El primer libro impreso en territorio estadounidense se convierte en el ejemplar más caro jamás vendido.
Un libro de salmos de 1640, considerado el primer libro impreso en lo que hoy es territorio estadounidense, se convirtió hoy en el más caro jamás vendido al subastarse en la casa Sotheby's de Nueva York por 14,165 millones de dólares.Las expectativas de récord se cumplieron en una sesión dedicada únicamente a este lote, un ejemplar de The Bay Psalm Book, que se imprimió en Cambridge (Massachusetts) y forma parte de una edición de 1.700 ejemplares de la que sólo quedan once copias.
Y el encargado de hacerlas realidad fue el financiero y filántropo David Rubenstein, multimillonario fundador del grupo The Carlyle, que, según informó Sotheby's, pretende poner el libro a disposición del público a través de exposiciones en distintas bibliotecas de Estados Unidos.
Los especialistas habían cifrado la compra entre 15 y 30 millones de dólares, por lo que el hito, pese a todo, se quedó por debajo de las estimaciones, aunque sí superó la plusmarca hasta hoy vigente, que correspondía a una copia de Birds of America, de John James Audubon, por la que se pagaron 11,5 millones de dólares en 2010.
Estos salmos ya contaban con su propio historial de récords, pues el anterior libro de esta edición que se vendió, en 1947, fue comprado por un precio récord para la época (151.000 dólares) y hoy el precio que sonó a golpe de martillo antes de los impuestos fue el de 12,5 millones de dólares.
El secreto de estos textos, además de su calidad de pioneros en la impresión estadounidense, se encuentra en los principios que transmite, que, según David Redder, director del departamento de Proyectos Especiales y presidente del departamento de libros en Sotheby's, son precursores de la libertad política y religiosa que inspiró luego la creación de Estados Unidos.
Y es que los libros de The Bay Psalm Book fueron traducidos e impresos en la colonia de la Bahía de Massachusetts por los puritanos congregacionalistas que salieron de Inglaterra en busca de libertad religiosa, cuando Estados Unidos todavía era la América británica.
Entonces, los materiales para su impresión tuvieron que ser importados desde Europa, en concreto por el reverendo Jose Glover, quien cruzó el océano con una imprenta valorada en 20 libras de la época y el papel de unas dimensiones de 17,4 por 10,4 centímetros, las que tiene este libro.
El ejemplar hoy subastado, que tiene corregidas de forma manual algunas erratas, pertenecía a una iglesia de Boston que destinará los ingresos a financiar sus actividades.
Otros ejemplares de los once supervivientes se encuentran en la biblioteca del Congreso de Estados Unidos, en las universidades de Yale y Brown, en la American Antiquarian Society, en la biblioteca Rosenbach y dos en la biblioteca pública de Boston.
Su cotización en el mercado coleccionista, así como la historia que estas páginas poseen, inspiró al escritor David Baldacci para tejer una trama de suspense alrededor de la hipótesis de la existencia de un duodécimo ejemplar en la novela The Collectors. Este récord alcanzado por Sotheby's en la categoría de libros se suma a un otoño lleno de plusmarcas en las pujas neoyorquinas, pues los martillos han cerrado en las últimas dos semanas varios récords históricos.
Así, el tríptico de Francis Bacon Tres estudios de Lucian Freud se convertía en el cuadro más caro vendido en una subasta al alcanzar los 142,5 millones de dólares, de la misma manera que Jeff Koons se alzaba como el artista vivo con una obra mejor pagada (58 millones de dólares por su Balloon Dog (Orange) y Silver Car Crash, de Andy Warhol, se vendía por 105 millones, cifra inédita para su autor.
Pero no solo de arte y libros viven los récords, sino que también la propia casa Sotheby's, en su sucursal en Ginebra, vendió el diamante más caro del mundo por 83,2 millones de dólares.