Edward Hopper: Habitación de Hotel, 1931

Ya lo dijo Virginia Woolf el siglo pasado: “No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”. Desde la Lisístrata de Aristófanes, representada por primera vez el año 411 a. C. -y en la que la protagonista organizaba una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra-, a nuestros días se ha escrito, leído y luchado mucho. Hoy frases como “La mujer es el verdadero principio de continuidad de un pueblo, el arca de sus más preciadas y más profundas tradiciones”, de Unamuno, o “La mujer tiene un poder único, que se compone de la realidad de la fuerza y de la apariencia de la debilidad”, de Víctor Hugo, con sus verdades implícitas, pueden sorprendernos porque la realidad de las mujeres, de las escritoras y las editoras, ya ha ido mucho más allá. Además, el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se presenta especialmente estimulante por el polémico informe de la RAE que estudia los excesos del lenguaje no sexista. El debate, encendido, no oculta sin embargo ni las cifras de las víctimas de la violencia machista, ni el incremento del paro de las trabajadoras (¿qué celebrarán todas las que han perdido su empleo estos años?), ni las desigualdades. Pero, ¿qué piensan ellas, las creadoras y editoras? ¿celebran el día o lo consideran quizá discriminatorio? Si ayer 8 poetas, novelistas, editoras... tomaban la palabra, hoy otras ocho, también de primera, toman el relevo para responder a estas mismas cuestiones: 1. ¿Aún es necesario dedicar un día a la mujer trabajadora? ¿No lo son todos? 2. ¿El ámbito de la cultura es diferente?  3. ¿Alguna vez se ha sentido discriminada, como escritora, docente o editora, por el hecho de ser mujer? 4. ¿Qué opina de la polémica sobre el informe de la RAE sobre los excesos de las guías sobre el lenguaje no sexista? 5. ¿A qué mujer le gustaría ver en la RAE y por qué?

Espido Freire (escritora)

“Me he sentido juzgada por mi aspecto físico”

1. A mi juicio, sí. Pero quizás no sea objetiva, ya que yo soy una mujer trabajadora. En otros ámbitos no viene mal de vez en cuando reclamar cierta visibilidad. 2. No exige, por lo general, fuerza física, y por ello deberían existir menos desigualdades. Pero me temo que se buscan otras excusas para marcar las diferencias. 3. Me he sentido juzgada por mi aspecto físico o por una apariencia determinada mucho antes de ser leída o escuchada. Creo que eso es menos frecuente en varones. 4. En estos momentos, no es un tema que me preocupe. Soy más partidaria de los genéricos que de otro modo de lenguaje que especifique género, y lo soy por razones de estética lingüïstica. 5. Sin dar nombres, me agradaría que alguna mujer menor de cincuenta años fuera aceptada: el lenguaje necesita renovación, y puntos de vista diferentes.

Luna Miguel (poeta)

“Mi generación está teniendo más suerte que la anterior”

1. Este día no es necesario y sin embargo sigue siendo un recordatorio de lo mal que aún están las cosas para tantísimas mujeres. Lo importante no es el día, sino cómo se celebra. 2. En el mundo de la cultura todo es difuso y complicado. Creo que mi generación está teniendo más suerte que la anterior. Admiro a escritoras o editoras que realmente sí han tenido que enfrentarse a verdaderos problemas sexistas. Actualmente yo no percibo ese problema en mi ámbito, sólo podría recordar dos o tres situaciones desagradables que se basan más en la envidia que cualquier tipo de cuestión de género. 3. Como decía sólo alguna vez me he sentido mal por comentarios del tipo "esta ha ganado un premio de poesía porque se la ha chupado a alguien del jurado" o cosas por el estilo, pero OJO, este comentario, aunque haya podido darme rabia, me parece de alguien que no sabe ni pensar ni expresarse que parte de un hecho de "riña literaria" y se expresa con un comentario sexista. Tampoco me gustan las mujeres que se hacen las víctimas. No hace falta. 4. Me parece todo un poco exagerado. Tranquilidad, please. 5. A toda mujer que esté cualificada para ello, igual que a todo hombre que esté cualificado para ello.

