Nicanor Parra

Ignacio Echevarría nos devuelve los poemas olvidados de Nicanor Parra al tiempo que relata sus historias.

En junio de 1981, apenas recién puesta a rodar, después del plebiscito del año anterior, la nueva constitución chilena, que confirmaba a Augusto Pinochet en el cargo de presidente de la República hasta 1989, Nicanor Parra emprendió en las páginas de diario El Mercurio una sección titulada El Averiguador Particular. El título de la sección parodiaba el de una veterana sección del periódico, El Averiguador Universal, creada en 1922 por el sacerdote Emilio Vasse, una especie de consultorio en la que se respondía a preguntas de la más varia índole hechas por los lectores. En el siglo XIX proliferaron en la prensa de toda Europa libros y revistas que, bajo el mismo título, satisfacían idéntica pretensión de resolver las dudas y preguntas más comunes que podía plantearse un ciudadano. Alguien, no recuerdo quién, me decía con choteo que eso del Averiguador Universal venía a ser un precedente muy rudimentario de Google. Y no le faltaba razón. Como fuere, Parra le dio la vuelta a la cosa con vistas a colar dentro del diario, en aquellos años de mordaza, chistes, boutades y provocaciones de todo tipo, pero también certeras reflexiones, formuladas a la manera de sus ya entonces célebres "artefactos". La sección sólo conoció cinco colaboraciones, del 7 de junio al 19 de julio de aquel año. A continuación se reproducen tres de ellas, que dan cuenta de su tono y de sus alcances.



En la primera, sale a relucir la precocísima conciencia ecologista de Parra, que no duda en sugerir un grosero juego de palabras con la primera estrofa del himno nacional chileno, que reza: "Puro, Chile, es tu cielo azulado, / Puras brisas te cruzan también, / Y tu campo de flores bordado, / Es la copia feliz del Edén"...



En la segunda, Parra abunda en una de sus premisas más insistentes: la indistinción esencial entre prosa y verso; y para ilustrarla, llama la atención sobre un detalle verdaderamente sensacional: las primeras palabras del Quijote forman, sucesivamente, un octosílabo y un endecasílabo. En otro lugar, durante la visita que Parra hizo a Madrid en 2001, hubo ocasión de oírlo improvisar aventurera y genialmente sobre las lecturas implícitas en este detalle: la primera frase de la novela de Cervantes ya lleva incorporada subliminalmente la dialéctica entre Sancho y Quijote, entre el metro popular (el octosílabo) y el metro culto e italianizante (el endecasílabo), entre la España plebeya y la que, con su rancia hidalguía, iba a estrellarse en sus pretensiones imperiales.



La tercera no requiere comentarios.



El averiguador particular, 1

¿Qué es lo que más teme en la vida?

-La muerte

del planeta

como paraíso terrenal

O terminamos con la contaminación

antes que ella acabe con nosotros

o vamos rectificando nuestra Canción Nacional

(la verdad ecológica ante todo)

¿Puro Chile es tu cielo azulado?

¿Puras brisas te cruzan también?

Usted comprenderá señorita

que el adjetivo puro ya no corre.

Yo propongo con el máximo de cortesía...

Bueno, mejor me quedo callado



7 de junio de 1981




El averiguador particular, 2

Somos dos estudiantes de Pedagogía

Al profesor no se le entiende nada

Sáquenos de la duda don Nicanor

¿en qué se distingue la prosa del verso?



-¿Diferencia? ¡Ninguna!

Es cuestión de costumbre solamente

Los poetas escriben para abajo

Los prosistas escriben para el lado:



En un lugar de la Mancha

(octosílabo)

de cuyo nombre no quiero acordarme

(endecasílabo)



Me decepciona Parra:



Lo tenía por uno de los nuestros

-Nada de qué admirarse Execelencia

los golpes militares enseñan a la gente



19 de julio de 1981




El averiguador particular, 3

Sáquenos de la duda

El Ejército de Salvación

pertenece a las FF.AA.P?



Algo sobre la vejez?

Una edad como cualquier otra

para luchar por una causa justa

llámese socialismo o ecología



Tres deberes patrióticos impajaritables:

talar un árbol

quemar un libro

y provocar un aborto



21 de julio de 1981




"El hombre imaginario"

el poema que lo salvo y salto del octavo piso "Lo escribí con una pistola sobre el escritorio. Era eso o el suicidio", dice Parra mientras vamos en el auto, y recuerda a Ana María Molinari Vergara, cuy ausencia inspiró "El hombre imaginario".

"El idilio duró apenas dos meeses. Ella se fue a USA", recuerda. Fue allí cuando ese poema -sin duda uno de os más bellos de la lengua- lo salvó:



Y en las noches de luna imaginaria?

sueña con la mujer imaginaria

que le brindó su amor imaginario

vuelve a sentir ese mismo dolor

ese mismo placer imaginario...

Todo imaginario, salvo el dolor.




"Ella volvió ocho años después; pero ya no era la mujer imaginaria."

"Estábamos cenando en la casa de Amparo Claro y de pronto sonó el teléfono. Vicente Huidobro nieto se levantó para atender. Nicanor, hay malas noticias, me dijo: la Mujer Imaginaria acaba de lanzarse desde un octavo piso."



Declaraciones tomadas por Carlos Peña en entrevista a Nicanor Parra publicada en El Mercurio el 10 de junio de 2007




Cómo se construye un discurso

"En la teoría literaria discurso es toda configuración de palabras que aspira a un sentido. Una simple configuración de palabras. Porque la cuestión no es pasar ni quedarse [...] Por eso yo he llegado a la siguiente conclusión: hay que hablar por escrito. Yo demoro seis meses en armar un texto que se lee en cuarenta y cinco minutos y que parece que estuviera improvisado. Y este es el problema que hay que tratar de resolver: cómo se construye un discurso; menos aún: cómo una frase que se sostenga por sí misma. Los teóricos dicen que eso es imposible en la actualidad. ¿Por qué? Porque antes los discursos eran como ropa que se colgaba en los alambres. Uno de esos alambres se llamaba cristianismo, otro marxismo, otro psicoanálisis... Todos esos alambres se cortaron, cayeron. Y lo primero que hay que hacer para superar esto es hablar desde ninguna parte. Y es que si tu hablas desde la derecha, o desde la izquierda, o desde el centro, estás perdido."



Declaraciones de Parra recogidas en el documental Retrato de un antipoeta (2009), dirigido por Víctor Jiménez Atkin