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Con un presupuesto inicial de 60.000 euros, los necesarios para convertir un asador de pollos en la librería infantil de referencia de Gijón, Lara Meana se embarcó en esta aventura por pasión: tenía plaza en un biblioteca rural y allí descubrió "lo mucho que desconocía de la literatura infantil, que había dejado de leer a los ocho años". Comenzó a investigar, hizo cursos, un máster, y, como proyecto para éste planteó una librería, "El Bosque de la Maga Colibrí", que no sólo buscase la rentabilidad sino que promocionase la lectura y orientase a padres y educadores. Y del papel, "El Bosque" se plantó en la ciudad, con talleres de animación lectora y un grupo de 3 Brujas-pedagogas que orientan a los clientes. Hoy cuentan con un fondo de unos 6500-7.000 títulos. Con todo, "lo importante no sólo son las ventas, porque tengo muy clara la dimensión cultural de mi trabajo. De hecho, el 80 por ciento de nuestros títulos son de editoriales pequeñas, libros ilustrados de calidad". En realidad, con lo que más disfrutan son con talleres como "Leer con tu bebé" o de escritura creativa para niños de 8 a 12 años. "El problema -destaca- es que los padres se preocupan por la lectura cuando sus hijos son muy niños, pero luego delegan en los colegios o los aparcan frente al ordenador o el televisor. Y es entonces cuando no hay que rendirse, porque hay tiempo para todo, para estudiar, hacer deporte, jugar y para leer".