El periodista y escritor José Javier Esparza.

Lo de los pioneros en el Viejo Oeste americano fue "un paseo campestre" comparado con los inicios de nuestra Reconquista. Eso dice José Javier Esparza (Valencia, 1963), que acaba de publicar El caballero del jabalí blanco (La Esfera de los Libros). Éste es el tercer libro -y anuncia un cuarto- que el periodista y escritor dedica a aquel episodio de nuestra historia. Mientras que los dos primeros, La gran aventura del Reino de Asturias y Moros y cristianos, eran puramente divulgativos, este es una novela histórica. "Los hechos relatados ocurrieron realmente, lo único ficticio es la peripecia del protagonista". Zonio, que así se llama el personaje, existió de verdad, pero lo único que sabemos de él es que fue uno de los firmantes del fuero de Brañosera, el primer municipio español, fundado en el año 824.



La trama ocupa medio siglo, entre el año 780 y el 830, y la ajetreada vida que Esparza ha imaginado para Zonio -de campesino a novicio y, finalmente, hombre de armas- sirve para contar los numerosos hechos históricos que acaecieron en aquella etapa temprana de la Reconquista: los primeros fueros, las primeras reivindicaciones de libertades individuales, la primera vez que aparece la palabra Castilla, el descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago, el cisma entre la Iglesia de Asturias y la de Toledo... En ese sentido, sí es un libro divulgativo, aunque tenga forma de novela. "Muchos de mis lectores son jóvenes que no tienen ni idea de todo esto porque no se lo han enseñado en el colegio y padres que quieren que sus hijos lo aprendan".



Asegura Esparza que, desde la Transición, el sistema educativo español se ha preocupado por difundir la historia particular de cada comunidad autónoma, pero no nuestra historia común. Se trata de un episodio que, según el autor, debería inspirarnos hoy: "El ansia de la gente por su libertad y prosperidad puede con todo. Creo que la fe, o al menos saber donde está el sentido de la vida, es fundamental para construir individual y colectivamente el futuro. Eso que llamamos España es una realidad que está por encima de los vaivenes políticos".



"Libertad" es uno de los conceptos más repetidos en el libro. "Estoy convencido de que era lo que más les movía. El ansia de libertad fue un rasgo único de la Edad Media española. Mientras que en Europa el sistema señorial continuó el modelo romano de vasallaje, aquí desde el principio se concedieron fueros especiales a las ciudades y es impresionante el nivel de libertades y garantías legales que había para la época. Por ejemplo, si había un conflicto entre un campesino y un señor feudal de otra zona, el señor no podía llevárselo a su castillo para juzgarlo, sino que tenía que ser juzgado en el territorio donde habían ocurrido los hechos".



El mayor mérito de estos primeros colonos en tierra de nadie -aunque les pertenecía por derecho, ya que había pertenecido a sus antepasados- fue que lo hicieron sin ningún tipo de apoyo militar. Eran familias de campesinos que cruzaron la cordillera cantábrica hacia los valles de la meseta en busca de una vida mejor, más libre y más próspera. Y allí permanecieron, pese a los continuos ataques y saqueos, denominados "aceifas", de los sarracenos y bereberes enviados por el Califato de Córdoba. Dos de estos osados colonos fueron Lebato y Muniadona, los padres de Zonio, que fundaron una aldea en el valle de Mena.



Volviendo a la comparación con el Oeste americano: "Esta epopeya de nuestros colonos cristianos en las tierras del norte es todavía más impresionante, porque el enemigo al que tenían que enfrentarse no era una barahúnda de tribus primitivas, sino un poder tan evolucionado como el del emirato de Córdoba, y porque nunca hubo un Séptimo de Caballería para proteger su avance, sino que ellos, los colonos, eran al mismo tiempo labradores y soldados y monjes".