Berta Vías (novelista)

“Me parece peor cuando insisten en que soy mujer, como si fuera una idiota excepcional”

1. No tengo especial confianza en los días dedicados a nada. En cuanto a que de verdad contribuyan a mejorar las cosas. Sin embargo, sirven para recordar lo que ha ocurrido, lo que podría volver a ocurrir y sigue ocurriendo en algunos lugares. Son, además, un homenaje a muchas personas que han tenido el valor de luchar por los demás. 2. No creo que sea muy diferente. El problema verdaderamente grave no está en los distintos ámbitos profesionales de nuestra sociedad, sino en determinadas personas que siguen aferradas a sus prejuicios y sobre todo en otras culturas, en las que todavía no se contempla siquiera la posibilidad de hablar de igualdad entre hombres y mujeres. 3. Nunca me he sentido discriminada por el hecho de ser mujer. Tal vez tenga que ver con que he tenido suerte (entre otras cosas, porque vivo en una época y en un país en los que las diferencias van siendo, poco a poco, cosa del pasado) y también con que no presto demasiada atención a si me hacen caso o no. Me parece peor cuando insisten en que soy mujer. Me da la sensación de que me tratan como si fuera una idiota que ha conseguido algo excepcional. Creo que aquí lo que urge conquistar es la naturalidad. 4. Tanta preocupación por que el lenguaje no sea sexista me parece exagerada. Cuando alguien dice "los escritores" o "todos vosotros" me siento incluida. Cuando hablan de "la humanidad", "las personas" o "la gente", supongo que un hombre también. Con tanto afán de supuesta justicia acabaremos por no poder hablar, cosa que tal vez no esté del todo mal, sobre todo, teniendo en cuenta lo que al parecer han llegado a decir sobre el trato a la mujer los imanes de Tarrasa o Fuengirola. 5. Cuando un escritor o un académico me parecen buenos, me da lo mismo que se trate de un hombre o de una mujer. Me puedo identificar igual con uno que con otro. O no identificarme. Me ocurre lo mismo con las personas de otra raza. O con las que profesan una religión o una ideología que no comparto, que al fin y al cabo son todas. Si hicieran académico a un gato, ya me costaría más.

Silvia Querini (Editora)

“El 8M lo vivo como una discriminación”

1. Me parece innecesario y lo vivo como una discriminación, aunque positiva. Solo me quedaré tranquila cuando en el calendario coloquen también el día del hombre trabajador, en el supuesto de que quede trabajo para alguien... 2. En el ámbito de mi trabajo, hay areas dominadas por las mujeres (agencias literarias, scouts) pero eso se explica porque en un principio estas tareas necesitaban de poca infraestructura y se podían resolver desde casa. De ahí que muchas mujeres pudieran (y puedan todavía en algunos casos) ejercer su trabajo mientras se cuidaban de "sus labores". 3. No creo que nadie se molestara en discriminarme. Yo misma me tomé el trabajo de hacerlo, y eso es lo que no quisiera para las generaciones futuras. 4. Los hábitos linguísticos son difíciles de erradicar, pero me gusta la idea de hablar de personas, más allá del género que nos haya tocado en suerte. 5. A ninguna que no reuniera las cualidades para ejercer su trabajo. Lo mismo que opino de un hombre.

Almudena Guzmán (poeta y periodista)

“No te atacan de frente, pero te silencian”

1. Aún lo veo necesario porque sigue habiendo discriminación sexual en el mundo laboral. 2. La cultura es un reflejo de la sociedad y la sociedad española sigue siendo machista: no de forma, pero sí de fondo, "sutilmente". Ningún hombre se atrevería a decir ahora que es machista, porque es políticamente incorrecto, pero los que lo son saben muy bien cómo actuar sin delatarse. 3. Sí, y vuelvo de nuevo a la sutileza: no te atacan de frente, pero te silencian o, al menos, lo intentan. 4. Estoy completamente de acuerdo con la RAE, sería un delirio total, un empezar y nunca acabar. Y, como poeta, bastante trabajo ya con el lenguaje como para añadir ese plus. Y pienso, además, que la poesía no se beneficiaría con él porque es el arte de la concisión. 5. A mí me habría gustado ver a María Moliner: ¡Que pedazo de mujer y encima en esos tiempos tan endemoniadamente misóginos! Siempre la he admirado mucho.

