Su trama arranca del caso que lleva el joven abogado Alejandro Pedreira: un recurso de casación contra una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, el de una patente farmacéutica, de especial trascendencia porque la sentencia pedía la indemnización más alta acordada hasta entonces por los tribunales españoles en materia de propiedad industrial. El asunto pone en danza muchos intereses y el autor teje con ellos el relato de unas vidas que reparten su tiempo entre Galicia, Madrid y Toledo, mientras desteje, con acertado realismo, los motivos que forjan una intriga creciente, dirigida a desenmascarar un episodio de corrupción judicial. El final, bien resuelto, remite al principio: "Bucéfalo" es el caballo, y el "campo" por el que cabalga con su dueño, el escenario donde no tienen cabida esa clase de intereses.
El campo de Bucéfalo
J. M. Otero Lastres
9 diciembre, 2011 01:00Su trama arranca del caso que lleva el joven abogado Alejandro Pedreira: un recurso de casación contra una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, el de una patente farmacéutica, de especial trascendencia porque la sentencia pedía la indemnización más alta acordada hasta entonces por los tribunales españoles en materia de propiedad industrial. El asunto pone en danza muchos intereses y el autor teje con ellos el relato de unas vidas que reparten su tiempo entre Galicia, Madrid y Toledo, mientras desteje, con acertado realismo, los motivos que forjan una intriga creciente, dirigida a desenmascarar un episodio de corrupción judicial. El final, bien resuelto, remite al principio: "Bucéfalo" es el caballo, y el "campo" por el que cabalga con su dueño, el escenario donde no tienen cabida esa clase de intereses.