El poeta madrileño Antonio Lucas ha ganado hoy el premio internacional de Poesía Loewe 2013 con su obra Los desengaños. Dotado con 20.000 euros y con la publicación del título ganador en Visor, este galardón es uno de los más prestigiosos en su género. En esta edición también se ha otorgado el premio a la Creación Joven, que ha recaído en la poeta cordobesa Elena Medel por su libro Chatterton.
"Es un estímulo enorme", comentaba Antonio Lucas a El Cultural instantes después del acto de entrega del galardón. "El Loewe es el premio de mayor prestigio en España y Latinoamerica. Lo ha ganado una escudería de poetas a la que admiro muchísimo y este año contaba con el Dream Team de los jurados de poesía. Además, la publicación en Visor, que es mi editorial, agiganta aun más el cariño por este premio que me han concedido".
El poeta se encontraba transcribiendo una entrevista con Mario Vargas Llosa cuando ayer por la noche le sonó el teléfono: "Ha sido una sorpresa inmensa. Me llamó el presidente del jurado, Víctor García de la Concha, para comunicarme el fallo y comenzaron a temblarme las piernas y tuve que parar a fumarme un cigarro. Como además no podía contárselo a nadie hasta que se hiciera público estuve toda la noche entre el bulle bulle de la noticia y Mario Vargas Llosa".
Antonio Lucas nació en Madrid el 28 de diciembre de 1975. Es licenciado en Periodismo, redactor de Cultura y articulista del diario El Mundo, donde ejerce su labor profesional desde 1996. En el ámbito del periodismo desarrolla, además de las labores informativas, una serie de entrevistas dominicales a grandes personajes de la cultura nacional e internacional titulada En Primera Fila.
Antonio Lucas tiene además una amplia trayectoria poética. En 1996 publicó Antes del mundo (accésit del Premio Adonais, Madrid, Rialp), en 1999 Lucernario (Barcelona, DVD), por el que recibió el premio Ojo Crítico de Poesía 2000 que concede RNE. En 2004 Las Máscaras (Barcelona, DVD Ediciones) y en 2008 recibió el prestigioso Premio Internacional Ciudad de Melilla por el libro Los mundos contrarios, (Visor).
"Los desengaños tiene dos vías principales", explica el autor sobre la obra premiada. "Por un lado aborda una crisis sentimental que tuve hace año y medio, una ruptura con mi pareja de muchos años, y después la otra crisis, la del presente que vivimos en este país y en esta estafa en la que nos han metido y en la que nos hemos dejado meter".
"Es poesía como contrapoder y rebeldía", continúa Lucas. "Intentar no aceptar, no ya la basura física esparcida por el suelo de Madrid, si no la basura moral que nos han dado. Los políticos han tomado el lenguaje, lo emplean como un boomerang y han roto el pacto social. Todo esto ha generado el clima del que surgen Los desengaños".
Luis María Anson le dedicó la Primera Palabra de El Cultural al poeta con motivo de la publicación de Las Máscaras: "El mundo de Antonio Lucas es un incendio de nidos esmaltados, un océano de llantos y cruces arrasadas, el cristal altivo de las aguas repentinas, el desgarro presentido de Angélica Liddell sobre el escenario atroz del país estremecido. Una campana llena de labios es la piel de la amada y el poeta la espera siempre, como a la palabra de Neruda, tendido entre las hierbas, junto al hexámetro del mar, la luna o la ceniza".
Premio Loewe a la Creación Joven
Elena Medel (Cordoba, 1985), a pesar de su juventud, lleva más de 10 años publicando poesía desde que a los 16 años ganara el premio Andalucía Joven por Mi primer Bikini. A este poemario le seguiría Vacaciones en 2004, Tara en 2006 y el cuaderno Un soplo en el corazón inspirado en el álbum del grupo donostiarra Family. También ha aparecido en numerosas antologías poéticas y ha escrito relato y crítica. Junto a Alejandra Vanessa, Medel creo en 2004 Bella Varsovia, una editorial que funciona como “una plataforma de agitación cultural” que organiza lecturas, presentaciones, fiestas y talleres.
Todavía emocionada con la noticia, Elena Medel ha declarado a El Cultural que su libro, Chatterton es una obra que versa, paradójicamente, sobre el fracaso: “Trata de esa sensación de haber elaborado un futuro laboral, sentimental y vital y de encontrarte con que el presente no tiene nada que ver con lo que habías pensado”, lamenta. Aunque lo define como un poemario más luminoso que el anterior, Tara, estéticamente ambos se sitúan en una misma línea de oscuridad.
Sin embargo, el premiado es un libro que conserva una esperanza, la que concede el lenguaje cuando todo lo demás falla: “Habla de cómo las palabras te pueden salvar, de la forma en la que nos refugian”. La mujer, y las mujeres poetas, sobre todo, figuran también en el fondo de esta obra que construyó pensando en autoras como Silvia Plath: “Es muy femenino y también feminista”, concede.
Medel no se atreve a considerarlo un libro generacional (“podría resultar petulante hacerlo así”), a pesar de la temática, porque en realidad responde a una biografía concreta: “No obstante, aunque la poesía nazca de uno, siempre intenta dialogar con los lectores, ser común y plural”, amplía la escritora, que celebra que un galardón como el Loewe, concedido por una fundación privada, recalca, le haya otorgado este reconocimiento: “Es un premio con mucho prestigio y con un jurado lleno de maestros. Además, me va a permitir publicar en Latinoamérica y estar en Visor, pues yo me había quedado sin editorial tras el cierre de DVD, a cuyos editores les debo mucho”, concluye.
El jurado que ha fallado el premio ha estado presidido por Víctor García de la Concha e integrado por algunos de los poetas vivos más importantes en lengua española, como Francisco Brines, José Manuel Caballero Bonald o Antonio Colinas y, por primera vez, ha estado también formado por dos mujeres, Soledad Puértolas y Clara Janés.
Según el jurado, los libros ganadores "representan muy bien, cada cual a su modo, algunos de los caminos que está siguiendo la poesía más joven hoy en España: amor a la palabra, temor a la realidad, y contradicciones solventes".
FUERA DE SITIO
Poema incluido en 'Los desengaños' de Antonio Lucas.
Imagina que el tiempo sólo es lo que amas:
unas pocas palabras, unos seres exactos,
unas horas muy lisas, una playa (quizá)
donde el daño no acecha.
Imagina la vida como no lo es ahora,
no quiero decir como algo perfecto,
sino un resplandor, cierto abril de muy lejos,
un tributo al azar sin otro destino
que el confín fugitivo de un eco sin rostro.
Y después cualquier cosa.
Con qué precisión va la edad hilvanando el espino.
Y qué extraña la urgencia de ir en pie hasta la ola,
celebrar lentamente que aniquile mi huella,
mi escritura de hombre, mi certeza de surco,
ser la alta misión de lo que nunca concluye
como no cierra el mar su recado en la orilla.
Pero no es estar quieto la razón ni la meta,
sino un querer más pequeño, una conquista más clara:
ver la vida llegar de su noche a tu noche
en un cuerpo ajeno,
pronunciar su silencio,
abrazar su alambrada,
desear su vacío,
delirar sin camino, sin mapa, sin fuego,
hasta el tiempo sin tiempo
del país que no haremos.