Image: La Feria se anima

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Letras

La Feria se anima

10 junio, 2013 02:00

Muñoz Molina firma ejemplares en la Feria del Libro tras ganar el Premio Príncipe de Asturias de las Letras

Llegamos al ecuador de la Feria del Libro con datos optimistas sobre ventas. Los libreros y editores que llevan ya más de una semana en El Retiro nos hacen un balance de la cita con el libro por exelencia.

La primera semana de la Feria del Libro de Madrid ha superado las expectativas de venta de todos. Un indicador curioso nos lo adelantaba el lunes pasado: la primera remesa de 100.000 bolsas se había acabado tres días antes de lo previsto. Pero, ¿no estamos ahora incluso peor que el año pasado? ¿Por qué se vende más? Sin datos oficiales todavía, nos acercamos al Retiro para que libreros y editores nos den su balance provisional en el ecuador de la feria y tras charlar con un puñado de ellos, llegamos a la conclusión de que la aparente mejoría con respecto al año pasado no es ningún milagro, sino un fenómeno de fácil explicación por la confluencia de tres factores:

1. Nóminas recién cobradas

El año pasado, la feria comenzó el 25 de mayo, por lo que los visitantes no habían cobrado aún su salario. Este año se inauguró el 31 de mayo, justo después del cobro de la nómina. El calendario laboral se ha convertido en un factor de suma importancia, sobre todo ahora que el 46% de los españoles llega justo a fin de mes. La primera persona que nos hace reparar en la importancia de la fecha de inicio es Mireia Pérez, librera de La Central. También alude a esta circunstancia Isabel de Miguel, responsable de la caseta de la editorial Acantilado: "Tradicionalmente el mejor fin de semana es el segundo. Pero este año la feria se ha atrasado, así que comparar los datos del primer fin de semana con el primero de la edición anterior es erróneo". Habla la voz de la experiencia: Isabel lleva años viniendo a la feria como responsable de la caseta de la librería La Regenta, que, desgraciadamente, desapareció el año pasado. Este año, la librera ha abandonado por dos semanas las listas del paro, al ser contratada para llevar la caseta de Acantilado por la distribuidora de la editorial.

En nuestro paseo nos encontramos a Rodrigo Rivero, propietario de la librería Lé. Está muy satisfecho por la "buena marcha" de la feria, aunque se cuida mucho de arrojar las campanas al vuelo: "La feria va mejor de lo esperado y bastante mejor que el año pasado, está mucho más animada. Estamos vendiendo un 20% más que el año pasado, que acabamos muy descontentos con las cifras de venta". En efecto, la pasada edición registró una caída del 19% con respecto a la anterior, que traducido a euros fue un millón y medio menos.

Rivero destaca la importancia de la doble lotería a la que se enfrentan los expositores cada año. La primera es literal: el sorteo de casetas, y la segunda, el tiempo atmosférico: "Nosotros traemos unas firmas estupendas: Rosa Montero, Albert Espinosa, Eduardo Mendoza, Javier Reverte, José Ovejero, Use Lahoz... Pero ya puedes traer al Papa de Roma que si cae un chaparrón de estos de salir corriendo, no haces nada".

Hablando de firmas, este año se ha afianzado la tendencia bipolar que empezó a verse en la edición anterior: largas colas de lectores ante los personajes televisivos que escriben libros -Mario Vaquerizo, Miguel Ángel Revilla, Risto Mejide, los cocineros de Masterchef...- y escritores de primera línea cruzados de brazos, con honrosas excepciones como el último Príncipe de Asturias de las Letras, Antonio Muñoz Molina.

Con respecto a la segunda mitad de la feria, el propietario de Lé es optimista: "No tiene por qué torcerse lo que ha ido bien hasta ahora...". Y nos apunta otro motivo para explicar que la feria esté funcionando mejor de lo esperado:

2. La crisis cansa

Sí, la crisis aburre y todos estamos hartos: "La gente acaba cansada y retoma lo que le gusta. ¿Por qué no voy a poder darme un paseo, comprarme tres libros y tomarme un helado?", explica el dueño de Lé.

Para esta librería de 500 metros cuadrados en pleno paseo de la Castellana, la aportación de su caseta a las cuentas anuales es modesta. Para entendernos, es como si el año "tuviera doce meses y medio" en términos de ventas. En cambio, para Vicente Higuera, las ventas durante la feria son cruciales: representan un 25% de sus ingresos anuales. Es el propietario de la librería Santander, de Aluche. Para él, "la feria es una fiesta" porque se relaciona con un público mucho más numeroso y variado que en su "modesta librería de barrio". Allí la cosa está fatal y cada día va a peor. "Veo muy difícil que algún día recupere la cifra de hace cinco años", que tampoco eran muy abultadas. "Estar aquí tampoco es una gozada, pero compensa el esfuerzo y hay que venir sí o sí". Al contrario que los demás libreros y editores consultados, Vicente asegura que este año está vendiendo menos que el año pasado.

3. El atractivo del 10%

Más allá de que estemos a primeros de mes y que la gente esté cansada de privarse de lo que le gusta, la causa más evidente para todos los libreros y editores del éxito de ventas de la feria es el 10% de descuento. "Hay gente que ha estado cortándose todo el año y ahora te compra siete libros que tenían apuntados en una lista", cuenta la responsable de la caseta de Hiperión. También es el principal motivo para María O'Shea, directora de comunicación de la editorial Errata Naturae. También se declara muy satisfecha con las ventas: "No sé si estamos vendiendo más que el año pasado, pero sí más de lo que esperábamos".

Con Errata Naturae comparte caseta la editorial Sins Entido, especializada en novela gráfica. Atiende al público la propia editora, Catalina Mejía. Acaba de llegar de Nueva York y es su primer día del primer año que atiende personalmente la caseta. Lo primero que ha notado es que "el optimismo por ver y comprar libros no se acaba". "Es el momento perfecto para la interlocución entre editor y lector, para explicar mi trabajo, cómo elijo un libro y por qué". Aunque cuenta con un socio, es Mejía quien está presente en toda el proceso editorial: la negociación y compra de derechos, la coordinación de la traducción, la corrección de textos y, como hemos podido comprobar, el contacto con el consumidor final.

Para la editora de Sins Entido es difícil valorar la situación del sector, porque esta editorial fundada en 1999 es un caso excepcional: "Llevamos cinco años de crecimiento ininterrumpido por el auge de la novela gráfica. Antes era un género de comiqueros, pero ahora la prensa nos hace más caso -señala unos recortes de periódicos de la pared- y tenemos un espectro de lectores muy amplio. De hecho, ahora la mayoría son lectores literarios, no de cómics".

También es el primer año como responsable de caseta para Jordina Puigdesens, librera de La Central. Está disfrutando mucho de la feria, sobre todo de su labor orientadora: "En la feria es mucho más importante la labor de recomendación, al no tener el cliente acceso directo a todos los libros". Pero aunque es su primer año, se atreve a hacer conjeturas sobre la segunda semana de la feria: "Creo que bajará el ritmo..." Esperemos que yerre en su pronóstico.