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Con los ahorros de toda su vida (unos tres millones de pesetas), un pequeño ordenador y toda la ilusión del mundo, María Luisa Rodríguez inauguró en 2001 la primera librería musical de España, Amadeus (Valencia). El local era pequeño, no tenía subvención oficial alguna, pero sabía, por sus diez años de trabajo en la Unión Musical valenciana, que faltaban librerías en las que el aficionado pudiese encontrar no sólo partituras y tratados músicales sino también biografías y novelas relacionadas con los clásicos, el jazz o las películas. El éxito fue inmediato y hoy, doce años después, Amadeus ofrece en sus ahora casi 200 metros cuadrados unos 20.000 títulos y más de 200.000 partituras.



"Participamos en las principales ferias del sector, como la de Francfort de Música, y volvemos cargados de partituras, libros y proyectos... porque nuestra oferta siempre tiene que renovarse y aumentar, a pesar de la competencia desleal de internet y de las descargas ilegales", explica M. L. Rodríguez. Su cliente tipo es un hombre culto, aficionado o profesional de la música, "a menudo profesor de un conservatorio, aunque los centros, en cambio, nos hagan pocos o ningún encargo importante". Si el lector melómano no encuentra lo que busca, Amadeus lo localiza casi de inmediato, pero no a través de las redes sino tratando directamente con las editoriales. "¿La clave del éxito? Sin duda alguna la especialización pero también la pasión, el amor a los libros, la música y la cultura".