Carmen Amoraga con Ana María Matute. Foto: Santi Cogolludo
La noche de Reyes siempre es mágica. Sobre todo para los más pequeños que la disfrutan y esperan con ilusión. Incluso para los adultos con síndrome de Peter Pan y para algunos escritores que ansían conocer el nombre del galardonado con el Premio Nadal. Es la 70 edición y el fallo, como es tradición, se ha dado a conocer tras la cena de Reyes organizada por la editorial Destino en el Hotel Palace de Barcelona. Dotado con 18.000 euros y entregado de mano de Ana María Matute (Barcelona, 1925), Carmen Amoraga (Picanya, Valencia, 1969) se hace este año con el premio por La vida era eso, una novela que retrata las diferentes relaciones humanas en la era de las redes sociales.La obra premiada cuenta cómo la vida de Giuliana da un giro trascendental ante la muerte y pérdida de su marido a causa de un cáncer. Amoraga, que trata temas actuales en sus obras, ha querido mostrar las diferentes formas de relacionarnos que tenemos los seres humanos. Así, la protagonista pasa por diversas fases, llegando incluso a la idealización. Su marido era un usuario activo de las redes sociales mientras que ella prácticamente no les hace caso. Así, poco a poco, Giuliana, con dos hijas a su cargo, va recreando la vida de su cónyuge a través de los amigos y conversaciones que mantenía a través de Facebook. Finalmente, encuentra refugio en ese mundo y Amoraga crea una historia sobre la pérdida, el amor y la superación. Sin embargo, esta novela contemporánea rehuye de dramatismos y cuenta con notas de humor y con mucha esperanza y humanidad vitales.
La escritora y periodista ya había sido finalista del Premio Nadal en el año 2007 por su obra Algo tan parecido al amor y del Premio Planeta en el 2010 por El tiempo mientras tanto. La primera de ellas presenta un repertorio de casos sobre las relaciones entre hombres y mujeres con un hilo conductor común: la búsqueda del amor, siempre conflictivo y doloroso. Las historias giran entorno a la clásica pregunta de ¿qué es el amor? que tantas veces nos hemos planteado y funcionan como ejemplos y parábolas para intentar mostrarlo mediante un estudio fenomenológico. El tiempo mientras tanto, por su parte, sigue con el análisis de las conflictivas relaciones de pareja, amistosas y familiares mediante la fragmentación de diversas peripecias que componen una misma historia. Así, con su ir y venir del presente al pasado recrea los episodios y relaciones entre los personajes que hace que su protagonista reconstruya su pasado.
Carmen Amoraga es licenciada en Ciencias de la Información y ha ejercido el periodista en la radio y en la televisión. Columnista del diario Levante y colaboradora en tertulias en Ràdio 9, Canal 9 y Punto Radio, a día de hoy es asesora en relaciones con los medios de comunicación del rectorado de la Universitat València. Asimismo, colabora en Cadena Ser y escribe para Cartelera Turia.
Publicó su primera novela, Para que nada se pierda, en 1997 con la que obtuvo el II Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla. Tras este galardón le siguió La larga noche, Premio de la Crítica Valenciana y Todas las caricias. Ya en 2007 fue finalista del Premio Nadal por Algo tan parecido al amor y El tiempo mientras tanto, con la que fue finalista del Premio Planeta 2010. Además, ha publicado una recopilación de artículos publicados en prensa, Palabras más, palabras menos (2006), Todo lo que no te conté sobre la maternidad (2009) y El rayo dormido (2012).
La escritora toma el relevo y testigo de Sergio Vila-Sanjuán, galardonado en la 69 edición del Premio por su obra Estaba en el aire, un retrato polifónico de la Barcelona de los 60. Este año el jurado, formado por Germán Gullón, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello, Ángela Vallvey y Emili Rosales, ha tenido que escoger el premiado de entre 231 originales procedentes de España y de países americanos con temáticas basadas en la intriga y las de corte intimista.
En esta velada literaria, además, se ha conocido el ganador del Premio Josep Pla de prosa en lengua catalana: Albert Villaró por Els Ambaixadors, una novela de ficción que recrea una posible Cataluña independiente ambientada en los años 40 del pasado siglo XX. El jurado de este fallo ha estado formado por Sebastiá Alzamora, Berta Bruna, Rosa Cabré, Antoni Pladevall y Álex Susanna, quienes han tenido la labor de escoger en su 46 edición entre 23 obras procedente de todo el ámbito catalanoparlante.