Caperucita de la editorial Amanuta

El Festival IlustraTour que se celebra en Valladolid cumple su séptimo año. En esta edición se dan cita 60 editoriales de tres continentes y 14 ilustradores de ocho nacionalidades. Lo visual gana terreno en un mundo que vive deprisa y no tiene tiempo de pararse y detenerse. Así, con un simple vistazo todo queda claro y comprensible, a la vista, desnudo. Artistas como Ricardo Cavolo, Pablo Amargo, Katsumi Komagata y André da Loba participan en los talleres. Además, tras el éxito de la pasada edición de la sección Ilustra Tour Networking en la que colaboró el Programa para la Internacionalización de la Cultura Española (PICE) de Acción Cultural Española (AC/E), este año siguen apoyando la participación de editoriales relevantes de los principales mercados internacionales. Más de 400 horas de actividades y 32 de conferencias a cargo de los protagonistas completan el Festival que arranca el próximo lunes y se alarga hasta el 11 de julio.



Se trata de una cita para todos los públicos de un arte que este año está de enhorabuena después de que el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades recayera sobre Quino y su mordaz Mafalda. El espacio dedicado al networking es una sección en la que los profesionales del medio tienen la oportunidad de mostrar sus trabajos, ver la acogida que tienen y conseguir nuevos encargos. Se trata de la única cita en España de este carácter ya que, a pesar de que existen otros festivales de ilustración, Ilustra Tour es el único que no se centra en la compra-venta de derechos sino que fijan su meta en los intercambios profesionales que facilitan seleccionar nuevos talentos y posibilitan la ampliación de sus carteras artísticas.



En esta edición toman fuerza las editoriales latinoamericanas con la presencia de cuatro (Caja de cerillos, Amanuta, Petra Ediciones y Pequeño editor) y hablamos con algunas de ellas acerca de la situación de la ilustración y su poder de impacto tanto en un público joven como adulto. "Este Festival permite el encuentro entre ilustradores y editoriales en un solo espacio en el que hacen llegar sus trabajos y portfolios y darse a conocer de forma personalizada", comenta Peggy Espinosa de Petra Ediciones. "Imagínate la suerte de poder ver tantos trabajos e intercambiar impresiones con ellos", explica, entusiasmada, Ana Pávez de Amanuta. El mismo discurso es el que emplean Andrea Fuentes y Alejandro Cruz de La Caja de Cerillos alegando que "implica la posibilidad de encontrar ilustradores plausibles para nuevos libros, intercambiar estrategias editoriales y enriquecer las visiones particulares".



Las expectativas de la gran cita ilustrada



Stand de La Caja de Cerillos en la Feria Internacional del Libro de Oaxaca



Desde Petra Ediciones desean enriquecerse "con el intercambio de todos los actores del mundo de la ilustración y conocer su rumbo en el mundo hispano parlante. Estar en contacto con jóvenes creadores refresca la mirada". Por su parte Pávez ve la cita como "una buena oportunidad para tener entrevistas personales con ilustradores en un festival que se está convirtiendo en un referente de vanguardia". A su vez, se convierte en una manera de "intercambiar visiones, pasiones, caminos y orígenes para seguir transformado y hermoseando el panorama", añaden Cruz y Fuentes de La Caja de Cerillos.



Lo cierto es que la ilustración ha ido ganando terreno en los últimos años. Se puede observar un auge tanto de los libros ilustrados para niños y para adultos como del cómic, dos corrientes hermanadas que beben la una de la otra. "Creo que estamos en una era en la que las imágenes han tomado gran protagonismo a través de las redes sociales, la televisión y todo el material audiovisual que nos rodea, de modo que los libros ilustrados son una nueva forma de leer y ver, acorde a estos tiempos", opina Pávez. Por su parte, Peggy cree que "la narrativa de la imagen propone discursos y mundos que le son propios. Existen géneros de ficción y referencia donde la imagen es la protagonista". Tan cierto como que el mercado del libro ilustrado gana terreno y "esa maleabilidad permite que los lectores se sientan atraídos por ello identificándolos como 'germen placentero'", analiza Fuertes.



Acerca de las diferencias sustanciales entre el arte que se hace en España y en Latinoamérica, apuntan que no son demasiado amplias ya que en un mundo en el que la comunicación a través de las redes sociales es rápida, la globalización del arte llega a todos los rincones. Aun así, hay matices acordes al momento que se vive. No puede ser de otra manera cuando hablamos de culturas, aunque similares, lo suficientemente diferentes como para que la crítica que se hace a través de la literatura tenga un diferencial tono de acidez. Quino, por ejemplo, es uno de los ilustradores más conocidos y sobre él confluyen en un mismo punto: es un referente en el mundo de la ilustración de Latinoamérica pero no ha ejercido influencia en sus diseños porque caminan en diferentes direcciones. Fuentes apunta que "todos estamos intercedidos en nuestro modo de ser, pensar y construir la realidad por su estética, humor crítico y su aguda mirada sobre la existencia y la injusticia".





Página interior de Océano de Petra Ediciones



Respecto a esto, Ana Pávez de la editorial chilena Amanuta, considera que la gran diferencia "está en la cantidad de ilustradores que tiene el mercado editorial y la cantidad de títulos publicados por cada editorial a la cantidad de lectores", es decir, España tiene una bolsa de ilustradores más amplia pero "la crisis ha cambiado un poco este panorama ya que el mercado editorial español se ha visto más complicado, mientras que en Latinoamérica el libro infantil está en gran auge, principalmente, por las compras gubernamentales que están realizando varios países como México, Colombia, Guatemala, Chile y Argentina". En cambio, Espinosa va un poco más allá y da cuenta de la madurez de la ilustración española: "En relación a la mexicana es más madura, más conceptual y por lo general se preocupa de la narrativa. Además, en España existe este mercado desde antes de los años 90 mientras que en México surge a mediados y finales de los 90". Y lanza un guiño a la producción de su país cuando dice que la ilustración mexicana "es más expresiva, más irónica y diversa".



Los estilos por los que se rigen cada una de ellas son diferentes. Desde los libros multidisciplinares "vinculados al sentido y contenido de la obra cuidando la diagramación, composición, tipografía, etc, para crear obras-libros-objeto" de Caja de Cerillos, pasando por el deseo e intento de "publicar nuevos talentos caracterizados por ilustraciones modernas" de Amanuta hasta los "libros tejidos en redes complejas que introducen al lector" de Petra Ediciones. Esta última compone encuadernaciones que se despliegan, se desarman, se presentan en diferentes hojas sueltas o se componen de diversos elementos buscando ser unidades integradoras. Hay tantos estilos como editoriales existen y lo importante, al fin y al cabo, es que se fomente la lectura a todos los niveles, que se incluya la interpretación y proponga diversos niveles de sugerencia.