Detalle de la portada de las memorias de Frederik Pohl.

Bradbury, Matheson y hoy, por último, Frederik Pohl. Los hombres que hicieron crecer sin límites el género de la ciencia ficción durante el siglo XX van desapareciendo poco a poco, según avanza el tiempo que ellos imaginaron en su juventud. El norteamericano Pohl falleció este lunes a los 93 años. Fue autor junto a C.M. Kornbluth del clásico Mercaderes del Espacio, una distopía que planteaba un mundo dominado por las agencias de publicidad.



Pohl, que se inició en el género con un poema temprano, comenzó a trabajar en este libro durante sus años de servicio militar en la Segunda Guerra Mundial. Cuando lo culminaron, admitió en varias ocasiones, nadie quería publicarlo, hasta que lograron que viera la luz, momento tras el cual se convirtió en un clásico instantáneo que se adelantó al trabajo de Philip K. Dick y los Cyberpunks. Junto a Kornbluth escribió varias novelas y relatos. La crítica y la sátira hacia la sociedad de consumo en el marco de un futuro oscuro fueron las claves de sus obras. Su nieta, la también escritora Emily Pohl- Weary, ha difundido la noticia de su muerte a través de Twitter. Según se lee en su blog, Pohl, que gozaba de buena salud, fue trasladado al hospital por una dificultad respiratoria.



En la estela de grupos como el creado por Ray Bradbury, Forrest J. Ackerman y Ray Harryhausen, fundó en la adolescencia, en los años 30, The Futurians, del que también formaron parte Asimov y otros grandes escritores del género. Escribió novelas durante más de 70 años, entre las que destacan la trilogía Bajo el mar, El niño de las estrellas y la saga más tardía Heechee. Desde 1998 Pohl figura en el Salón de la Fama de la Ciencia Ficción. Además, fue un reconocido conferenciante, profesor en el área de estudio del futuro y editor de varias revistas del género, como Astonishing Stories, Super Science Stories, Galaxy science fiction y If, 2 3 4.



Siguió escribiendo hasta el final. De hecho, la última entrada de su blog, www.thewaythefutureblogs , coincide con la fecha de su muerte. El nombre de la bitácora hacía alusión a su libro de memorias, The way the future was (Tal como era el futuro).