Un nutrido programa de actos conmemoran este año el centenario del nacimiento de Octavio Paz, que tuvo lugar en Ciudad de México el 31 de marzo de 1914. La embajada del país americano ha preparado una extensa serie de eventos que celebrarán también el natalicio del poeta en España y lo ha presentado hoy en su sede de la Carrera de San Jerónimo de Madrid.
En el acto -que iba a realizarse el 29 de enero pero fue pospuesto por la muerte de otro gran poeta mexicano, José Emilio Pacheco- estaban dos buenos amigos y discípulos del autor: el filósofo y escritor Fernando Savater y el poeta, escritor y director de la Casa del Lector César Antonio Molina. También han asistido las autoridades relacionadas con el proyecto: la embajadora mexicana en Madrid, Roberta Lajous; Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes; José Manuel Blecua, director de la Real Academia Española; el gerente del fondo de Cultura Económica, Marcelo Díaz; el director del Instituto de México, Pablo Raphael, el comisario del programa conmemorativo español, Aurelio Major; y Frederic Amat, artista y autor del logotipo del proyecto.
"La poesía es el centro irradiador absoluto de toda la obra y actividad pública de Octavio Paz, y sobre ella se ha construido el programa", ha explicado Major. Con esta serie de actos, además de mantener viva la memoria y la obra del Nobel mexicano, se pretende "reafirmar que toda gran obra es subversiva", ya que Paz fue un "rebelde mesurado", "un lúcido y firme opositor a todos los totalitarismos de Estado -de izquierdas o de derechas-".
El primero y uno de los más destacados actos del programa conmemorativo español es una conversación en torno a la figura de Paz entre el filósofo Javier Gomá, director de la Fundación Juan March, y el editor de Pre-Textos, Manuel Borrás, el 24 de marzo en la sede madrileña del Instituto Cervantes.
Días después, el 12 de abril, Pere Gimferrer, uno de tantos autores españoles que mantuvo un diálogo permanente con el poeta mexicano, pronunciará una conferencia sobre Paz en la Cidade da Cultura de Galicia, en Santiago de Compostela.
El 23 de abril, Día del Libro, los poetas Jordi Doce, Julio Trujillo y Luis Antonio de Villena aportarán Tres miradas sobre Octavio Paz en la Casa de América de Madrid. El 12 de mayo tendrá lugar en la Residencia de Estudiantes una lectura de la poesía de Paz, a cargo de una veintena de destacados poetas como Francisco Brines, José Manuel Caballero Bonald, Antonio Colinas o Vicente Molina Foix. Al día siguiente, Enrique Fierro, Juan Malpartida y Andrés Sánchez Robayna -presentes también en la mencionada lectura de poemas- dialogarán sobre la poética de Paz también en la Residencia.
El 19 de mayo, Mario Vargas Llosa, Fernando Savater, Jorge Edwards, Felipe González y Enrique Krauze homenajearán de nuevo al autor de El laberinto de la soledad en Casa de América y el 7 de junio, una serie de poetas jóvenes, "amigos desconocidos" de Paz, demostrarán que su poesía sigue calando entre las nuevas generaciones con una lectura de sus poemas en la Feria del Libro de Madrid. Entre ellos estarán Aurelio Asiain, María Baranda, Tulio Demicheli, Jordi Doce, José Luis Gómz Toré y el propio comisario del programa, Aurelio Major, entre otros.
El abultado programa de actos, repleto de conferencias, exposiciones, homenajes y hasta un seminario de verano en la Universidad de Alcalá de Henares, se prolongará hasta el 3 de noviembre. Durante todo este tiempo, verán la luz una serie de publicaciones de y sobre la obra del poeta: Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores reeditará en versiones económicas su Poesía completa, El mono gramático, La llama doble y Versiones y diversiones; Atalanta reeditará Sendas de Oku, de Matsuo Basho, en la célebre traducción de Octavio Paz; la Residencia de Estudiantes reeditará en disco y libro la lectura de poesía y la conferencia que Paz ofreció en la institución en 1989; y Cuadernos hispanoamericanos publicará un número dedicado a su figura. A estas publicaciones se suman las que el Fondo de Cultura Económica editará en el ámbito latinoamericano.
Aunque su altura como poeta es el eje de todas las conmemoraciones, Fernando Savater ha querido destacar el papel de Paz como promotor cultural. "Hay poetas intransitivos que son monolitos admirables cerrados sobre sí. Son puntos de llegada. Pero Octavio era un punto de partida, un poeta transitivo" que animaba a leer a otros autores y descubrir la obra de otros artistas. Uno de los descubrimientos que le hizo a Savater fue El golpe maestro del leñador mágico, alucinada obra del pintor Richard Dadd -que acabó en un psiquiátrico- conservada en la Tate Gallery de Londres, ha recordado el autor de Los invitados de la princesa.
César Antonio Molina ha recordado la época en la que, como responsable del suplemento Culturas de Diario 16, colaboró estrechamente con Paz: "A veces parecía distante, pero una vez que lo conocías era amable y atento. Al mismo tiempo, era irónico y podía ser incluso "destructor" con sus enemigos literarios". "España está en deuda con él, no sólo por engrandecer nuestra lengua, sino por haber ayudado a las personalidades de la cultura exiliadas en México tras la guerra civil".
La embajadora de México, que inicia su gestión con este programa conmemorativo, ha destacado el papel fundamental de Paz en la cultura mexicana contemporánea: "Sería imposible entender lo que somos hoy los mexicanos sin su obra". Igualmente, García de la Concha ha destacado su importancia para la cultura española: "Fue uno de los grandes ensayistas hispanos de la modernidad, si no el primero". Blecua, director de la RAE, por su parte, ha recordado una respuesta que dio Paz al ser preguntado en una entrevista cuál debía ser la actitud de un creador frente al lenguaje: "La actitud de un enamorado, que sea capaz de venerar el lenguaje y al mismo tiempo, transgredirlo", dijo el poeta.
Casi todos los presentes han destacado la generosidad del poeta, especialmente Savater: "Con poco más de 20 años, recibí una carta de Octavio en la que comentaba mi segundo libro y me alentaba a continuar. Me sentí como si me hubiera escrito el espíritu santo". Aquello fue el inicio de una amistad basada en le admiración del filósofo por el autor mexicano y el "magisterio permanente" de éste hacia aquél.
El comisario del programa ha dado buena cuenta de esa generosidad con otra anécdota. Cuando Paz tenía 80 años, recibió una carta de un prestigioso compositor estadounidense pidiéndole permiso para hacer una ópera basada en su poema Piedra de sol. Paz se negó porque no le convenció la propuesta, pero acto seguido leyó otra carta de un alumno de bachillerato, también estadounidense, pidiéndole permiso para representar en el colegio La hija de Rappaccini, a lo que este respondió que podía disponer del texto como quisiera.