Mercedes Cebrián y Jon Bilbao

Selección de S. Bellver y J. Soto Ivars. Libros del Silencio, 2011. 374 páginas, 22 euros

Con un título que reproduce la frase de un personaje en Mientras agonizo, de Faulkner, se recogen en este volumen treinta y tres relatos de otros tantos autores actuales -veintiséis españoles y siete hispanoamericanos- cuyos años de nacimiento, si se exceptúa a Eduardo Mendoza, que ofrece una especie de epílogo narrativo, oscilan entre 1954 (Alfonso Fernández Burgos) y 1988 (Aixa de la Cruz). Los dos compiladores del conjunto se incluyen entre los narradores, además de explicar en un prólogo extremadamente teñido de literatura que la organización de esta "antología anfibia y eléctrica" (p. 11) obedece al deseo de recopilar relatos distintos que tomen como base conflictos engendrados en el seno de las relaciones familiares, ya que "siempre a cuestas con su familia, exceptuando a esos extraños solitarios que parecen haber venido del espacio, los escritores encuentran en su árbol genealógico un abono seguro para que germine el conflicto y, con él, lo literario" (p. 10). Claro está que con este planteamiento de límites tan imprecisos podría confeccionarse una colección casi interminable. Ésta no lo es, pero tampoco deja claras las razones que han determinado la selección de unos autores y la exclusión de otros posibles, además de la ya citada pertenencia a un ámbito temático común. Y los resultados son no sólo diversos -como cabe esperar de cualquier antología- sino también de muy desigual calidad.



Varias sesiones de lectura a lo largo de tres días dejan como poso un recuerdo nítido de algunos relatos: los turbios sentimientos sugeridos por Paula Cifuentes en "Amar al padre", las historias vampíricas de Jordi Soler ("La posesión") y de Aixa de la Cruz ("True Milk"), la descarnada vida de un ser marcado desde la niñez por el abandono y el desamor en "La necesidad de ser hijo", de la chilena Andrea Jeftanovic, se graban con facilidad en la memoria del lector merced a su eficaz escritura. Otros relatos, cuyos autores parecen moverse entre la estética de Star Wars y la de Blade Runner, resultan demasiado miméticos con respecto a las creaciones de ciencia ficción. Y el recurso a motivos que podrían entenderse como infrecuentes e incluso escandalosos no siempre garantiza la calidad del producto final, como demuestra "Chuchos", de Óscar Gual.



Algún caso de alegoría bien planteada, como la del cuento "Piel de escamas", de Paula Lapido, hubiera requerido algo más de extensión para ser una pieza notable. En "La Hostería", de Mariana Enríquez, hay también una interesante historia malograda en parte por el déficit elusivo de su escena medular. Y constituyen excelentes ejemplos narrativos -conviene destacarlo así- obras como la de Jon Bilbao ("Prueba de amor"), que acaba por ser un irónico relato sobre la progresiva transformación de la historia, y "Omnívoros", unas pocas páginas suficientes para acreditar las magníficas dotes para la narración breve de Mercedes Cebrián. Otra de las perspectivas interesantes que brindan estas recopilaciones es la posibilidad de atisbar tendencias e influjos de corrientes y autores. Así, el cuento "La bendición", de Gabriel Sofer -autor que ha publicado ya una novela y un volumen de relatos-, parece escrito siguiendo pautas narrativas cercanas a las de Jorge Márquez en algunas de sus narraciones, como "El claro de los trece perros". Pero se trata de impresiones leves, traídas por la brisa que circula entre unas obras y otras en el vasto repertorio de la literatura.