Poeta, filólogo, traductor y, ante todo, bibliófilo, Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1950) tiene muy claro que si tuviese que elegir un ejemplar de su biblioteca por su calidad y rareza sería Le diable amoureux de Jacques Cazotte en su primera edición de Nápoles ("pero, en realidad, París"), 1772. Es, explica, "una novela de culto, por lo que no le faltan lectores, y ha sido traducida al español, pero no es, desde luego, un bestseller, gracias a Dios. Se trata de una de las primeras muestras de literatura fantástica (tal y como entienden el género fantástico tipos como Todorov)". Lo compró hace muchos años en una librería de Basilea y sigue apareciendo de vez en cuando a la venta en Internet. "De hecho -añade- compré hace poco un segundo ejemplar. No tengo idea de cuántos ejemplares pueden quedar de esa editio princeps. ¿50? ¿Acaso 100? " De cualquier forma, existen versiones en castellano asequibles, como la de Miraguano (2003, 11 e.) o la de Siruela (2012, 18'90 e.)
De Cuenca no es asiduo a las subastas, "aunque no he dejado de pujar en ellas", pero sí compra por internet y visita librerías de viejo allá donde va pues "siempre hay algún libro que te llama la atención. Ser flâneur de libros tiene su punto". No sabe cuántos libros tiene, ni el destino final de su biblioteca ("ya lo decidirán mis hijos"), pero sí que nunca ha gastado demasiado en libros, "porque no me ha gustado gastar lo que no tengo (al contrario que a muchos administradores de dineros públicos)".
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