Para ser un editor, la elección de Constantino Bértolo (Lugo, 1946) es sorprendente, y, como él mismo explica, "un buen y mal ejemplo editorial", porque guarda como un tesoro el texto fotocopiado del libro Lenguaje literario y público en la baja latinidad y en la Edad Media de Erich Auerbach ( Seix & Barral, 1966) que leyó mientras estudiaba Filología. "Siempre permaneció en mi memoria y durante años traté de encontrarlo en esa verdadera biblioteca viva que es la red virtual de librerías de viejo hasta que un buen amigo me envió la fotocopiada copia. Mal ejemplo por aquello de que fotocopiar es anatema en el mundo editorial y buen ejemplo para argumentar cómo el público encuentra vías alternativas propias cuando el mundo editorial no es capaz de satisfacer sus demandas".
Que este título de Auerbach no se haya reeditado, insiste Bértolo, "dice bastante sobre el triste estado de salud de nuestro sistema editorial". Porque "el Auerbach es una excelente vacuna contra los nacionalismos literarios al plantear la literatura escrita en latín durante la larga Edad Media como una suerte de internacionalismo literario que rompe con las visiones nacionalistas presentes en el común de las historias de la literatura. A tantos místicos de las lenguas y literaturas nacionales no les vendría mal un poco de la humildad filológica que este título supone". Su biblioteca actual, desbordada, y ya sin más fotocopias, no tiene destino final. O sí: "polvo serán pero polvo enamorado".