Banana Yoshimoto publica en España Un viaje llamado vida

Como todo proyecto original, la editorial Satori sólo pudo surgir gracias al decidido entusiasmo de sus creadores. Ocurrió en Gijón, allá por 2007. Alfonso García y Marían Bango, ambos "enamorados" de la cultura japonesa, decidieron lanzar la única editorial de España dedicada por completo al asunto. "Yo creo que nací en el lugar equivocado -dice Marían-: siempre me he sentido muy cerca de esa forma de ser y de ver el mundo". La editorial comenzó como una especie de búsqueda personal de sus creadores. "Empezamos publicando lo que más nos interesaba", dice Alfonso. Esto es, ensayo histórico, arte, cultura. Después vinieron los haikus, las artes marciales, algo de literatura infantil, una colección de clásicos de la literatura japonesa y, por último, lo que se presenta ahora: una colección de narrativa contemporánea.



La pasada semana salió a la venta el primer libro de esa nueva línea: Un viaje llamado vida, de Banana Yoshimoto. El nombre de Yoshimoto nos resulta familiar por mediación de los catorce títulos publicados por Tusquets y, más lejos, gracias a la novela Kitchen, que la escritora publicó, con notable éxito en occidente, cuando contaba veintidós años. El libro que ahora publica Satori reúne una serie de textos de parecida naturaleza, de corte diarístico en su mayoría, sobre los muchos viajes de la escritora por el mundo. En conjunto ofrecen al lector español la exótica visión de un japonés, japonesa en este caso, que viene pero para no quedarse. Y su mirada no tiene nada que ver con cualquier otra cosa que hayamos leído a este lado del mundo. Yoshimoto va a Florencia y en absoluto comenta su impresión del David de Miguel Ángel (lo que correspondería a un viajero familiarizado con cierta tradición), sino que pasea los ojos, los sentidos, por las lomas de la toscana, por sus instalaciones turísticas y, sobre todo, por la relación que el italiano, o el europeo, mantiene con el medio. Su estética en lo más hondo de la mirada. "A través de los viajes de Yoshimoto vemos perfectamente cómo los japoneses nos ven a nosotros, y cómo ven ellos el mundo", comenta Marían. "Es interesante cómo su entusiasmo le anima a ver todo lo bueno que tiene Europa, reparando a menudo en aspectos que a nosotros nos pasan desapercibidos".



Para esta línea de literatura contemporánea, los editores buscan que el producto sea "puramente japonés". Lo japonés sería la estética del Ukiyo-e ("pinturas del mundo flotante"), el zen, el bushido, los jardines, las artes marciales, esa suerte de comunión del hombre y la naturaleza. "Como nos ocurrió a nosotros, cuando se entra en este mundo lo más fácil es sentirse atrapado enseguida", dice la editora. Los autores elegidos, sin embargo, no caen en el localismo, pues la actual literatura japonesa, cuentan los editores, ya no está cerrada al mundo y sus temas, por tanto, son universales. ¿Ilustra un escritor como Murakami esta apertura? "Para ellos [los japoneses], Murakami no deja de ser un escritor occidentalizado", dice Alfonso García. Según los responsables de Satori, el éxito del autor de Tokio blues tiene que ver con su capacidad para equilibrar las culturas japonesa y occidental. Es decir, a la vez que resulta exótico, nos da referencias reconocibles. "Nosotros buscamos sorprender al lector -matiza García-. Que tú estés leyendo una novela como Miro al cielo impotente, de Misumi Kubo, y haya reacciones de los personajes y situaciones que te sorprendan por lo ajenas que son a nuestro entorno".



A rebufo de ciertos éxitos internacionales, la colección desea "fomentar la difusión de autores no tan conocidos, pero que son un ejemplo más fiable de la literatura que se hace hoy en Japón". "Hablamos de un país en el que se lee mucho y se edita mucho", dice el editor de Satori, para quien, junto al desinterés del mercado español (un desinterés cierto, aunque se diga, y se dice desde hace años, que lo japonés está de moda) está el hecho de que muchos escritores japoneses no ven la necesidad de ser traducidos y leídos fuera. "Japón es un país en donde resulta relativamente fácil vivir de la literatura y eso ha demorado el salto al extranjero de muchos de ellos", dice Alfonso García.



La mencionada Misumi Kubo integra, junto a Banana Yoshimoto y Fuminori Nakamura, el cartel de novedades para este año. La novela de Kubo ganó en Japón el premio R-18 de ficción erótica escrita "por mujeres y para mujeres". Según la editora, esta novela, que saldrá a la venta el 13 de octubre, "trata asuntos como las relaciones de pareja, los matrimonios aburridos o la infidelidad desde un perspectiva desconocida para nosotros". En el caso de Nakamuro (En una noche de melancolía, se titula el libro) el asunto en observación es la pena de muerte, y llegará a España el 29 de septiembre. Cuenta Marían Bango que una característica de esta literatura es la presencia, "sin prejuicios", del realismo mágico, algo que corrobora cualquier lectura de -por ejemplo- Murakami. Además, añade, se trata de una narrativa tocada con la influencia de su apertura a occidente, "pero que ha sido capaz de desarrollar algo totalmente distinto". Las traducciones del francés, del inglés, del alemán o del español, o los viajes de los escritores que se dieron, sobre todo, a partir de la Era Meiji (1868-1912) fueron asimismo determinantes.



Dicen los editores de Satori que publicarán cada año una media de cuatro títulos, el mismo ritmo de publicación que, desde 2011, mantienen para su otra gran colección, la de Maestros de la Literatura, que cuenta en su catálogo con clásicos japoneses como Natsume Soseki, Koda Rohan, Miyazawa Kenji o Ueda Akinari. Cuatro títulos anuales que abrirán al público español, con la paciencia con que Satori viene abriendo camino desde 2007, el abanico de esta literatura delicada y remota.