Ruth Ozeki

Para Ruth Ozeki la escritura se ha acabado convirtiendo en una terapia, una especie de complemento al estudio zen que culminó en 2010 al ser ordenada monja budista. El efecto del aleteo de una mariposa en Japón (Planeta) es el resultado de su toma de conciencia de que "somos seres con una línea de tiempo que irremediablemente llega a su fin". La permanencia y la interconexión fluyen a lo largo de la novela, dando cuerpo a una filosofía que la ayudó a superar la pérdida de sus padres. "Uso el largo proceso de escribir historias para asentar mi malestar e investigarlo en profundidad", explica. El libro es una alegoría semi-ficcional, con una Ruth autorreferencial que, como la autora, vive en una isla casi desierta, está casada con un hombre que se llama Oliver y tiene un gato. La metáfora arranca con el hallazgo de un diario, y con ella la ficción, precisa Ozeki.



La idea para la novela surgió de la lectura de unos ensayos del siglo XIII del maestro zen Dogen Zenji, que le dieron el pie para comenzar a reflexionar sobre la idea del tiempo, una de las preocupaciones fundamentales de los narradores a lo largo de la Historia. "Cuando escribimos, estamos hablando de personas que no existen todavía. Hablamos a lo largo del tiempo", comenta. También destaca la importancia de En busca del tiempo perdido, porque es en un ejemplar de ese libro donde está contenido el diario detonador del relato. "Lo que Proust hace con el tiempo es sumamente interesante, porque es como si hiciera albergar cantidades enormes de tiempo dentro de un pastel, miles de páginas de historias. Leer a Proust es como desenvolver la memoria".



Hija de un padre estadounidense y una madre japonesa, enmarca la novela en el dolor de dos enormes traumas nacionales: los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y el tsunami que asoló Japón en 2011. "Los americanos no están acostumbrados a sentirse vulnerables, y el ataque a las Torres Gemelas sacudió su confianza. El mundo ha tenido que experimentar las consecuencias de ello", opina. Cuenta que asistió al tsunami vía internet, "rota por la sensación de impotencia, y terriblemente preocupada por mis familiares y amigos. Dos días después, desapareció de las noticias. Es alarmante, pero muchas historias van a salir de ahí".



El efecto del aleteo de una mariposa en Japón une al personaje de Ruth con Nao, la adolescente japonesa autora del diario, acosada por su compañeros en el instituto por haber pasado su infancia en Estados Unidos, otro paralelismo con Ozeki. "Tuve algo de experiencia con el bullying, porque crecí en California perteneciendo a una minoría racial. Pero nunca llegó a ser tan horrible como en la novela. Como escritora, me interesa el poder, y su abuso. Casi todas las novelas hablan de eso. Además, quería recopilar lo que llevo observando diez años en las noticias, que, cada vez más, el acoso lleva al suicidio". En el caso de Nao, es su padre, avergonzado por no tener trabajo, quien le inculca por imitación la intención de quitarse la vida. Consciente de la forma en que Japón ha abordado históricamente el suicidio, desde el harakiri a los kamikazes, Ozeki declara: "Culturalmente, nunca ha habido una condena religiosa, ni un dios que lo castigue. Es una respuesta honorable a muchos problemas, es lo que se espera de ti".



Reconoce que el libro es una historia coming of age, un género que se centra en el desarrollo psicológico de un protagonista adolescente, no sólo para Nao, sino para la propia Ruth, su álter ego sobre el papel. Asegura que es la colaboración entre autor y lector la que crea un relato. "Cada lector hace una novela nueva y diferente. Eso me ayuda a escribir. Somos las historias que contamos a los demás y a nosotros mismos, en cierto sentido somos ficción, y nuestros detalles se van olvidando hasta que desaparecemos".