Galaxia Gutenberg publica el nuevo libro del catedrático y ensayista de origen argelino Sami Naïr, que trata esta vez de aclarar qué es lo que ha fallado en el proyecto solidario europeo y cuáles son la causas de que la próspera Europa vaya ahora tan mal.
Un libro crítico, pero esperanzado que promete agitar el debate intelectual alrededor de la idea de Europa planteando, entre otras, las siguientes preguntas: ¿Fue Europa una ilusión? ¿Cuáles han sido las causas de esta ruina? ¿Por qué esta destrucción de los acervos sociales? ¿Por qué estos enfrentamientos entre naciones a priori comprometidas en el proceso de construcción europeo? ¿Por qué la moneda única, el euro, cuyo objetivo era favorecer el desarrollo colectivo, se ha convertido en una pesadilla para los países con dificultades del sur de Europa? ¿Qué supone esta nueva orientación, que consiste tanto en obligar a estos países a adoptar políticas socialmente destructoras, como en abrir el mercado europeo al Tratado Transatlántico que los Estados Unidos quieren establecer con Europa?
Aquí puede leer el comienzo del libro:
Prefacio
Cuando se habla a la gente de Europa, de los problemas económicos que se plantean, de las decisiones tomadas por las instancias que la dirigen, el sentir en general es de contradicción e incertidumbre. La gran mayoría no es hostil a la idea de Europa, pero discierne mal el contenido. Se pregunta adónde va todo esto. Con la crisis, las cosas se tornan aún más difíciles, ya que la idea que vendían políticos y otros tecnócratas a la opinión pública era que Europa iba a ser la solución a todos los problemas. Ahora bien, en la actualidad es Europa la que parece la causa de todos los problemas y, más aún, la que impide cualquier solución.
Contestando a las cuestiones de mi amigo James Cohen, politólogo y profesor en la Sorbona Nueva, intento explicar por qué el sueño europeo se ha convertido en una pesadilla y, al mismo tiempo, por qué no hay que renunciar a este gran proyecto. El lector encontrará a lo largo de mi análisis una crítica severa, dura y sin concesiones a la ideología "biempensante" corriente cuando se trata de este tema.
Los responsables del actual desastre europeo despreciaron, durante la última década, a todos aquellos que denunciaban el camino sin salida al que habían empujado a Europa. Pudieron así silenciar muchas voces y desacreditar a otras, mientras ellos mismos aprovechaban los privilegios que les confería un "europeísmo" político y mediático a menudo de bajo nivel.
Hoy en día, los adversarios de Europa, en especial la extrema derecha, acogen la crisis europea con júbilo, cantando victoria, incentivando el odio entre naciones y denunciando incluso la mera idea de Europa como unión de naciones.
Este libro se opone a estas dos visiones. No quiero hacer aquí una investigación histórica sobre el pasado y el devenir de Europa; esa labor corresponde a los historiadores, y la están haciendo.
Me centro esencialmente en la experiencia europea desde la creación del euro, en el análisis de la catástrofe social provocada por la crisis de esta moneda, teniendo la convicción de que la Gran Depresión del siglo xxi en la que el mundo está inmerso desde 2008 va a durar y que la política elegida por las instituciones europeas actuales es totalmente contraproducente, económica y socialmente. Para hacer comprender este terremoto económico, para recordar los enormes daños humanos que resultan de la política de austeridad impuesta por los países más ricos de Europa, era necesario destacar, detrás de las buenas intenciones proclamadas, las verdaderas relaciones de fuerza en juego. Y, con este fin, no temer ir contracorriente para desvelar lo que se oculta en el caudal de la Europa real.
Al contrario que las élites dirigentes políticas y financieras, que consideran el proceso europeo demasiado complejo para ser explicado a los ciudadanos, estoy convencido de que, haciendo el esfuerzo pedagógico necesario, podemos entender lo que ocurre.
Sin ser fatalista, temo que lo peor esté aún por venir y que Europa haya entrado en un largo ciclo de crisis. Pero, asimismo, creo que hay otras políticas posibles, basta con tener una visión abierta, no rehén del pensamiento fundamentalista que impera hoy en día en muchos sectores de las élites dirigentes europeas.
Construir otra Europa en la que los pueblos y la ciudadanía estén implicados es aún posible. Este libro propone al ciudadano europeo una lectura sin complacencia de las gravísimas consecuencias de la estrategia europea actual, a la par que, modestamente, unas propuestas que queremos nosotros los ciudadanos para una Europa de solidaridad humana y de progreso social.