Salman Rushdie: "Durante mucho tiempo no quise escribir mis memorias, me sentía demasiado trastornado"
El escritor se confiesa en Joseph Anton, su autobiografía, ya a la venta en todo el mundo
18 septiembre, 2012 02:00Salman Rushdie.
Después de haber vivido oculto tanto tiempo bajo el seudónimo de Joseph Anton (nombres de pila de Conrad y Chejov, sus debilidades literarias), parece que Salman Rusdhie es libre al fin, gracias sobre todo a la publicación simultánea en todo el mundo de su esperada autobiografía. No fue fácil: desde que el 14 de febrero de 1989 fuese condenado a muerte por el ayatollah Jomeini tras publicar la novela Los versos satánicos, su vida se convirtió en un infierno clandestino que duró una década. Ahora, en cambio, participa en festivales literarios, posa para la prensa y concede entrevistas en las que confiesa sin temores lo mucho que ha sufrido estos años, aunque Irán acaba de casi sextuplicar la recompensa que ofrece por su cabeza, que de 550.000 ha pasado a tres millones de dólares. En este tiempo, además, su primera mujer, Clarissa, murió de cáncer; su segundo y su tercer matrimonio fracasaron y el cuarto se está desmoronando. Y lo que es aún peor: su editor el noruego, William Nygaard, fue tiroteado por la espalda “aunque por suerte se restableció plenamente”; su traductor al japonés, Hitoshi Igarashi, fue asesinado; y el responsable de la versión italiana del polémico libro, Ettore Capriolo, fue apuñalado “y afortunadamente se recuperó”. Los libros de Rushdie fueron quemados en todo el mundo, y tuvo que sufrir que autores a los que admiraba, como John Berger o John Le Carré, le atacasen por el libro. Sin embargo, y como recuerda ahora en estas memorias, “Resulto alentador [aquel día del anuncio de la fatwa] ver en acción el valor, la solidaridad y los principios, los mejores valores humanos oponerse a la violencia y el fanatismo -el lado oscuro del género humano- en el momento mismo en que la marea creciente de la oscuridad parecía tan irrefrenable” "El miedo que se propagó por la industria editorial era real porque la amenaza era real. La fatwa amenazó a editores extranjeros y traductores. Y, sin embargo, el mundo del libro, en el que la gente libre tomaba decisiones libres, debía defenderse. En cuanto a la gente que se manifestaba, en muchos casos ni siquiera sabían contra quién o por qué se manifestaban, y eso fue un derroche de vida terrible y espeluznante.”, leemos en Joseph Anton. “Durante mucho tiempo -acaba de confesar a The Guardian- no quise escribir sobre todo esto, porque sentía que estaba demasiado trastornado. No quería escribir más de 600 páginas de resentimiento y venganza. Pensé que tenía que intentar ser tan comprensivo con todo el mundo, y tan violento conmigo mismo como pudiera. Decidí no disfrazar nada." Pero, si Rushdie hubiese conocido las miserias que la fatwa iba a causar en su vida, ¿hubiese escrito algo tan crítico con el Islam? "Desde luego -asegura el escritor-, pero Los versos satánicos no tiene que ver con el islam. La novela habla del origen de las religiones. Hay muchos paralelismos entre las revelaciones de San Juan Bautista, Juana de Arco y las visiones de Mahoma sobre el Arcángel Gabriel.