginas, 15 euros

El 7 de agosto 1974, el funambulista francés Philippe Petit paseó por una cuerda entre las Torres Gemelas. Petit contó esa hazaña en un libro (Alcanzar las nubes, Alpha Decay, 2007) en el que el realizador James Marsh basó en 2008 su documental Man on Wire, ganador de un Oscar.



Esa es la anécdota, o parecida, en la que se basa Javier Avilés (Barcelona, 1962) para comenzar a contar esta inclasificable primera ¿novela? ¿Contar qué? No sabemos. El narrador se confiesa incapaz de hilvanar un discurso. "Todo está dicho ya. Intentar crear una obra narrativa que explique algo es una tarea redundante. Todo está dicho, todo está escrito. Sólo varían las formas", nos advierte. No es extraño que el discurso sea referencial, que la anécdota conviva con el juego de palabras, con las listas a lo Perec o con menciones audiovisuales. Constatación brutal del presente es el hijo autónomo pero inseparable de un blog de referencia, El lamento de Portnoy, donde el autor ha ensayado durante ocho años los mismos asunto que ahora cristalizan aquí. Y, del mismo modo que el blog tiene sus militantes acérrimos -como el mismísimo Vila-Matas-, los tendrá también la ¿novela?, que a pesar de su fragmentariedad y de su opacidad, sabe desplegar un sinfín de misteriosos mecanismos para atrapar al lector.