Historia de amor sin título cuenta la historia de una ruptura sentimental y de una búsqueda sin esperanza. Berta recibe el encargo de escribir sobre Mario, ingresado en un hospital. En más de una ocasión tenemos la certeza de que se trata de un desequilibrado que a través de sus raptos de lucidez y lirismo nos desgrana la historia de su vida: la difícil relación con sus padres, la pérdida de la inocencia, su gusto por el cine o la necesidad de encontrar la salvación a través del amor. También Berta vive un conflicto cuyos entresijos conoceremos al final. La historia que cuentan no puede ser sino triste, tan inquietante como emotiva. A ratos, exagerada.
El problema de esta novela está en su estilo, demasiado próximo al lenguaje sincopado de un guión cinematográfico. Las cosas suceden con un esquematismo desconcertante, se recurre demasiado a menudo a imágenes cinematográficas y los personajes quedan poco definidos. Se echa de menos la voz de un narrador que dé unidad a los distintos monólogos. De modo que quizá lo que ha escrito Ochandiano sea un guión y no una novela. Y acaso sea por esa vía por donde deba seguir su exploración.