Plaza de España de Sevilla

Con motivo del centenario de la aprobación del proyecto arquitectónico de Aníbal Sánchez, la editorial Punto Rojo dona este jueves miles de libros a la Plaza de España de Sevilla para completar la idea inicial de su arquitecto: la creación de una biblioteca al aire libre

Las bibliotecas son, para los amantes de los libros, un punto de encuentro y desconexión de la rutina diaria. Pasear por sus calles, hojear libros, abrirlos, leerlos e incluso olerlos. El olor a libro nuevo o, por el contrario, a viejo, a usado, a leído una y otra vez. Pensar en las manos que han podido recorrer sus hojas, los ojos que se han clavado en sus frases y todas las mentes que han imaginado y sobrevolado el universo imaginativo personal. Rastrear y pensar cada anécdota, recordarla y rememorarla hasta el punto de sentir un vacío interior al concluir la lectura. Bien, pues la Plaza de España de Sevilla, creación del arquitecto Aníbal González, fue ideada para ser una biblioteca al aire libre permanente. Pero los oriundos de la ciudad no recuerdan, desde su inauguración, evento semejante. Por ello, coincidiendo con el centenario de la aprobación del proyecto y construcción de la misma, desde este jueves la editorial Punto Rojo dona a la Plaza miles de libros para el deleite de los ciudadanos.



De este modo, la centenaria Plaza de España se verá envuelta por ese halo de literatura que ideó el arquitecto mediante la colocación de las estanterías anexas a los 48 bancos de las provincias. Estos anaqueles, que siempre han estado vacíos, albergarán, por primera vez, el peso de miles de libros respondiendo a "una iniciativa de devolver a la ciudad y sus ciudadanos el apoyo que nos han dado al confiar en nuestra editorial", explica Iván Parrila, responsable de Punto Rojo y del evento. Además, Parrilla cuenta que "habrá libros de toda índole y de autores españoles convirtiendo en un privilegio el disponer de la mayor biblioteca al aire libre". Porque cuentan con el añadido de que no se han encontrado evidencias de ninguna biblioteca de este calibre de carácter permanente que haya existido anteriormente. "Sabemos que ha habido iniciativas veraniegas en este sentido, pero no de algo permanente", concluye.



Hacer realidad el propósito de González es la primera premisa de la puesta en marcha de esta iniciativa que tiene como objetivo final crear la aclamada biblioteca al aire libre. "Los libros llevan una pegatina que explica por qué el libro está allí", apunta Parrilla. De este modo, el público puede coger el libro, leerlo, llevárselo y devolverlo a la biblioteca. "Tenemos esperanza en la honradez de los lectores para que devuelvan el libro a su estante porque no es una iniciativa de bookcrossing (intercambio de libros) sino una idea diferente de biblioteca", comenta.



Aníbal González es uno de los principales referentes del regionalismo andaluz de los primeros estadios del siglo XX. Entre sus obras más representativas encontramos el Pabellón Mudéjar ahora reconvertido en el Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla, el edificio El gallo azul de Jerez de la Frontera, el Museo Arqueológico de Sevilla y la Plaza de España, su proyecto más ambicioso. "Es el arquitecto sevillano de referencia, el más internacional. Llegó incluso a ser galardonado con premios en una época en la que la difusión era complicada", se alegra el responsable de la editorial. Fue, además, quien introdujo la decoración de naranjos y jardines propios de las casas señoriales sevillanas.



Por lo tanto, el objetivo es dotar de un nuevo sentido a este lugar y reconvertirlo en punto de encuentro cultural. ¿Se convertirá, pues, la Plaza de España de Sevilla en la nueva Biblioteca de Alejandría?