La escritora Martha Asunción Alonso ha sido la ganadora de la edición de este año del Premio Nacional de Literatura de Poesía Joven 'Miguel Hernández' por la obra Detener la
primavera. El premio, dotado con 20.000 euros, distingue una obra de poesía publicada en 2011 de autores españoles menores de 31 años.
Martha Asunción Alonso (Madrid, 1986) es licenciada en Filología Francesa y compagina la creación literaria con la docencia. La noticia la ha sorprendido en la isla de Guadalupe, en las Antillas francesas. "Estoy que no me lo creo", cuenta a elcultural.es antes de entrar en clase, pues allí son las 8:30 de la mañana. "Me enteré por Facebook, porque mis contactos estaban colgando el enlace de los periódicos". No sabe de dónde le viene la poesía, "pero ahí está", marcada desde la adolescencia, época en la que empezó a escribir.
La autora ya tiene tablas, ha sido reconocida con el Premio de Poesía Antonio Machado de la Fundación de Ferrocarriles Españoles (accésit en 2009) y La Voz + Joven de la Obra Social de Caja Madrid. Entre sus poemarios publicados, además del galardonado Detener la primavera, se encuentran Crisálida (Premio Nuevos Creadores de la Academia de Buenas Letras de Granada) y Cronología verde de un otoño (Premio Blas de Otero de la UCM).
Alonso es una de las participantes en la reedición digital del poemario Tenían 20 años y estaban locos, antología recopilada por Luna Miguel con poemas de "veintisiete autores españoles menores de veintisiete años". A continuación pueden leer algunas de sus composiciones.
Caprichosa
Todo empezó de niña.
La abuela te sacaba de la mano
por Gran Vía, con los leotardos nuevos,
inmune a todo frío. Casi todo.
Siempre te detenías frente al escaparate
de las muñecas caras, imposibles.
Y entonces, la punzada. Las ganas de gritar,
desgarrarles los trajes de princesa,
mía-o-de-nadie-se-mira-pero-no-se-toca.
Pegabas tus dos guantes al cristal, suplicabas,
rezabas, suplicabas.
Sólo una vez, Jesús,
sus bucles pelirrojos, una vez.
Pero jamás llorabas. Eso no.
Que los ojos prohibidos
nunca vean tu llanto, no sepan de tu fiebre.
Amar a quien no puedes conseguir.
Corazón de naranja
Al pastor alemán que tú recuerdas, trotando por tu infancia,
lo atropelló un tractor cuando creciste.
Se nos cayeron luego los vencejos,
como guantes raídos, de las tardes azules,
tardes de manos llenas, cielo bajo.
Miro cómo mi abuela,
los ojos muy abiertos, fervorosa,
está exprimiendo un zumo en la cocina;
miro temblar sus manos, debajo de esas manos
miro girar el sol, aroma antiguo,
sangre pura del tiempo más redondo,
corazón de naranja que aún nos ciega.
No queremos morirnos, no queremos...
La miro y habla sola en la cocina,
mientras exprime un zumo como quien reza un salmo,
apura la inocencia y el candor, bebe memoria.
Miro temblar sus manos. Y el almendruco estéril,
la tapia; blanco sucio para trepar de sed,
amarga adolescencia, fruta viva.
Son cosas que brillaron antes de que te fueras.
Bautizo
Hemos cruzado Europa,
sus raíles mojados donde bajan las aves
a beber,
a sofocar sus ganas de morir.
Para sacar de dentro estas pelucas de momia,
tanta farsa de amor y naftalina.
Hemos cruzado Europa sobre el humo de un puro,
en los signos inmóviles del f-r-í-o.
Para limpiarte el nombre. Darme un nombre.
Ya ves qué niñería. ¿Acaso no te llamas
igual que se llamaban tus ancestros?
Yo me llamo Asunción en honor de la madre de mi abuelo.
También me llamo Sur, Castilla, Arroz, Río Tajo Reseco.
Hemos cruzado Europa para sacar de dentro la sequía,
la sed que nos mataba.
Nuestros muertos de sed, y los felices. Nuestros nombres.
Puerta del Sol
Soñad, imaginad que esta plaza va a ser nuestra hasta el fin de los días.
15-M, #spanishrevolution.
Mi hermana está saliendo del Palazzo. Es la niña que ríe con los dedos manchados de pitufo. Es la cara extranjera, la muñequita celta con ojillos de gata. Mi abuelo va a su lado, un corazón azul de cartulina sobre el pecho. Desde los trece años, siempre la misma marca... De algo hay que morir. Viene de probar suerte en Doña Manolita, frotándose las manos. Porque este mundo es frío y hemos pasado tanto, la guerra y aquel hambre, para dejarle un día a nuestros nietos... El fuego, tal vez brasas. Pero no las cenizas. Nunca. NO. Está también María. Dos agujas de punto y el capazo. Nos lleva a visitar soles con polvo, reúma, magdalenas. Cristo de Medinacelli, ¿por qué nos pican tanto los leotardos? Y allí llegan los padres, en procesión, chupando ya un pañuelo para limpiar tus dudas. Con sus barbas y trenkas, gafas de terrorista, manos que son carbón y son harina. Son mis padres. Sus sueños y tus padres, los sueños de los padres de sus padres: el kilómetro cero. Ser digno es ser memoria. Nadie te desaloje de tu nombre.
Línea 6
Todo lo que merece algo la pena
es circular. Tus pupilas.
Los neumáticos de aquel Seat Ibiza que tuve,
ya sabes: tus pupilas y las aceitunas
y aquella tarde en Ávila con Santa Teresa.
Cuando volví a encontrarte,
llevabas un anillo en el dedo meñique.
Me dejaste probármelo. Yo estaba mareada.
Gilipollas. Todo lo que hemos sido,
la forma en que estuvimos una junto a la otra,
nuestro amor, todo y nada, es circular.
El recuerdo. La samba. Carteles
de Se Alquila por la glorieta de Bilbao.
Todo lo que te quise.
La línea seis del metro. Estas ganas de hablarte.
La espera: circular.
El Jurado, presidido por Teresa Lizaranzu, directora general de Políticas
e Industrias Culturales y del Libro, ha estado compuesto por Mónica
Fernández, subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y
las Letras Españolas; Salvador Gutiérrez Ordoñez, designado por la Real Academia Española; Xosé Luis Axeitos, por la Real Academia
Gallega; Itziar Zubizarreta, por la Real Academia de la Lengua Vasca;
David Castillo, por el Instituto de Estudios Catalanes; M.ª Pilar Celma,
por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE);
Dionisia García, por la Asociación Colegial de Escritores de España
(ACE); Araceli Iravedra, por la Asociación Española de Críticos Literarios;
Daniel Antonio Leal, por el Centro de Estudios de Género; Jon Juaristi,
por el ministro de Educación, Cultura y Deporte; y Laura Casielles, autora
galardonada en la edición 2011.
Este jueves se conocerá el fallo del Premio Nacional de Narrativa, y el pasado lunes se supo quién ha sido el ganador del Nacional de Cómic, que ha recaido en Alfonso Zapico, por su obra Dublinés.