Patrick Modiano. Foto: Hélie Gallimard
La Academia Sueca ha decidido entregar este jueves el Premio Nobel de Literatura 2014 al escritor francés Patrick Modiano, autor de obras como Dora Bruner o El café de la juventud perdida y, sobre todo, si hablamos de imprescindibles, de la recientemente recuperada por Anagrama Trilogía de la ocupación, que recoge sus tres primeras novelas: El lugar de la estrella, La ronda nocturna y Los paseos de circunvalación. El jurado reconoció, en su obra, "el arte de la memoria con la que ha evocado los más inasibles destinos humanos y descubierto el mundo de la ocupación".Modiano no figuraba en los primeros puestos de las quinielas para este Nobel, sobre todo porque en 2008 lo obtuvo otro francés: J. M. G. Le Clézio. Sin embargo, la profundidad de su mirada, su compromiso con temas como la búsqueda de la identidad, el pasado y la memoria, y el tono tan personal y rico de sus historias -ese trazo difuso que no muestra del todo si lo que dice es real, o imaginado, o una imagen borrosa deformada por la niebla del recuerdo-, todo eso hacía de él un candidato propicio por méritos estrictamente literarios. En sus grandes obras, Modiano centró la mirada en el pasado de su país, sobre todo en el París ocupado. Lo ha destacado el jurado. Sin embargo, como él mismo suele decir, sus novelas no buscan el rigor histórico, más bien son la búsqueda de un recuerdo que no necesita ser vivido, un recuerdo que está porque forma parte de nosotros y de nuestra identidad. Esa es su búsqueda, con todo lo que tiene, luego, de pérdida y vagabundeo por las calles de París.
Porque dice Modiano que París, para él, siempre ha sido algo interior e intemporal, como un latido. Y ahí es donde vuelve con su última novela publicada en España, La Hierba de las noches (Anagrama); a su territorio más reconocible, al París de su primera juventud, de los años sesenta. "Una novela compleja, una historia que corta la realidad con una perspectiva nueva, y escrita con talento verbal (...) La memoria juega un papel esencial en el texto, pero no del tipo proustiano donde la sensualidad de los recuerdos deshojan la flor del pasado, sino la de un personaje que tiene que reconstruir el ayer a base de retazos de recuerdos, muchos difuminados por el olvido, de los apuntes hechos en unas agendas de las conversaciones mantenidas hace treinta años y de detallados informes policiales", escribió Germán Gullón en El Cultural. El argumento, apenas esbozado, son las mismas calles de París, aunque en la superficie éste obedezca a una trama oculta -más propia de la novela negra- que había quedado enterrada en el olvido, y a una historia de amor pasado -pero recuperado a lo largo de la historia- entre el narrador, alter ego del propio Modiano, y la misteriosa Dannie, dotada del poder y el atractivo que solo otorgan el enigma y la inconcreción. La escritura, la geografía urbana, el paso del tiempo, el amor diluido en los años. De todo esto hay en las novelas del escritor francés y esto es lo que ha venido a reconocer la Academia Sueca.
Su editor en España, Jorge Herralde (este martes recibía la noticia del Premio Nacional de Narrativa a Rafael Chirbes), ha dicho, desde la Feria del Libro de Frankfurt, que la de Modiano "es una literatura muy personal, muy autobiográfica pero sin serlo directamente, sino a través de recuerdos y alusiones". Y lo ha definido como "un cartógrafo" del París ocupado. La editorial de Herralde está de enhorabuena: tenía ya previsto publicar otros tres títulos del nuevo Premio Nobel (Accidente nocturno, Libro de familia, y su último libro, Para que no pierdas en tu barrio), cuya obra, hasta ahora, ha llegado a España intermitentemente.