Ian McEwan.
Inglaterra, 1972. La Guerra Fría entra en una etapa moribunda, pero la lucha continúa en el plano cultural. El país se enfrenta a su quinto estado de emergencia, aterrorizado por la escalada de la violencia del IRA después del "Domingo sangriento" y aturdido por la crisis de la industria. Ian McEwan sitúa en este contexto su nuevo libro, Sweet Tooth, un thriller de espionaje, amor y traición que saldrá a la venta en Reino Unido el 28 de agosto, editado por Knopf Canada. El jueves 23, los privilegiados que acudan a la presentación en el Festival Internacional del Libro de Edimburgo podrán adquirir su copia unos días antes.La protagonista, Serena Frome, es reclutada por el MI5 después de una breve aventura con un hombre mayor al terminar sus estudios de matemáticas en Cambridge. Serena se ve envuelta en una trama propagandística que financia las creaciones de artistas que retraten a Occidente favorablemente. Su misión, cuyo nombre en clave da nombre a la novela, consiste en sumergirse en el mundo literario de Tom Haley, un precoz periodista del que se acaba enamorando.
Sweet Tooth tiene tintes autobiográficos, y se puede establecer cierto paralelismo entre Tom Haley y McEwan. Haley estudia en la Universidad de Sussex, como su creador, y sus piezas las publica Tom Maschler, el editor de McEwan. El propio McEwan contribuyó con una historia en la revista Encounter, una de tantas financiadas por la CIA en esa guerra cultural, que finalmente no se publicó. ¿Coincidencias? Probablemente no. Aunque al autor no le arrastró al espionaje ninguna femme fatale.
En los libros de McEwan abunda la violencia, particularmente en los primeros, escritos en la década de los 70, cuando se le conocía por el sobrenombre de "Ian McAbro". Sin embargo, ha evolucionado hacia temas más universales, más susceptibles de entrar en las listas de los más vendidos y de hacerse con algún que otro galardón. En 1998 su novela Ámsterdam ganó el premio Booker, al que por cierto no aspira este año, pues los jueces no lo pusieron en la lista de aspirantes.
Su mayor éxito llegó con Expiación (2001), convertida en película por Joe Wright, e interpretada por James McAvoy y Keira Knightley. Consiguió el Globo de Oro y el Bafta a Mejor película, y fue nominada a varias categorías en los Oscars, aunque sólo obtuvo el de Mejor banda sonora. En 2010 publicó Solar, una sátira sobre un Premio Nobel de física que busca en la energía solar la solución al cambio climático.