Quizá con idea de poner cerco a aquello que más condiciona la existencia humana se propone, en esta ocasión, encarar la felicidad, ¡casi nada! El autor conduce el tema por doce relatos escogidos para ofrecerse como muestra de las diferentes versiones de una búsqueda atávica. Versiones animadas por la disparidad de escenarios y personajes, con historias como la de Sinagua, la niña india que vende collares en "su trozo de milla", o la de Luz, que persigue el rastro de una noche tras la banda sonora de los temas de Bruce Springsteen. Todos buscan su "pedacito de utopía" (diría Benedetti) al tiempo que buscan su "lugar en el mundo": un lugar "sin fisuras ni grietas, en el que poder encontrarse sin volver a perderse". Puede ser Madrid, Nueva Delhi, Nueva York, Túnez o Afganistán.
Los días felices
Ángel Fernández Fermoselle
6 julio, 2012 02:00Quizá con idea de poner cerco a aquello que más condiciona la existencia humana se propone, en esta ocasión, encarar la felicidad, ¡casi nada! El autor conduce el tema por doce relatos escogidos para ofrecerse como muestra de las diferentes versiones de una búsqueda atávica. Versiones animadas por la disparidad de escenarios y personajes, con historias como la de Sinagua, la niña india que vende collares en "su trozo de milla", o la de Luz, que persigue el rastro de una noche tras la banda sonora de los temas de Bruce Springsteen. Todos buscan su "pedacito de utopía" (diría Benedetti) al tiempo que buscan su "lugar en el mundo": un lugar "sin fisuras ni grietas, en el que poder encontrarse sin volver a perderse". Puede ser Madrid, Nueva Delhi, Nueva York, Túnez o Afganistán.