Carlos Ruiz Zafón.

Guo Jingming publicó su primera novela en 2003 cuando estudiaba cine en la universidad. Desde entonces, se ha convertido en un ídolo para millones de adolescentes, ha sido condenado en firme por plagio y sus libros han alimentado las llamas en aquelarres organizados por críticos para condenar la "basura espiritual". Guo Jingming ha cosechado a partes iguales éxito y polémica, alternando en sus novelas el género de fantasía con historias sobre los jovenes urbanitas del país. Hoy tiene 28 años, 15 millones de seguidores en Sina Weibo -el Twitter chino- y unos ingresos por derechos de autor de 3 millones de euros en 2011. Guo es el escritor más leído de China.



Su precocidad no es una rareza. Es el reflejo de una sociedad que está cambiando a un ritmo vertiginoso y de un mercado editorial que está inmerso en una transformación sin precedentes. En el ranking de ventas de ficción del primer semestre de 2012 elaborado por Open Book -el más reputado en los círculos literarios- sólo hay tres autores entre los 10 primeros que superan los 35 años. Uno de ellos es un viejo conocido de los lectores españoles, Gabriel García Márquez, que ha marcado con Cien Años de Soledad el récord absoluto de ventas en China para una obra traducida del español, con 1,4 millones de ejemplares hasta la fecha.



El resto son autores nacidos entre finales de los 70 y principios de los 80, gente que habla en su propio lenguaje a la bisoña clase media urbana del país, y que cuida la imagen y la proyección pública tanto como las letras. Han Han -que a sus 29 años es, además de escritor, piloto de carreras y uno de los blogueros más seguidos del país- es un buen ejemplo.



"La mayoría de los lectores chinos son jóvenes y viven en las ciudades", apunta Xia Lie, crítico literario y profesor de la Universidad Normal de Hangzhou. La generación precedente de escritores estaba muy centrada en el mundo rural, en temas que no interesan hoy en día, explica. "En los 90 empieza a cambiar la situación. Hasta entonces la corriente dominante se inclinaba por piezas clásicas y elitistas; si el lector no entendía una obra, lo achacaba a su propia falta de instrucción literaria. Después de 2000, la balanza se inclina hacia los best-sellers y las novelas de género; si el lector no entiende un libro, pues no lo compra, o incluso piensa que está mal escrito", afirma.



Este giro copernicano está teniendo un efecto colateral al que están prestando mucha atención las editoriales y los escritores de habla hispana: las crecientes ventas de literatura extranjera. Think Kingdom, la firma que publica Cien Años de Soledad, está lanzando obras de autores españoles contemporáneos como Arturo Pérez Reverte, Carlos Ruiz Zafón, José Luis Sampedro y Juan Marsé. La editorial apunta que han impreso 50.000 ejemplares de El Juego del Ángel (Zafón), 45.000 de La Sonrisa Etrusca (Sampedro) y 40.000 de La Reina del Sur (Reverte). El resto, con excepción del fenómeno Gabo, va con tiradas más modestas.



"Cada vez hay más interés por la literatura española, portuguesa y latinoamericana", indica Li Yao, editor jefe de la editorial. La introducción de los autores foráneos en China se ha producido, a ojos de Li, por fases: hasta los 80, los del bloque soviético; a partir de los 90, las obras americanas e inglesas; en 2000, los japoneses (el segundo mercado en importancia en la actualidad); y más recientemente los escritores hispanos, franceses, alemanes, escandinavos... "En mi opinión, la literatura en español y en portugués será en cinco años la más importante en China tras la inglesa", vaticina.



David López está tratando de sacar partido de este boom. Agente literario de Sapere Critico & Sinicus, López se instaló en Pekín el año pasado, desde donde promociona su cartera de escritores, además de intermediar para editoriales españolas como Siruela, Acantilado y Planeta. En su experiencia, los chinos están buscando escritores consagrados, normalmente menores de 60 años, y si han triunfado antes en Estados Unidos, pues mejor. "Eso les facilita mucho la tarea de investigación, pues hablan inglés, y cuando un autor tiene éxito en el mercado americano, suele haber disponibles en internet multitud de entrevistas y críticas", aclara.



El Tiempo entre Costuras (Dueñas) y La Sombra del Viento (Zafón) han sido hasta ahora las dos novelas españolas más exitosas en el país asiático, con ventas de alrededor de 100.000 ejemplares cada una. Estas cifras, sin embargo, aún quedan lejos de los superventas chinos e incluso foráneos, que rompen habitualmente la barrera del millón de copias. Desde 2006 el periodista económico Wu Huaiyao elabora anualmente un ranking de los creadores más ricos, los que más ingresan por derechos de autor. En 2011, en la categoría de obras foráneas, el primer puesto fue para García Márquez -con cerca de 1,4 millones de euros-; el segundo para J.K Rowling, la creadora de la saga Harry Potter -1,1 millones-; y el tercero para el austriaco Thomas Brezina, autor de El Equipo Tigre -cerca de un millón-.



Ningún otro país ofrece a los autores un número semejante de lectores que comparten la misma lengua. China tiene potencial para convertirse en el primer mercado del mundo, con la característica de que la industria está más abierta a la literatura extranjera que, por ejemplo, la de Estados Unidos, opina David López.



El éxito, sin embargo, no está garantizado, incluso para los autores más consagrados. Shanghai 99, la firma que edita La Sombra del viento, ha publicado siete novelas de Mario Vargas Llosa, aunque hasta ahora sólo ha superado las 30.000 copias con La Casa Verde. Gloria Masdeu, que se encarga de la compra de derechos de autores hispanoamericanos para Shanghai 99, cita, entre otras dificultades, la escasez de traductores excelentes y la dependencia del inglés -si la obra no se ha traducido antes al idioma de Shakespeare, es más difícil que lo haga al chino-, aunque ratifica que el interés por la literatura extranjera cada vez es mayor.



La directora del Instituto Cervantes en Pekín, Inma González, ha vivido con satisfacción el cambio operado en el país donde vive hace 30 años y está detrás de los esfuerzos de promoción de los escritores hispanos. La institución que dirige procura traer cada año a China a entre cinco y 10 autores. "La literatura en español es una de las más pujantes actualmente. Hace 10 años solo se traducían obras sin derechos de autor. Las editoriales no estaban montadas como una empresa, sino como una burocracia. Ahora hay una dinámica comercial, y autores como Carlos Ruiz Zafón y María Dueñas generan mucha expectación", asegura.