Antonio Muñoz Molina (Úbeda, 1956) no atesora en su biblioteca libros que resulten muy valiosos materialmente pero sí literariamente. Y entre todos ellos, "elijo un Juan de Mairena de 1936".
Varios factores decisivos se unen para que el novelista haga esta elección sin dudar: el ejemplar se lo regaló su mujer, "para mi cumpleaños; es de Antonio Machado, editado en su tiempo, y es esa maravilla de inteligencia, humor y tolerancia que es Juan de Mairena". Un clásico del que ahora mismo existen al menos dos ediciones recientes, de Alianza (2009) y Cátedra (2006) y en el que Machado, a través de su heterónimo, defiende la necesidad de hablar sin barroquismos de "lo que pasa en la calle".
El autor de El jinete polaco o La noche de los tiempos conserva en la actualidad dos bibliotecas, una en Madrid, y otra en Nueva York, pero, como él mismo explica, no son "demasiado abundantes, porque no permito -en realidad no lo permite Elvira [Lindo], sobre todo, que los libros inútiles se acumulen. Me haría ilusión que algunos de esos libros los conservaran mis hijos o que estuvieran en una biblioteca pública de barrio". Lo que no puede ni quiere imaginar es cómo podrán ser las bibliotecas del futuro, virtuales o no, ya que "imaginar el futuro es uno de los ejercicios mentales más superfluos que existen, según puede comprobarse viendo o leyendo las descripciones del futuro que si hicieron en otras épocas", dice contundente.
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