De los veinte mil volúmenes que contiene su biblioteca, José Manuel Blecua (Zaragoza, 1939), director de la Real Academia Española, y filólogo sabio y cercano, se decide por Las instituciones oratorias, de Marco Fabio Quintiliano, en una apreciada edición latina del siglo XVI "que adquirí hace una veintena de años - recuerda- en un bouquiniste de París y que conservo con mucho cariño. Se trata de un libro que me ha sido muy útil, como formulación teórica, para entender mejor el proceso de creación y construcción de la obra literaria".
José Manuel Blecua juraría que no es el único poseedor de tamaño tesoro bibliográfico, pues no en vano nos referimos a un título que, en su momento, fue un auténtico bestseller del Humanismo que hoy está en todas las buenas biobliotecas. "Es un clásico".
Naturalmente, el ejemplar del retórico Quintiliano no es el único tesoro que Blecua guarda en la imponente biblioteca que ha erigido tras toda una vida de bibliofilia y cuya posteridad ya tiene más que decidida: "Me gustaría que su destino final fueran instituciones públicas en las que todos mis libros pudieran caer en manos de lectores curiosos". ¿Y cómo se imagina las bibliotecas del futuro? "Me las imagino como una mezcla armoniosa de libros tradicionales, textos digitales en dispositivos electrónicos y en otros artilugios que vendrán, pero que aún están por inventar".