Foto de Familia de los Premios Príncipe de Asturias 2014
Era la primera edición que don Felipe presidía el acto de los Premios Príncipe de Asturias como Rey de España y la última en que los galardonados serán, también, denominados así: Príncipe de Asturias. Quino fue el primero de los premiados en entrar en el Teatro Campoamor de Oviedo, si bien el primero en hablar sería John Banville, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, que hizo, con su discurso, un bello homenaje a las palabras. "Las frases -dijo- son la invención más trascendental de la humanidad. Grandes civilizaciones desconocían la rueda pero conocían las frases".Banville quiso reivindicar la materia prima de su trabajo porque, según dijo, con ellas, con las frases y las palabras, nos comunicamos, declaramos nuestro amor y declaramos la guerra, prestamos juramento, afirmamos nuestro ser, e incluso escribimos nuestras leyes. "Con frases -dijo el escritor irlandés- está escrito nuestro mundo, aunque esté mal escrito". El autor de El mar se despidió diciendo que hablar, en definitiva, es ser, y concluyó: "He dedicado mi vida a batallar con las frases, y no puedo imaginar una existencia más privilegiada". El segundo en tomar la palabra fue el Premio Príncipe de Asturias a la Investigación Científica y Técnica, Avelino Corma, que era el único español entre los premiados (Quino y Joseph Pérez poseen la doble nacionalidad) y cuyo galardón comparte con Mark E. Davis y Galen D. Stucky. Corma hizo de su intervención un "homenaje a los científicos", a quienes incluyo en lo que conocemos por cultura, siempre que la entendamos, dijo, "en su contexto más amplio". En su opinión, "los Príncipe de Asturias son una llamada de atención a la sociedad y a los que nos dirigen".
Corma aseguró que "un país sabio es aquel que invierte en lo que le hace más grande" y que los interrogantes de nuestro tiempo solo podrán resolverse con un esfuerzo por parte de quienes tienen los recursos, un esfuerzo que implique un apoyo extra a la ciencia y a la tecnología. "Los problemas necesitan del progreso científico para hallar las soluciones". Corma, que ha obtenido el premio junto a sus compañeros por -según el jurado- sus "notabilísimas aportaciones al diseño y métodos de síntesis de los materiales microporosos y mesoporosos", dijo que los pilares de una sociedad próspera han de ser "la educación, el bienestar social, la cultura y la investigación".
Joseph Pérez, premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales fue el siguiente en subirse al estrado. Él quiso reivindicar la aportación española a su campo, el de las humanidades. Su discurso giró en torno a un ejemplo de esa aportación en la figura de Fray Luis de León. A partir de una cita del libro De los nombres de Cristo, Pérez realizó una disertación del orden y el sosiego, fundamentales, ya desde tiempos de Fray Luis, para alcanzar una convivencia civilizada. "Orden y sosiego están en relación dialéctica, y ambos son necesarios para la paz; el orden sin sosiego degenera en paz armada y el sosiego sin orden crea situaciones censurables y deplorables", dijo Joseph Pérez.
Después habló Caddy Adzuba, activista por la libertad de prensa y por los derechos de las mujeres y las niñas de su país y ganadora del Premio de la Concordia 2014. Su discurso, como era de esperar, estuvo dedicado a las niñas congoleñas y a sus compañeras activistas de todo el mundo. "La mujer congoleña vive en la deshonra", dijo, en una intervención dura, muy directa, sobre la terrible situación de esclavitud sexual de muchas mujeres en su país y también acerca de los desastres de una guerra que se dilata irremediablemente. "No, no y otra vez no -dijo-. Nuestra guerra no ha terminado. Estamos en guerra, y esta es una guerra que intencionadamente se ha relegado al olvido. El Congo es víctima de la riqueza de sus suelos y permitidme que señale a algunas empresas multinacionales, que han contribuido en todos estos horrores". Por último, Adzuba exigió la creación de un Tribunal Penal Internacional como el que se creó para Ruanda, ello con el fin de que no queden impunes los crímenes de los últimos dieciocho años.
Por último, el Rey Felipe VI recordó a los fundadores, allá a principios de los ochenta, de la Fundación Príncipe de Asturias. "Tiempos de sueños de concordia", dijo, en referencia a la Constitución recién aprobada. En ese teatro Campoamor, además, Felipe VI pronunció su primer discurso y recordó cómo cada intervención escuchada ahí ha sido una fuente inagotable de lecciones y aprendizaje. "Se comprenderá con cuánta emoción he regresado, ahora como Rey, para hacer entrega de los Premios", dijo. Don Felipe recordó que España ha de seguir haciendo esfuerzos para aumentar la inversión en investigación, pues solo así se alcanza la prosperidad.