Elia Barceló (novelista y profesora)

"Todavía hay que borrar muchas palabras ofensivas para las mujeres"

1. Todas las mujeres (o casi todas) trabajamos todos los días, muchísimo además; eso no sorprende a nadie y, desde ese punto de vista, no debería ser necesario recordar a la Mujer Trabajadora de modo especial, pero si nos damos cuenta de que la mayor parte de las mujeres, por mucho que trabajen, siguen sin cobrar lo mismo que los hombres y tienen el acceso muy limitado a los puestos de dirección, entonces sí que debemos continuar celebrando ese día. 2. No creo que sea muy distinto. Los puestos directivos en grandes editoriales o en instituciones de cultura, estatales o no, suelen estar ocupados por hombres aunque la mayor parte del personal sea femenino. Y no hay más que ver la desproporción hombres/mujeres en la RAE. 3. En general no he tenido ningún problema, salvo cuando escribía ciencia ficción y a ciertos editores les molestaba que una "chica joven y simpática", conocida por su lirismo, escribiera a veces textos duros, con vocabulario grosero incluso, y sin final feliz. Uno llegó a decirme en una carta que le encantaría publicar un relato mío en una de sus antologías "cuando escriba usted uno bonito, no tan cruel ni tan negro." Esas antologías estaban llenas de relatos negros y crueles, pero escritos por hombres y en ese caso eran relatos "despiadados, con nervio". 4. Me parece que es importante colaborar a que la lengua se vaya adaptando a la realidad actual y hacer lo posible por borrar palabras ofensivas o humillantes para las mujeres. En muchas ocasiones, cambiar la palabra ayuda a cambiar la reacción de la gente frente a las circunstancias de la realidad. Sin embargo, la propuesta que se ha hecho para una lengua como la nuestra en la que el género se usa no sólo en sustantivos, sino en adjetivos, artículos, demostrativos, etc. es una auténtica exageración. Yo, la verdad, preferiría que el esfuerzo se pusiera más en que hubiera igualdad de salario, así como igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, en vez de tanto "ciudadanos y ciudadanas", "alicantinos y alicantinas". 5. En principio, a cualquier mujer de letras, tanto si es escritora, como periodista, filóloga, crítica de arte, etc. No me parece aceptable que tengamos tan poquitas académicas, ni que las pocas mujeres que hay hayan tenido que esperar tanto tiempo para ser elegidas. Yo, personalmente, votaría por Cristina Fernández Cubas, pero así, sin pensarlo mucho, se me ocurren veinte o treinta que se lo merecen, y debe de haber otras tantas que no conozco y que también se lo merecen.

Ángeles Irisarri (novelista)

“Jamás me he sentido discriminada”

1. Afortunadamente ya no es necesario dedicar un día a la mujer trabajadora, todos los días, los meses y los años son nuestro trabajo, y salud que haya. 2. No hay que diferenciar en gremios ni sublimar profesiones. 3. No, nunca, al revés. Me dieron un premio, el Femenino Singular, al que sólo podían presentarse mujeres cuando todavía no se hablaba de la “discriminación positiva”. 4. ¿Me parece muy bien, ya es hora de dejarse de memeces, por no decir algo más grueso... Creo que con don Alberto Blecua ha llegado sangre nueva a la Academia y que él y otros han tomado el toro por los cuernos, porque, qué es eso de quitar los acentos a los pronombres, por ejemplo. ¿Es que la RAE ha estado de rebajas? 5. A Esther Tusquets, porque domina el lenguaje de maravilla debido a sus muchas lecturas, a que estudió el bachiller del examen de grado y a que cuando cursó Filosofía y Letras había que hincar los codos para aprobar.

Almudena Solana (escritora)

“Si la mujer se pusiera a celebrar su día ¡se pararía el mundo!

1. Hay mucho trabajo por delante para equiparar a la mujer con el hombre en un mundo de igualdad de reconocimiento y oportunidades. Sin embargo, no soy muy partidaria de las fechas señaladas. Además, si la mujer se pusiera a celebrar su día... ¡Se pararía el mundo! Sobra la palabra "trabajadora"; todas las mujeres de todos los paises del mundo, a diferencia de los hombres, somos trabajadoras; mujeres activas. 2. Seguramente no. 3- No. De todas maneras no soy consciente porque no tengo otro referente con el que compararme; no sé cómo me estaría yendo si fuese hombre... En la escritura, la verdadera protagonista es la obra, de eso no hay duda. 4. El verdadero sexismo está en la percepción, en los prejuicios y en las modas. Los políticos en sus discursos han hecho y hacen mucho daño. ¿Por qué antes de hablar no consultan a los lingüistas? El sexo y la gramática son cosas distintas, sin embargo, no sé por qué ven moderno eso de: Compañeros y compañeras, padres y madres (horror) niños y niñas, amigos y amigas todos.... Increíblemente aquel Ministerio de Igualdad de Bibiana Aído hizo mucho daño. Defiendo la igualdad por encima de todo pero no está ahí. No encuentro nada más moderno que una mujer se sienta representada en un masculino plural. 5. ¡Tantas! Sería difícil decir. ¡Que se vayan incorporando, por favor!