Muere el gran filólogo Martín de Riquer
El filólogo medievalista Martín de Riquer ha muerto en Barcelona a los 99 años. Foto: Domenec Umbert
El más antiguo de los miembros de la Real Academia Española fallece en Barcelona a los 99 años. | Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales y Nacional de las Letras, el medievalista era el mayor especialista de 'El Quijote'El filólogo medievalista y máximo especialista en El Quijote, Martín de Riquer, ha muerto en Barcelona a los 99 años. Fue uno de los humanistas españoles más destacados del siglo XX por su labor investigadora y docente y sus posiciones sociales y políticas.
De Riquer, que había nacido en Barcelona el 3 de mayo de 1914, fallecía en su casa barcelonesa, ciudad donde se prevé que se oficie el funeral, según declaraba el director de la RAE José Manuel Blecua, que ha añadido que quizá el funeral se oficie el jueves por la mañana, aunque aún debe confirmarse la fecha. El académico explicaba que la salud del filólogo siempre había sido buena, lo que De Riquer atribuía irónicamente "a que nunca hacía deporte y que empezó a fumar a los 12 años".
Martín de Riquer i Morera fue el gran experto en literatura medieval y del Siglo de Oro y un gran humanista en el sentido más amplio de la palabra. Especialista en la literatura en lenguas romances (sobre todo en el ámbito de las literaturas en provenzal, francés, castellano y catalán), destacó por sus importantes estudios dedicados a El Quijote, como Introducción a la lectura de El Quijote o El Quijote de Avellaneda, lo que le convirtió en el gran especialista de la obra de Cervantes. Autor de la célebre Historia de la literatura catalana y, junto a José María Valverde, de la imprescindible Historia Universal de la Literatura, se atrevió en estás páginas a marcar su canon y elegió a Tirant lo Blanc, La isla del tesoro o un verso de Garcilaso como lo mejor de la literatura. Entre sus obras más destacadas también se encuentran Los trovadores y Estudios sobre el Amadís de Gaula.
En el año 2000 fue galardonado con el Premio Nacional de las Letras, en reconocimiento a la labor de toda una vida. Esta distinción se sumaba a una larga lista en la que destacaban el Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, en 1997, el Nacional de Ensayo, en 1991, y el Premio Internacional Ménéndez Pelayo en 1990.
El barcelonés era catedrático de Historia de las literaturas románicas, presidente de la Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona y miembro de la RAE desde 1965, meses después de que dejara de ser necesario residir en Madrid para ser aceptado en la Academia Española. También fue miembro correspondiente de numerosas instituciones extranjeras.
De Riquer participó en la Guerra Civil en el bando franquista llegando a luchar en la batalla del Ebro. Perdio un brazo al final del conflicto al ser tiroteado el camión en el que viajaba. Finalizada la guerra, ocupó cargos en la Delegación de Propaganda en la provincia de Barcelona. Igualmente importante fue el papel que jugó en la formación universitaria del Rey de España o su paso por el Senado una vez restaurada la democracia.
Nieto del intelectual, pintor y poeta Alexandre de Riquer, su hijo, el historiador Borja de Riquer (1945) ha seguido sus pasos y con él elaboró su última obra, Reportajes de la Historia (2010).